10 años desde el primer Bayonetta, el culmen de Kamiya

Hoy el hack’n’slash está de celebración. Primero por su buen momento -ya nos gustaría recibir joyas como Devil May Cry V o Astral Chain todos los años- y segundo porque uno de sus pilares referenciales está de aniversario. La bruja de Umbra, Bayonetta, cumple una década desde su estreno en Japón, y da la casualidad de que servidor ha elegido estos días para revisitar sus dos juegos. Creo que tenemos motivos para dedicarle un pequeño homenaje.

 

Tras un MadWorld normalín pero en el buen sentido de la palabra -no causó demasiado ruido y además fue exclusivo de Wii- el equipo de Hideki Kamiya se sacó de la manga un hack’n’slash robusto y exigente con toda la intención de plantar cara a Devil May Cry. La factura estaba ahí, por eso de que Platinum Games nació de la escisión de Clover Studios, un estudio que sabía cuatro cosas sobre juegos de acción (God Hand, Viewtiful Joe, Okami). Vaya si las sabía. 

 

 

He tardado más tiempo del que debería en apreciar la solidez de Bayonetta, y la intención en el diseño de muchos de sus combates. A diferencia de God of War e incluso de Devil May Cry, me parece un juego en el que machacar botones a lo loco funciona mucho menos; de hecho, cuenta la leyenda que me quedé enganchado en un combate tras reenganchar el juego después de mucho tiempo, pero es algo que nunca confirmaré. Kamiya tiene un poco de (puto) loco, para bien y para mal.

 

El caso es que, en Bayonetta, Platinum diseña enemigos y combates para que exista una manera óptima de terminarlos, acompañada de un sistema de puntuaciones que te ayuda a saber cómo de cerca estás de lograrla. La gracia está en que hay que ir descubriéndola, conociendo cómo afecta cada golpe cada enemigo y optimizando los combos para que sean largos, pero también dañinos. Es algo que requiere tiempo y memoria, porque además los ángeles no van cortos en la variedad de sus ataques y cada uno precisa un acercamiento concreto, pero cuando las cosas empiezan a salir y aparecen las primeras puntuaciones de “Platino” y “Platino Puro”, os garantizo que el esfuerzo compensa.

 

 

Una década después, Bayonetta sigue siendo un juego de acción a reivindicar. Incorporó novedades como el tiempo bala en las esquivas perfectas, un buen añadido tanto por original como por el gustito que da salvar un golpe en el último segundo para luego castigar al rival, y allanó el terreno para que luego llegasen experimentos como The Wonderfull 101, joyas como Nier Automata o maravillas como Astral Chain. Y todo empezó con un Chupa Chup y una pistola en cada pierna, hace ya diez años. Felicidades, Cereza. 

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