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Avance Splinter Cell Blacklist ,PS3

Más mortífero que nunca , Sam
Martes 21 de Julio de 2015 por Bruno Louviers

Desde sus comienzos, a principios de siglo, hemos visto cómo la saga de infiltración de Tom Clancy, Splinter Cell, ha ido sufriendo modificaciones desde su aspecto jugable a su diseño. Si quizá los más puristas fueron la primera entrega y Pandora Tomorrow, más tarde encontraríamos algunos experimentos en Double Agent y Conviction. A pesar de que en Double Agent encontrábamos una propuesta fresca y atractiva en la que debíamos medir nuestros pasos para mantener nuestra reputación en ambos bandos, seguíamos manteniendo un gran carácter de sigilo e infiltración. Por otro lado, Conviction, quizá se alejaba un poco de la idea inicial ofreciendo una experiencia más automática y orientada a la acción.

 

En Splinter Cell Blacklist encontramos una vuelta a la infiltración que se ofrecía con las primeras entregas


Ha llegado a nuestras manos Blacklist que, ya desde el principio, nos da una palmadita en la espalda mientras nos desafía, con sarcasmo, a tratar de no ser descubiertos. En este sentido, esta nueva entrega representa una mirada atrás. Nos devuelve a esos escenarios en que lo más conveniente era apartar el dedo del gatillo y tratar de avanzar causando el mínimo número de bajas para no levantar sospecha. La sensación de sigilo se ve potenciada por el concepto de que no existe el silencio absoluto. Siempre hay algo que, al pisar, podría delatar nuestra posición. Así que, acercaos con cuidado al enemigo y, si realiza en más mínimo movimiento de alerta, dejadlo K.O.

 

En cuanto a los ataques, Splinter Cell Blacklist juega con el concepto de letal y no letal. Podemos optar por el uso de armas aturdidoras o, por el contrario, acabar con el enemigo clavándole un cuchillo en el cuello. Aparte de nuestra conciencia, influye en las estadísticas del juego, pero debemos tener en cuenta que alguien que solo está inconsciente, puede volver a levantarse. La práctica de esconder los cuerpos regresa como algo esencial. Los enemigos realizarán sus rondas con alguna probabilidad de aleatoriedad, lo que nos obliga a estar atentos a los movimientos de todos los objetivos. Alertar a un soldado puede ponernos en un aprieto, ya que, suelen dar la alarma y tratar de acorralarnos. Blacklist es un regreso a los comienzos, donde mantenemos a Fisher oculto en las sombras mientras calculamos el tiempo que tenemos para cruzar una estancia. El hecho de recuperar la jugabilidad clásica de la saga, combina con una nueva tecnología y una IA que se pone en alerta cuando detecta algún indicio de que algo no va bien.

 

El menú de selección de misiones y modos se encuentra fundido con el juego cuando llegamos a la base


Este Splinter Cell es de esos juegos en los que el menú está incluido en el juego. Mientras examinamos, encarnando a Sam, el mapa de misiones, podemos entrar en modo multijugador o, si lo preferimos, comenzar una misión cooperativa tan solo hablando con un compañero de la base. Se ha establecido un sistema de mejoras del equipo y las armas, que también se ve introducido como parte del escenario, en forma de departamento de ingeniería. En él podremos optar por blindar las partes del traje o invertir en hacernos lo más invisibles que podamos. Sí, es como decidir nuestro estilo de juego, más orientado a la acción o al sigilo. En cuanto a las armas, iremos comprando diferentes estilos y modificaciones. Podemos mejorar el cargador de la pistola, adquirir algún tipo de explosivo paralizante, o un gadget para las gafas que nos ayude a localizar a los enemigos.

 

Si bien Blacklist nos permite elegir la forma en que queremos jugar, buscando el enfrentamiento o evitando ser detectado, cuando acabamos una misión, se nos muestran unas estadísticas que valoran por secciones nuestra forma de actuar. Medirán lo silenciosos que somos, los enfrentamientos que hemos llevado a cabo y el número de agentes con los que hemos acabado. Y aunque se nos de la opción de arramplar con todo el que se ponga en nuestro camino, algo tirará de nosotros para mantener la calma y observar. Intentaremos de forma innata acabar uno a uno con los enemigos o incluso atravesar las estancias sin dejar rastro de nuestra presencia. En parte es lo más recomendable ya que, si bien contamos con la capacidad de ir barriendo todas las estancias, encontraremos enemigos blindados y acabar con no será tarea fácil.

 

En Blacklist encontramos un modo multijugador, llamado Espías vs Mecenarios, diseñado para enfrentamientos de hasta 4 contra 4. Aunque el planteamiento de estos modos suele coincidir en los distintos títulos que los apadrinan, en Splinter Cell podemos hacer uso de las habilidades de un espía, como ocultarnos en las sombras, colarnos por huecos y conductos y trepar por paredes y techos para atacar al bando contrario desde cualquier punto. Todos podríamos pensar que elegir el equipo mercenario en Blacklist, es la parte menos atractiva ya que, podría no aportar ninguna ventaja, dejándonos a merced de las habilidades del contrario. En este caso, cada bando tiene unas características. Si bien los espías pueden ocultarse con mayor facilidad o están dotados de una mayor resistencia, los mercenarios podrán hacer uso de la adrenalina para ver en la oscuridad o manejar drones para inspeccionar las distintas estancias. Las capacidades de los espías varían en función del perfil que utilicemos. Podremos ser saboteadores para inutilizar los aparatos enemigos, cazadores para descubrir al enemigo donde quiera que se encuentre, o volvernos invisibles para evitar ser detectados.

 

Un modo cooperativo atractivo en el que estar bien comunicados será la clave para realizar la misión perfecta

 

Blacklist hace acopio de todas las mecánicas vistas antes en la franquicia. Explota la estrategia de movernos ocultos, evitando ser descubiertos, mientras que nos trae de nuevo las características más populares de Conviction. Podremos ver la última posición en que el enemigo ha tenido contacto visual o ser premiados por ataques silenciosos con ese disparo automático que nos permite acabar con tres objetivos simplemente con marcarlos.

 

Parece que Ubisoft no olvida la naturaleza de Splinter Cell y lo demuestra trayéndola de nuevo, mezclándola con una acción sutil y enseñándonos el camino para no ser detectados. También reconocemos en esta entrega el trabajo tecnológico que se hace palpable en una inteligencia artificial que no pasa por alto la más mínima variación en el entorno y en ese nuevo sistema de mejoras que nos permiten decantarnos por un estilo de juego u otro. Splinter Cell es un juego pausado que nos transporta a la reflexión y el análisis de cuanto pasa alrededor. No cabe duda que pasaremos horas por los largos escenarios del modo campaña tratando de realizar la misión perfecta y muchas otras en el modo cooperativo, comunicándonos con nuestro compañero para formar el equipo espía ideal.


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