A los españoles nos tienen miedo
¡Ay, España! Por mucho que nos creamos los más listos del planeta, por muchos mundiales de fútbol que gane nuestra selección, por mucho que nuestros políticos hablen del 'rescate' como si de un pequeño préstamo se tratara (a unas condiciones inmejorables, dicen)... seguimos estando en la cola de Europa en muchos, muchos campos. Pero creo que uno de los ejemplos donde se denota sobremanera el borreguismo que nos caracteriza en gran medida radica en la cara dura del español, en la cultura de lo gratis, en el 'todo vale'. Y ojo, que digo todo esto estando orgulloso de haber nacido donde he nacido.
Siempre he pensado que somos todavía un reflejo de esa cultura que tan bien reflejaban las películas de Esteso y Pajares, aquellas donde la sinvergonzonería y el pillaje estaban a la orden del día para los triunfadores de medio pelo. Y, por supuesto, el mundo del videojuego no iba a ser menos. Un ejemplo lo hemos vivido muy recientemente, tal y como nos contaba ayer nuestro compañero Tonichan. Y he ahí la gracia... todo el mundo echaba pestes sobre Origin, la tienda virtual de Electronic Arts; pero en cuanto se abre la veda de lo gratis a base de engañar, apenas hay español que no se suba al carro.
En la misma línea, puedo relataros el hecho de que alguna que otra tienda extranjera decidió en su momento no operar en España debido a malas experiencias pasadas. De hecho, durante mucho tiempo portales como Play.com, The Hut y demás webs del estilo sopesaron sobremanera su modus-operandi en nuestro país, en base a que los españolitos de a pie éramos muy dados a recibir los juegos que habíamos pedido para luego comunicar al portal -aprovechando la tesitura de que se enviaban sin certificado- que no los habían recibido. La tienda en cuestión tendía a enviar otro juego o a devolver el dinero, según acordaran... pero claro, cuando uno de estos comercios comprueban abusivas reincidencias por parte de gran cantidad de usuario, comprendemos que como poco es lógico que se piensen el seguir vendiendo en nuestra piel de toro. De hecho, recuerdo que alguna se cayó y prefirió quedarse en el Reino Unido.
Echando la vista atrás tres o cuatro años, podemos ver un garrafal error por parte de Microsoft que ríanse ustedes del de EA con Origin. Bastaba con llamar al SAT de los padres de Xbox 360 para decirles que se te había roto un pad, un disco duro o el fabuloso volante de la consola. El trabajador del servicio de atención al cliente te hacía unas preguntas relativas a la avería, pedía que probaras alguna cosa para ver si funcionaba y, finalmente, te pedía el número de serie de la consola, diciéndote que en unos días tendrías noticias. Semana y pico, el pillo de turno tenía en su casa un pad, un disco duro, un volante o lo que procediera... Y claro, los españoles explotaron la gallina de los huevos de oro de manera absolutamente vergonzosa. Según contaba algún directivo de Microsoft en petit-comité, no hacía pública la actitud de pillaje desde España hacia la empresa por no insultar de alguna manera a los futuros compradores de la consola... pero vamos, no fueron pocos los despidos que provocó esta penosa situación.
Finalmente, y ya yéndome muchos años atrás, recuerdo cómo arrasaba la piratería en los mercadillos del país, donde había más tenderetes de videojuegos que de braguitas. Como se decía, España era el tercer o cuarto país que más videojuegos consumía de toda Europa... pero por desgracia más de un 80% era proveniente de los entornos piratas. Sin embargo, había otras técnicas que se cebaban en los comercios tipo El Corte Inglés, Galerías Preciados y similares. Y es que no eran pocos los usuarios que compraban alguna pieza de software, llegaban a su casa para grabarlo con una doble pletina y devolverlo en el comercio aludiendo algún fallo de compatibilidad que el pobre dependiente no podía llegar a entender.
Lo dicho... España. Los mismos que aprovechamos cualquier error tipográfico en los catálogos para sacar tajada e indignarnos en el caso de que se nos trabe el plan. Los mismos que quieren comprar la Nintendo DS y piden en la tienda GAME el cartucho R4. Los mismos que se compran una consola para vivir de los préstamos de aquel amigo tonto que tiene muchos juegos. ¡España!
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