Quisiera disculparme antes de empezar en serio con el avance de Mario Golf porque llevo años sin jugar uno. Creo, de hecho, que el último fue el de GBA y que el anterior fue el primero, el de Nintendo 64, que aún guardo con bastante cariño en mi memoria. Así que con eso en mente, pensad que he llegado bastante virgen a jugar a Mario Golf: World Tour.
En cuanto me puse con él, sin embargo, pude notar que no iba a tener ni un solo problema para adaptarme a él: los controles, los mapas, las bondades de los diferentes personajes (el plantel más grande hasta el momento) y demás características están donde deben y funcionan como imaginas. Y hay una barbaridad de extras, tantos que no pude probar más que un par de modos en profundidad, y en ellos me centro.
El modo de juego libre tiene varios modos en sí: jugar por hoyos, contra un personaje de la CPU, por tiempo o por menos número de golpes por hoyo. Así que me metí en lo que pintaba más difícil: jugar 18 hoyos seguidos y tratar de puntuar menos de cero. Me quedé en +1 al final de los mismos, pero Mario parecía contento. Yo lo estaba con su swing de casi 200 metros y con lo fácil que resultaba apuntar, activar el modo disparo y, aunque nunca conseguía clavar perfectos los dos tiempos que la consola me indicaba para hacer un golpe extra potente, lo paliaba usando las combinaciones de A y B que existen para dar diferentes efectos a la bola.
Pese a mi poca experiencia, me adapté muy bien al juego y no tuve que jugarlo en automático. A los pocos hoyos, de hecho, empecé a probar con palos, distancias, agoté los golpes potentes que hay por partida (si se acaban, despídete de ellos) y empecé a medir mejor fijándome en el viento. Como juego de golf está claro que World Tour no es el más preciso que existe, pero como aproximación arcade es de lo mejorcito que se puede pedir.
El otro modo al que le di duro fue al de desafíos. Hay una buena variedad de ellos y van desde acabar un hoyo bajo par y consiguiendo una moneda con un disparo especial hasta batir a otro personaje (Daisy, en este caso) en unas condiciones muy concretas. No superé este último reto, pero otros tres parecidos al primero que cito sí pude hacer. Tengo entendido que esto de los desafíos es algo común en la saga, aunque yo no lo he vivido en primera mano, pero si funcionan como en World Tour, creo que funcionarán de miedo.
Entre los modos que no pude probar, creo que estaba el más interesante y que más va a marcar el juego: el Castillo Mii. Aunque el torneo y los piques con amigos por Spotpass seguramente sean la bomba, lo que puede ser la bomba es hacer un pequeño juego de rol, como tenía el juego de GBA, con tu mii como protagonista, con un montón de mejoras que se pueden comprar consiguiendo puntos con los partidos y con unas buenas series de partidos que vayan ascendiendo poco a poco en dificultad. Poco más os puedo contar de él por las limitaciones de mi partida, pero realmente pinta estupendo.
El multijugador también jugará un papel importante, no creáis que me he olvidado de él. No pude probarlo de primera mano, pero Nintendo ya ha insistido en que el multijugador local será uno de los puntos clave del juego, igual que lo serán los objetos para modificar disparos en determinadas pantallas o los niveles con potenciadores u obstáculos que le darán una vuelta de tuerca extra al juego, acercándolo a la diversión que se podría dar un Mario Kart.
Así pues, fans del Mario Golf, o viejos jugadores como yo que lo hemos perdido de vista con el tiempo, este juego promete. World Tour es una preciosa adaptación y un pulidísimo juego que engancha tras una sola partida y que está abierto de par en par para cualquiera, hasta para alguien que tiene nulo interés en el golf como deporte, como el menda, tiene ganas de seguir dándole al palito.