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Avance Watch Dogs 2 ,PS4

Se ha ganado una oportunidad para creer en él.
Domingo 21 de Agosto de 2016 por Víctor Junquera

Qué queréis que os diga, me ha gustado Watch Dogs 2. Si bien no tengo un recuerdo precisamente bueno del original, tampoco lo odio, como parece ser la tónica general. Tenía sus cosillas interesantes que han sido potenciadas con creces en éste, y todo el cambio de ambientación y tono desde el original a esta secuela, pues me gusta, me parece más verosímil dentro de un mundo que te permite ‘hackear’ todo tipo de cosas a través de las cámaras.

 

Sobre el cambio de ambientación aún no puedo decir mucho, no es que haya visto mucho de esta nueva San Francisco como para comparar con la anterior Chicago, ya que sólo me he dado unas vueltas por los alrededores del mítico Pier 39, pero es un juego de Ubisoft, y otra cosa no, pero las ciudades en los títulos de Ubi siempre saben impresionar con el enfermizo nivel de detalle que presentan. Otra cosa muy diferente son las gentes que las pueblan, que por ahora no parecen demostrar mucho, pero según me han podido decir sus desarrolladores, aún falta mucho, mucho que implementar, así que en estas pruebas siempre pueden pasar cosas.

 

Ciertas cosillas como texturas, muchos comportamientos de viandantes o físicas a la hora de conducir aún no estaban del todo implementadas, son conscientes y Watch Dogs 2 aún tiene mucho que mejorar, pero la idea central, el ‘hackeo’, parece una mecánica mucho más interesante y creíble que ver información automáticamente o pulsar un botón para activar y romper cosas.

 

 

De hecho, más que hackeo, me gusta llamar a esta mecánica algo como ‘control remoto de todo’ (término aún por mejorar), y es que ahora no son pocas las acciones que podemos hacer con cada elemento con el que se puede interactuar, y basta sólo con apuntar hacia dicho elemento para ver todo lo que podemos llegar a hacer con él, tanto de cara a la infiltración como para la acción más directa, que por cierto, no es tan recomendable aquí ya que el protagonista no es muy bueno con las armas y no aguanta muy bien los disparos enemigos (cosa lógica, por otro lado).

 

Este ‘control remoto de todo’ tiene bastante miga. Con una pulsación rápida de L1 se acciona ese ‘hackeo rápido’, mover un coche en una dirección al azar, desactivar semáforos, sobrecargar aparatos y otras tantas cosas que se podían hacer ya en el Watch Dogs original. Aquí, al mantener pulsado ese mismo L1 se despliega una serie de accesos rápidos a diferentes hackeos que permiten varias acciones contextuales para el mismo elemento. Para un bloque de aire acondicionado se puede hacer estallar inmediatamente, se puede accionar un detector de proximidad para hacerlo estallar en cuanto un enemigo se acerque,… Un coche se puede manejar en las cuatro direcciones, algo que no sólo sirve para molestar (y mucho) a tus perseguidores sino que también funciona para pasar más rápidamente de una huida a pie a una sobre ruedas, haciendo que sea el coche el que venga a tu posición y no al revés.

 

Y ese ‘juego con las personas’ del que hacía gala el primero aquí se ve algo reducido, pero con más sentido. No todo el mundo tiene algo oscuro y jodido en sus descripciones, pero puedes juguetear con la información de todo el mundo, y hay ciertas acciones especiales no disponibles para todos que unas veces se pueden hacer sencillamente por molestar y ver las reacciones de los NPCs, y otras veces pueden ser utilizadas en combate, y no todo se resume en hacer sonar un móvil ajeno o enviar un mensaje ‘troll’.

 

Otras novedades tienen que ver con el control de drones, uno por aire y otro por tierra, unos rones que no podemos utilizar en cualquier momento sino que tenemos que buscar una buena posición para que Marcus se siente con su portátil para controlar al dron sin quedar expuesto. El dron volador ayuda a planificar las misiones de la mejor forma sin recurrir a la letalidad. Una exploración desde la lejanía que permite marcar a los enemigos, ver y activar trampas y reconocer el terreno. El dron terrestre sirve para accionar terminales y extraer información sin exponerse, aunque el propio dron tiene que estar en contacto con el terminal en cuestión.

 

 

Todo esto son herramientas para que se pueda cumplir de verdad ese clásico cliché de los sandbox que rara vez se cumple de ‘puedes afrontar cada misión de muchas formas diferentes’, y en Watch Dogs 2 se dan muchos elementos para que esto pueda ser algo divertido y variado. Ahora sólo falta que el resto del juego, lo que no son misiones principales, sepan estar a la altura y justificar la existencia de un mundo abierto que sirva para más que para ‘controlar cosas a distancia’.

 

Dentro de todo esto también hay un modo multijugador basado en invasiones que también han mejorado con respecto al primero. Si tienes permitidas las invasiones y estás armando mucho caos, alguien puede entrar en tu partida para cazarte antes que la policía y obtener una recompensa por ello, un ‘polis y cacos’ que puede llegar a ser incluso un 3 vs 1 en cualquier dirección, siendo siempre uno el objetivo, o un 2 vs 2 o 1 vs 3 en el que los acompañantes del objetivo se convierten en defensores. Un modo bien curioso que, al menos en el entorno cerrado en el que se ha visto, era bien divertido. Si cuando quieras hacer misiones normales y corrientes de la campaña y no te resulta divertido que te invadan cada dos por tres, es tan sencillo como desactivarlo, o jugar sin liarla parda por la ciudad.

 

Cabe decir, eso sí, que para los escépticos, y sobre todo para los ‘haters’ de la marca (de la compañía, incluso), Watch Dogs 2 seguirá siendo más de lo mismo si no quieren ver más allá. Es un sandbox de Ubisoft con todo lo que ello conlleva, una ciudad con varias zonas que explorar, una explosión de iconos con cositas secundarias que conseguir, una IA muy lejos de ser perfecta,… El cambio de tono y el aspecto menos ‘serio’ y más juvenil, le sientan bien a Watch Dogs 2, y tiene potencial para llegar a convertirse en una buena redención para la saga del mismo modo que Assassin’s Creed 2 supo compensar todos los grandes problemas del primero, pero por supuesto, será imposible que quien ya le tiene tirria sólo por nombre o procedencia lo vea. Por mi parte, se ha ganado una oportunidad.


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