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Avance Shadow Warrior 2 ,PS4,XONE

Demonio al teriyaki
Sábado 15 de Agosto de 2015 por Diego Emegé

En los últimos 10 años hemos visto una evolución gradual pero constante de los juegos de acción en primera persona. Con la sutileza de un gorrión que construye su nido, los grandes del género han ido añadiendo nuevas mecánicas, abusando de ellas y reconstruyéndolas para retomar el interés del público. Los jugadores a veces perdemos la perspectiva, y cuando volvemos a visitar los arcaicos mundos tridimensionales de Doom, Wolfenstein 3D, Duke Nukem o Shadow Warrior, se activa algo muy primitivo en nuestro ser. A pesar de que los enemigos sean duros, de que los escenarios sean intrincados, de que nadie nos dice qué hacer o cómo, sabemos obrar y nos gusta la experiencia. Por eso es necesario dar la bienvenida al viejo género más a menudo. Wolfenstein: The New Order y el propio Shadow Warrior de 2013 son buen ejemplo de que aún hoy hay espacio para el rollo viejuno.

 

Shadow Warrior 2, por su parte, es un juego que mira en dos direcciones. Por un lado, se fija mucho más en lo que hacía característico a los títulos de antaño, y por otro, explora nuevas mecánicas que lo mantienen fresco y dinámico. Pero no nos paremos ya a hablar de mecánicas. Primero ubiquémonos. El título transcurre cinco años después del refrito. Los esfuerzos de Lo Wang para romper la alianza de su antiguo jefe con el reino de las sombras han acabado por corromper nuestro mundo y por crear un nuevo orden en el que humanos y demonios conviven. Hasta el momento, Lo Wang se ganaba la vida haciendo encargos para la yakuza, pero una misión se tuerce y Wang acaba en medio de un conflicto a tres bandas.

 

 

Todo transcurre en una isla plagada de demonios de todos los tamaños. Digo esto porque, literalmente, los 40 tipos de enemigos contra los que luchamos se generan de forma aleatoria, y en ocasiones vendrán en varios tamaños y con variaciones elementales (fuego, hielo, viento, etc.). Esto no es lo único generado de forma aleatoria: los escenarios también son aleatorios, y se generan en base a una serie de capas, como el clima, los tipos de edificios, la vegetación, etc.; y también lo es la localización de los cofres con objetos. Esta aleatoriedad no afecta a la historia más que en el camino que nos toca vivir.

 

Pero el juego tiene otras dos realidades nuevas: el parkour y el cooperativo. Para movernos por el mapa tenemos la posibilidad —y casi el deber— de aprovechar nuevas habilidades que nos permiten saltar entre edificios, correr a gran velocidad, caer desde grandes alturas sin dañarnos… y combinar todo ello con las habilidades de combate. De esta forma nos encontramos con un desarrollo mucho más vertical. En lo que respecta al cooperativo, el juego se expandirá para dejar sitio a hasta cuatro coleguitas. En la partida que vimos en la Gamescom jugaron entre dos, y parece ser que los enemigos se vuelven más difíciles. También es importante dejar claro que los desarrolladores han hecho que cada jugador vea la partida como si fuera el propio Wang, de forma que disfruten de la historia como protagonistas.

 

 

Aparte de todas estas novedades, Shadow Warrior 2 quiere respetar mucho la esencia clásica de la franquicia con mecánicas como la exploración de mapas amplios, la existencia de llaves para abrir puertas y un porrón y medio de armas a nuestra disposición, como las catanas, revólveres, metralletas, escopetas o lanzacohetes, que en total forman un arsenal de más de 70 armas de lo más variado. Retomando el tema de las nuevas tendencias, os digo que todas ellas se pueden mejorar con unas piedras elementales de las que dependemos para acabar con ciertos personajes. En esto se acercan también mucho al género del RPG, puesto que estas mejoras se encuentran al acabar con los jefes de zona. Tratándose de Lo Wang, no podemos olvidarnos de la lucha con catanas. Mantiene el estilo directo y fluido de la primera parte, con toda la casquería que ello conlleva, pero esta vez han simplificado los movimientos especiales que antes se hacían presionando dos veces una dirección y encadenando con el ataque. Ahora con una dirección es suficiente.

 

Obviamente, el juego estará plagado de un aura de comedia constante, entre la parodia, el absurdo, las bromas escatológicas, los huevos de pascua y demás. Así nos reiremos como imbéciles de vez en cuando, que es algo que hace falta en este mundillo. Pero eso es Shadow Warrior, ¿no? Casquería, mecánicas de la vieja escuela y mucha comedia, y parece que esta segunda parte va a juntar todo eso y le va a meter un componente renovador que puede resultar muy interesante. Habrá que ver cómo funciona esa idea de elementos aleatorios, pero por ahora promete. Lo Wang volverá en 2016, posiblemente en verano.


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