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A falta de pan, buenas eran las hand-helds

Más allá de Game & Watch
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Recuerdo como si fuera ayer aquellos tiempos en los que el poder disfrutar de los videojuegos sentados frente a la pantalla de la televisión era una utopía. En mi caso concreto, no tardamos demasiado en tener una primeriza Atari 2600, puesto que tuve la suerte de tener un padre que ya era aficionado al PONG que había en la cafetería donde desayunaba... pero no mucho antes era poco menos que imposible, con esas videoconsolas luciendo palmito en secciones de El Corte Inglés que, lejos de estar dirigidas a los niños, se encontraban sitas en un pequeño departamento que olía a puro lujo.

 

Así, y con el concepto de consola portátil todavía impracticable tal y como lo conocimos con Game Boy, no quedaba otra que tirar de aquellas pequeñas maquinitas que entre breves pitidos de reloj digital y la monocromía de su pantalla de cristal líquido transmitían la más que adictiva sensación de estar frente a un videojuego. Por supuesto, estoy refiriéndome a las antaño hand helds, popularizadas por Nintendo gracias a su serie Game & Watch. Y es que estos aparatitos han sido fuente de vicio de muchos jóvenes aficionados a las máquinas arcade, en un momentos clave de la historia en los que el disponer de una consola de sobremesa o un micro-ordenador no era algo tan extendido ni accesible.

 

Ah, el sabor de los ochenta... ¿Dónde habré aparcado el DeLorean?

En la mayoría de los casos, una metodología lúdica tan simple como el de movernos horizontalmente para ir cogiendo los objetos que iban cayendo era la excusa perfecta para dar vida a un divertido Game & Watch. El argumento se basaba en acumular más y más puntos en pos de superar nuestros propios récords, combatiendo la creciente velocidad con la que se desarrollaba el juego a medida que progresábamos. Con ingenios más tarde popularizados también por otras casas niponas, de la vieja Nintendo se pueden recordar títulos maravillosos en LCD como Ball, Octopus, Vermin, Fire o Judge, que dan sin duda buena fe de lo entretenido que era este sencillo sistema. Si os interesa un poquito el tema, no dejéis de pinchar aquí para probar de primera mano algunas de estas joyitas..

 

Casio, al igual que los padres de Super Mario y otras muchas compañías asiáticas, se embarcó en la producción masiva de hand helds, siendo una excelente muestra de su trabajo el genial y atemporal SG-11 Soccer Football Game, considerada como una de las mejores maquinitas de todos los tiempos. Esta maravilla recreaba de una forma bastante convincente el desarrollo de un partido de fútbol, algo bastante difícil de asimilar en una portátil de este tipo. Disponía de marcador de tiempo, goles y la opción de movernos en todas las direcciones, e incluso un botón que medía la fuerza de nuestros disparos de forma analógica. Córners, faltas, pases... todo lo que se puede esperar encontrar en un partido de fútbol estaba presente en la obra de Casio. Un encuentro tras otro, con la dificultad y la velocidad disparándose, pero siempre bajo las premisas de lo que es ser una de las hand helds más divertidas jamás creada.

 

casio

Puede sonar exagerado, pero esta maquinita es para mí una de las grandes obras maestras del videojuego.

 

¿Por qué os hablo concretamente de este dispositivo? Por lo que supuso para mi persona, la verdad sea dicha. Reconozco que esta pieza llegó a mis manos al tiempo de tener la 2600 de Atari, con algunos cartuchos que ya comenzaban a aburrirme. Si mi memoria no me falla, esta obra de Casio es de 1983, y creo recordar que me la regalaron ese mismo año. Y confieso que hizo que se me olvidara todo lo relativo a jugar frente a la tele, ignorando de lleno las esquemáticas producciones deportivas de Atari para la pantalla grande. Era tal la calidad de la representación futbolística en la SG-11 y el entretenimiento que proporcionaba que, de tener que elegir los diez videojuegos de mi vida, esta hand held sería uno de ellos.


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