Cooking Mama ha contado con numerosas entregas entre fuegos, jardines y niños de peluche, pero su evolución nunca ha sido excesivamente grande... ¿Qué se le podía pedir?
Francamente, no me llego a imaginar un Cooking Mama 4 usando todas las virtudes de una consola portátil tan potente como Nintendo 3DS, pero ese no es mi trabajo, es cosa de los creadores, que visto lo visto, tampoco saben por dónde debería tirar la serie en una máquina de nueva generación con más posibilidades y funciones. ¿Era necesario el cambio generacional? No lo creo.
Para el que no lo conozca, Cooking Mama es una franquicia de éxito en DS y Wii que simula mediante micro-juegos la confección de exquisiteces culinarias con un tono simpático y desenfadado. Según lo bien o mal que sigamos los pasos, mejor o peor sabrá la comida virtual al final.
Durante las inevitables secuelas, Mama ha ido añadiendo nuevos platos y mecánicas, pero la evolución nunca ha sido su gran fuerte. Puedo comprender que a veces pueda tener excusa, pero llegar a una nueva consola y mostrarnos algo que podríamos haber gozado prácticamente igual en la anterior máquina, desde luego, no es una gran noticia ni nada digno de elogio, máxime cuando el juego sigue valiendo lo mismo que otros cartuchos en el mercado.
Cooking Mama 4 añade a las distintas mecánicas de juego el mover la consola para hacer ciertos platos, pero más allá de eso, poco más hay que no hayamos visto en anteriores entregas.
Casi todo el juego se sustenta por habilidades con la pantalla táctil que ya no son tan inspiradas como antes y que el tiempo las ha hecho envejecer y no parecer tan originales como podían serlo antaño. Poco nos sorprende del mecanismo jugable, y es que es normal: ¿quién se soprende ante mecánicas vistas en trillones de juegos táctiles? Es difícil innovar, y si los desarrolladores no tienen intención de hacerlo, la cosa se pone cuesta arriba.
Probablemente hayáis caído ya, pero hay algo que descuadra y choca a cualquiera cuando se para a pensar en el concepto de Cooking Mama 4 y Nintendo 3DS: si toda la acción sucede en la pantalla táctil...
¿Qué vemos en tres dimensiones? Poca cosa: a la buena de Mama con sus instrucciones, los menús, los platos finalizados, pero la acción pasa casi toda en la pantalla táctil, cosa que hace que volvamos a preguntarnos, entonces, a qué se ha debido el cambio de hardware, cuando probablemente habría sido más productivo sacar el juego en Nintendo DS. Para apoyar más el asunto, decir que el diseño de Mama, de clara concepción bidimensional, no invita al 3D, y es una de las cosas más anodinas que hemos visto pasar por la pantalla tridimensional de la máquina de Nintendo.
Si te apasionan los Cooking Mamas probablemente disfrutes del nuevo título, ya que completista es un rato: además de las docenas de platos habidos en el cartucho, también tenemos numerosos elementos para coleccionar y completar que nos llenarán, por ejemplo, el armario de ropa de Mama, que podremos cambiarla con múltiples vestidos para que nos dicte las acciones con otras ropas.
Dispone de un multijugador a cuatro con una única tarjeta, pero que más allá de eso no hay nada excesivamente destacable... Ni siquiera el multi es tan válido como pudo serlo antaño.
Son productos que tienen un público y
target muy concreto. Es evidente que cuesta de entender el concepto del cambio de hardware sin que existan esos cambios, pero difícilmente podemos recomendaros un juego que no parece ofrecer lo mismo que vale en metálico, de ahí que no podamos aprobarlo.
¿Habrá gente que disfrute con él? Seguro, pero existen mejores y más baratas opciones en el mercado. Será cuestión de esperar a ver qué caminos siguen los de la franquicia Mama. Consiguieron sorprendernos en el pasado, seguro que en el futuro, si se lo proponen, podrían volver a hacerlo. Es cuestión de ganas y predisposición a hacerlo.
NOTA FINAL: 4
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