Avance Thief ,PS4,X360

Garrett, ¿dónde has estado todo este tiempo?

Según esta reinvención de la franquicia, tú, querido ladrón, estabas oculto en las sombras, ajeno a los acontecimientos que afligían a la Ciudad. Y, ¿dónde estabas para el sector de los videojuegos, y por qué has decidido volver ahora? En este caso, has elegido un comienzo de generación para dar rienda suelta a tu arte silencioso. Bravo, pues los gráficos que, en mi caso, he disfrutado con la PS4, hacen que la experiencia de controlarte sea tremendamente inmersivo en ese ambiente tenebroso, tan bien compuesto con texturas, partículas y una iluminación soberbias.

Lo que no encuentro tan acertado del momento de tu reaparición es que has dejado que otros pongan patas arriba el lugar mientras estabas ausente. Y me niego a aceptar que puedan hacerte sombra y ocultar tus valores, que no son pocos. Por supuesto, me estoy refiriendo a que las cuatro horas de juego me han parecido espléndidas, y temo que se disipen a ojos de otros entre las sombras arrojadas recientemente por Dishonored y, en menor medida, Assassin’s Creed. Las comparaciones son odiosas y tú tendrías que salir ganando, como maestro en el arte del sigilo en los videojuegos, como precursor del arrepentimiento al caminar de forma descuidada. Como personaje que formó parte de una propuesta a la que mucha gente tiene cariño desde 1998 gracias a, por aquel entonces, Looking Glass Studios.

Como bien sabéis, esa propuesta se basa en una de esas tentaciones que solo los videojuegos pueden poner a nuestro alcance sin resultados punibles: la propensión a tomar lo ajeno. Robar. O como hemos visto en los trailers del juego, “lo tuyo es mío”. Y esta incitación a la incipiente cleptomanía que muchos humanos tenemos está muy conseguida. La urraca ladrona estaría orgullosa de las manos de Garrett, pues cada vez que abre un escritorio o caja fuerte y se vislumbra un objeto, resulta muy apetecible. Brillante y colorido entre las manos que lo sujetan con delicadeza, un collar de rubíes destaca sobre la tonalidad del juego; lúgubre y gris, con una mezcla entre el ambiente medieval y el de la era industrial, dejando claro que lo único que resplandece es el dinero y la ostentación por encima de las vidas de los ciudadanos que sufren la tenebra.

Como podéis imaginar, la tenebra es la enfermedad que está barriendo a los habitantes de la Ciudad, bajo la mirada pasiva de las clases adineradas y el Barón, opresor que cuenta con una milicia para ejercer el control. Y aquí es donde aparece Garrett, que tras un afortunado incidente con Erin, su pupila, retorna por la puerta grande a la Ciudad…escondido en una carreta.

A partir de aquí, nuestro maestro ladrón se va encontrando con viejos contactos (decir que el solitario ladrón tiene amigos no es muy acertado) y nuevos personajes, que tendrán diferente participación en su aventura. Basso, además de participar de la misión principal, nos dará misiones secundarias. La Reina de los Mendigos, formulando frases misteriosas, nos otorga mejoras en las habilidades. Y Orion será el que nos introduzca (siempre con dinero de por medio, no olvidemos a qué protagonista estamos controlando) en la oposición al Barón, como voz de la libertad del pueblo.

Que sí, que el entorno del juego es demasiado parecido a Dishonored. Hay desafortunadas coincidencias, hasta la señora tipo loca de los gatos. Pero la forma en que están dispuestos las misiones y el combate, o mejor dicho, la ausencia de él, al igual que las flechas y las nuevas habilidades, lo ponen muy fácil para querer seguir probando y seguir jugando más. Y esto acompañado por la garantía de inmersión gracias al mencionado apartado gráfico y el uso de la primera persona a través de las manos de Garrett (que se vuelve tercera persona en momentos adecuados). Para entrar en detalle he elegido una misión perteneciente al tercer capítulo del juego (Secretos Oscuros), que se desarrolla en la Casa de las Flores. Recurro a ella porque ha sido mencionada y mostrada con anterioridad, por no desvelar más que misterios de jugabilidad.

La Casa de las Flores es un burdel al que acudes en una de las misiones. Entrar es complicado de por sí, ya que sigues los pasos de un cliente. Y aquí empieza el despliegue de medios del juego. Bajando unas escaleras tras el cliente del burdel, utilizamos la nueva habilidad de concentración de Garrett, ralentizando el tiempo. Ese sexto sentido (que ya descubriréis como adquiere Garret) que contiene todas las habilidades especiales y nos cambia el color de la visión, por si no lo imaginabais ya. Le robamos las tres bolsas que porta con dinero como una exhalación, ágil y grácilmente. El cliente gira una esquina, y aquí hay un detalle maravilloso: un jarrón roto en el suelo, iluminado por una lámpara. Doble trampa: el mando de la PS4 se ilumina en blanco, al igual que el indicador de la pantalla, para indicar que estamos al descubierto. Y al igual que a nuestro hombre de negro esto no le sienta nada bien, pisar los cristales nos puede descubrir por completo. Es una buena muestra de la importancia de los espacios de luz y oscuridad, y los efectos de sonido focalizados que hacen que la IA de nuestros enemigos nos muestre lo que pueden hacer.

A continuación, Garrett se agazapa en una esquina. Apoya las manos en el borde de un muro para asomarse, y ahí tenemos dos guardias perfectamente iluminados. Sacamos el arco, y lanzamos una de las flechas: la de agua conviene para apagar uno de los faroles y distraer así al guardia para golpear con el Blackjack a su compañero y noquearlo. Reutilizamos esta conocida porra para tumbar al otro, y ya tenemos vía libre.

Robar en el prostíbulo es muy entretenido. Mientras las fulanas hacen su trabajo, los guardias hacen el suyo. Y Garrett también, buscando el punto de apertura que despliega una pintura y la caja fuerte escondida detrás. Abrir la cerradura por ahora no resulta muy complejo, pero hay que ser rápido para que no nos descubran, y accionar el perno (con su correspondiente ruido) antes de tiempo puede llamar la atención de un guardia o, peor aún, de un pájaro enjaulado al lado que con sus graznidos le atraería hacia nosotros.

Otra actividad muy entretenida es la de abrir pasadizos secretos con el medallón. Una novedad que requiere la habilidad de concentración para resolver jeroglíficos con runas. En el caso de la Casa de las Flores, los signos están en las paredes de diversas habitaciones, y los detectaremos mirando a través de rendijas entre los ladrillos. Tras ejercer como auténticos voyeur, localizamos todos y giramos las ruedas con runas del medallón para colocarlo en un pedestal que acciona la apertura del pasadizo.  

Esto es solo una parte del juego. Ir descubriendo todo lo que se oculta tras las sombras de la preview está a la vuelta de la esquina a la que se aferra nuestro experimentado ladrón, y desde luego en la mente de los que hemos podido disfrutarlo en el pasado y con esta nueva oportunidad.