1. Mundogamers
  2. Analisis
  3. 3DS

Analisis Sonic 3DS 3DS

Jueves 01 de Diciembre de 2011 por Alejandro Pascual
Si alguien cree que, en el fondo, Sonic Generations en su versión de consolas de sobremesa es conservador, entonces no sabríamos qué decirle exactamente de su versión para Nintendo 3DS. La diferencia entre Sonics es mucho menos acentuada. Si bien Generations usaba todo su poder para diferenciar bien entre el Sonic Clásico y el Sonic Moderno, Generations 3DS clava el estilo Clásico y adapta el Moderno a las 2D con alguna floritura en forma de cambio de cámara. La experiencia, sin embargo, logra ser la misma: el Sonic antiguo actúa como un plataforma más calmado, que permite la exploración del escenario, mientras que el nuevo Sonic busca la velocidad y el flow en todo momento.

El ritmo es bueno, pero cuando la dificultad crece, a partir del quinto nivel, el juego deja de tener la consistencia de las primeras pantallas que, a su vez, no dejan de ser un homenaje más calcado a algunos de los escenarios más emblemáticos como Greehn Hill o Mushrom Mill, este último, por cierto, quizá el que mejor se ha adaptado a la nueva portátil de Nintendo y que logra sorprender.

Para completar el nivel, se añade además una pantalla Bonus donde lograr una gema del caos, en forma de los típicos escenarios tubulares con los que Sonic coqueteaba cuando intentaba a marchas forzadas colocar la cámara a la espalda del personaje. Por otro lado, también tendremos enemigos finales, no siempre al terminar cada fase, que guardan el patrón básico que siempre han tenido los juegos de la saga.

Pero es a partir de la mitad del juego, como decíamos, donde adolece. Los escenarios, aunque inspirados en los clásicos, terminan por rizar demasiado el rizo, logrando caídas inexplicables, zonas nada adaptadas a la fluidez del erizo que se encuentra una y otra vez con caminos sin salida. En el fondo, no deja de ser lo mismo que terminó ocurriendo con los juegos clásicos cuando Sega no tenía más que contar y empezó a experimentar con nuevos personajes y formas. Y aquí es cuando nos damos cuenta de que, nos guste o no, la fórmula de Sonic es lo que es, y en el momento en el que nos encontramos tiene más de nostalgia que de diversión.

No se trata de que Sega vuelva loco al erizo metiéndolo en historias dramáticas, cuentos de hadas, convirtiéndolo en hombre lobo o intentando emular lo que fue en un principio (tanto en las 2D como en las 3D), sino de que su esencia no ha envejecido tan bien como la de su máximo competidor y fontanero. Probablemente, el aficionado a día de hoy al erizo no puede pedir una adaptación del erizo mejor que la que Sega ha conseguido con Generations, en sus dos versiones, pero estas nunca estarán a la altura del impacto que supuso la mascota hace 20 años.

Con Sonic Generations 3DS, Sega ha logrado, al menos, emularse a sí misma en quizá uno de los juegos más divertidos del erizo en portátil de los últimos años: Sonic Rush, aunque ni siquiera está a la altura en su original diseño, mucho más gamberro y lleno de ritmo y fluidez. La estereoscopía puede no dar en un juego de scroll horizontal el do de pecho, pero no molesta en absoluto (algo bastante bueno para esta tecnología que aún tiene mucho que demostrar) y acompaña sin que termines por apagarla.

Con esta adaptación portátil, Sega ha demostrado que sabe hacer lo que ya hacía hace tanto tiempo. Ha cambiado un poco de aquí y un poco de allá, aunque no rinde tanto homenaje como su versión para consolas de sobremesa. Si buscas un Sonic clásico, Generations puede lograr divertir gracias a la dualidad del erizo, pero habría necesitado algo más de trabajo en su tramo final, en el diseño de escenarios, así como en duración, puesto que los primeros niveles, más accesibles, te harán avanzar hasta la mitad del juego en una hora escasa. Claro que tiene desafíos para alargar un poco más la experiencia, pero le habría sentado mejor un poco más de valor que su otra versión para poder suplir la diferencia técnica y no parecer una sencilla adaptación portátil del juego importante. A Sonic por año, y tras 20 años, el fan no merecía menos.

NOTA FINAL: 6
6

/ 10


<< Anterior Siguiente >>