Al igual que los videojuegos basados en películas, la gran mayoría de los basados en manganime suelen estar englobados en esos sacacuartos que aprovechan el tirón comercial de una serie o un punto álgido para aprovecharse de los fans, y de ahí salen miles de aventuras textuales, RPGs sin ciencia alguna y, por lo general, productos que no salen ni saldrán nunca de Japón. Pero con las series que triunfan fuera del archipiélago la cosa cambia, y si bien la sempiterna Dragon Ball no está en su mejor momento en cuanto a ocio digital se refiere,
del trinomio de abanderados de la Shonen Jump, One Piece era el único que aún no tenía un juego de lucha a la altura de las exigencias de los fans. Porque sí, Naruto tiene los espectaculares Ultimate Ninja y Bleach contó nada menos que con el apoyo de Treasure para crear The Blade of Fate y Dark Souls para DS, pero hasta ahora los únicos juegos decentes que podían caer en gracia de los aficionados del manga de Eiichiro Oda fueron los Unlimited Cruise, puramente de aventuras con la lucha como opción. Pero
si algo tiene de bueno una licencia con tantísimos personajes diferentes son las posibilidades ilimitadas de un buen juego de lucha, y si algo tiene de malo, es que nunca se hará el juego definitivo, porque incluso cuando la serialización de la obra original termine, siempre faltará algún personaje.
Y éste
One Piece: Gigant Battle no se queda corto con su veintena de personajes controlables, no se queda corto como juego de lucha, pero sí como juego hecho para fans. Compensa con el medio centenar de ayudantes que podemos invocar momentáneamente y que, todo sea dicho, están cuidados hasta el mínimo detalle en cuestión de debilidades y reacciones al ponerlos en determinadas situaciones (probad a Perona contra Usopp), pero sólo imaginando lo enorme que habría podido ser, es una pena que se centrase sólo en los últimos acontecimientos. Porque el boom de One Piece estalló con una de las últimas sagas, y es en esa parte donde se ubica este juego, entre los arcos de Sabaody y la guerra de Marineford, aunque también presta ligera atención a sagas anteriores.
Los aficionados al manga ya sabrán lo que es Jump Super Stars, o su secuela, Jump Ultimate Stars, ese gran crossover de series clásicas y no tan clásicas de ayer y hoy, desde Naruto y Dragon Ball hasta Saint Seiya, HunterXHunter, Yu Yu Hakusho, Black Cat, Bleach, y ésta misma One Piece entre muchas otras. Todo esto venía a que Gigant Battle se ve y se juega como fueron en el pasado JSS y JUS, un
party battle de dos a cuatro contendientes, al estilo de los Smash Bros, un todos contra todos en escenarios 2D móviles con apariciones de items aleatorios, pero aquí hay ligeros añadidos.
Tenemos un recorrido similar por islas de temáticas concretas (sagas) en las que combatir en pruebas de diversa índole, desde derrotar al enemigo, vencer por puntos, conseguir objetos o resistir un tiempo límite, a las que añadir objetivos secundarios que nos darán nuevos personajes, nuevos caminos o simplemente dinero extra,
dinero con el que comprar ataques especiales para los personajes, ataques especiales que podremos utilizar a medida que vayamos subiendo niveles, niveles que subiremos al ir combatiendo con cada uno de los personajes para crear a la tripulación pirata perfecta formada por un combatiente y tres ayudantes, cuya eficacia también mejorará al ir subiendo de nivel.
Quizás éste One Piece: Gigant Battle no sea tan técnico como Bleach: Dark Souls o tan espectacular como Naruto Shippuden: Ultimate Ninja Storm, pero Ganbarion ha hecho un trabajo endemoniado cuidando hasta el mínimo detalle, y dando a cada personaje un buen repertorio de movimientos. Pero no por centrarse en el fan hay que descontentar al jugador.
Sin multijugador online hoy en día un juego no tiene un recorrido muy largo, y con una secuela recién anunciada ya sale a relucir la gran lacra antes mencionada: siempre llegará uno más perfeccionado, pero no el definitivo. NOTA FINAL: 6,5
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