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Abrid y arreglad vuestros cacharros

Consolas, ordenadores, accesorios...
Por Bruno Louviers

Algo que me encanta de las videoconsolas es que son productos de pura tecnología. Sé que suena estúpido decir algo así, pero me explico. Desde la primera hasta la última, todas las consolas tienen un montonazo de componentes electrónicos precisos y sensibles que, casi siempre, pueden repararse y cambiarse sin mucho esfuerzo con las herramientas adecuadas. Quizá no se puedan arreglar todos, claro que no, pero sí pantallas, botones, interruptores y similares. 

 

Sin embargo, muy pocos jugadores se atreven a explorar este aspecto de su producto de ocio favorito. Yo era uno de ellos hasta que es me rompió la pantalla de la Nintendo DS original y no tenía manera de repararla en mi ciudad natal. ¿La solución? Me armé de valor, compré una pantalla, abrí la consola, cambié la pantalla y... no conseguí que funcionara. Algo me había dejado mal o algo había roto en el proceso, pero esto no frenó mi curiosidad por el interior de mis cacharros: todo lo contrario.

 

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Esto es el culo de una Nintendo DS Lite

 

Por culpa de los smartphones y tablets, que vienen soldados y pegados y plastificados para ahorrarse piezas y hacerlos más finos, la idea de reparar nuestros productos electrónicos se está perdiendo. Sin embargo, esto era algo muy común hace no demasiado tiempo. Las consolas, por fortuna, en su mayoría siguen teniendo un montón de componentes fáciles de reparar y yo no he tenido problema en abrir una Vita o una 3DS para ver qué hay dentro – ya lo hago hasta por curiosidad. 

 

Por esta razón, me gustaría animaros, queridos lectores, a pensar en que vuestra consola, accesorio o ordenador – si sois peceros, sin duda, habéis toqueteado sus interiores en algún momento – son vuestros y son reparables. Una pantalla rota rara vez es motivo para tener que comprar otra consola portátil, por ejemplo, pues en eBay hay repuestos para casi todo y en YouTube hay video tutoriales muy detallados de cómo hacerle de todo a una Nintendo 3DS o una PS4.

 

Cambiar el disco duro de una Xbox One es un pifostio, pero poderse, se puede

 

Y vaya, no hay que irse a extremos desafortunados como que alguna pieza deje de funcionar en tu consola. El simple hecho de mantener limpios los ventiladores de una consola con unos cuantos años hará que esta guante el doble. No sabéis la de mierda que le saqué hace no mucho a mi PS3 de 40GB, es que cumple 8 años en 2016 y que tiene un disco SSD que cambié por su disco duro lento y pequeño original. Oh, sí, esa es otra ventaja: abrir la consola y cambiar el disco duro es algo sencillísimo (al menos en una PlayStation), y sales ganando por mucho. 

 

Si os da miedo empezar, os animo a coger una Game Boy y abrirla: es el cacharro más sencillo y, a la vez, bonito del mundo. Sorprende ver cómo funcionaba esta consola antiguamente con tan poquitos elementos dentro de ella, pues es casi todo carcasa y altavoz. Y de la Game Boy, para delante: lo mismo podéis recuperar la DS de tu primo pequeño a la que rompió la bisagra (cambiar la carcasa de una DS es facilísimo y permite poner colores chulos) o lo mismo hacéis que la PS2 del pueblo vuelva a funcionar (eBay está repleto de piezas y lectores nuevos).


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