Avance Super Mario Odyssey Super Mario Odyssey SWITCH SWITCH

Super Mario Odyssey mostró extensos trailers de gameplay durante la presentación de Nintendo en el E3 2017. Es sorprendente que un personaje que lleva más de 30 años en nuestras vidas puede seguir sorprendiendo, porque lo hace. La primera vez que se nos presentó el videojuego creímos que no iba a ser más que un Mario trasladado a un mundo abierto, a una ciudad que interconectaba distintas zonas de juego que no serían más que mundos a lo Super Mario 64 ampliados. Esa estructura organizativa sigue presente, pero en lo que destaca Super Mario Odyssey es en algo que no nos esperábamos: que cada uno de esos lugares a los que viajamos tiene su propia naturaleza, sus vicisitudes, su tradiciones, raíces, valores y sus divisas, y a un Mario con la capacidad de mimetizarse con ellos para explorarlos a placer.

La clave de Super Mario Odyssey es la gorra. En la reedición de Super Mario 64 en Nintendo DS ya pudimos ver cómo ella era capaz de permitir a los personajes cambiar de aspecto, o como los goombas se la podían quedar. En el título de Nintendo Switch, esta gorra puede arrojarse a estas criaturas, a los Koopa, a las balas de cañón e incluso a los dinosaurios, pasando Mario a tener otro esquema de control, otras habilidades y nuevas formas de plataformear y explorar. Esta característica del juego le permite a los desarrolladores ofrecer algo vital en los juegos de Mario: que cada lugar que exploramos se sienta como uno nuevo, uno que sorprenda. Llegar a un mundo de Super Mario Odyssey conseguirá despertarnos la pregunta de: ¿qué podemos hacer aquí, en qué podemos transformarnos, cómo afecta eso a la obtención de las lunas verdes que perseguimos?

Este cambio jugable se articula con el diseño de niveles de Super Mario 64, los Galaxy y 3D World, tres títulos que dependen los unos los otros porque uno ha crecido a posteriori del otro. También hay sitio para Sunshine en lo que respecta a la comunicación con los personajes que habitan los mundos, la existencia de un cacharro humanizado que nos habla y guía nuestros pasos, y también por la exploración de arquitecturas diseñadas para humanos. Super Mario Odyssey también tiene ecos de los juegos clásicos, pues usando la característica jugable más reconocida de A Link Between Worlds podemos convertirnos en un sprite pegado a la pared, pasar a jugar en ella en dos dimensiones y escalar hasta un nivel superior. A efectos prácticos, Super Mario Odyssey es todo lo que Mario siempre ha sido añadiendo un montón de nuevas maneras de interaccionar, descubrir y apasionarse.

Antes hablamos de Super Mario Sunshine. Dicho título fue dirigido por una rara avis dentro del equipo del antiguo Nintendo EAD: Yoshiaki Koizumi, el unico miembro del famoso escuadrón enamorado de aportar historias a Mario, trasfondo y narraciones inspiradas en el cine. Esa es la razón por la que el videojuego de Gamecube es un Mario atípico con la intención de poner orden en la descendencia de Bowser, introducir un giro al final, hablar sobre la extraña relación amorosa del rey de los Koopas y Peach, darnos un colega llamado A.C.U.A.C. para recoger nuestra progreso por la aventura e indicarnos los siguientes pasos a seguir, y también proponer interacciones de Mario con PNJ que no solo nos dan pistas, a veces simplemente nos hablan. El legado de Koizumi lo ha recogido Kenta Mokotura, aprovechándolo para imprimirle profundidad tanto a la trama de juego como a cada uno de los escenarios por los que viajamos.

Ya no solo tenemos una moneda, ahora contamos con una segunda colección de las mismas: las de color púrpura. Estas solo pueden ser empleadas en cada uno de los planetas en las que las encontramos, y que gastaremos en comprar algo más que ítems, como ropas y otros coleccionables. Su uso será necesario para cumplir ciertas tareas, acondicionarnos al clima y a las costumbres locales y localizar nuevas lunas verdes imposibles de alcanzar de otro modo. Nintendo EAD, la actual Nintendo EPD, siempre ha compartido las ideas de desarrollo de sus productos y está claro que parte de Breath of the Wild ha viajado a Super Mario Odyssey. Nintendo está haciendo grandes esfuerzos en adaptarse a la moda de los mundos abiertos y convertir esta manera de diseñar universos en algo más, domándola para hacerla nintendera; dicho en el mejor de los sentidos. En el título de Zelda lo lograron sumándole su concepto de aventuras, con Mario lo harán con el de plataformas.

Rompemos lo esperado con los poderes de la gorra generando inmersiones no lineales en cada escenario, planteamos retos usando las lecciones de diseño de escenarios de los anteriores Marios y ordenamos la narración con las flamantes lunas verdes y una trama alocada, la misma que ha servido para anunciar los amiibos que tres de cada cuatro japoneses pondrán en su tarta de boda. Bowser se casará con Peach y tocará impedirlo. Ya vimos una trama similar en el irregular Super Paper Mario, pero parece que ahora la cosa va en serio. Eso le permite a Super Mario Odyssey añadir urgencia, teniendo Mario que rescatar a Peach antes de que sea tarde; se ve que en el Reino Champiñón no existe el divorcio. Las lunas verdes (me imagino que una metáfora de la luna de miel) se esconden tras la superación de determinados retos, pero también con la eliminación de los sustitutos de los Koopalings, una suerte de conejos que parece que pueden subirse a platillos volantes, ¿quizás amigos de Tatanga?

Super Mario Odyssey es sorprendente, es una absoluta maravilla respetuosa con el pasado de la marca y cargada de nuevas ideas formidables. Las transformaciones de Mario, la exploración de su mundo de juego, el cambio de jugabilidades, de diseño de escenarios, de presencia de enemigos y unos universos profundos son los motivos por los que este título tiene que estar en vuestra estantería a partir del 27 de octubre, el día de su lanzamiento. Mario vuelve a lo grande con el que desde ya es la razón más poderosa para comprarse una Nintendo Switch.