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Avance Battleborn ,PC,PS4

¡Cuente, cuente! ¡Son 25 personajes!
Miercoles 12 de Agosto de 2015 por Diego Emegé

Que no, que Battleborn no es un MOBA. Gearbox no lo quiere llamar así, así que hay que respetarlo. Aunque lo cierto es que tampoco hace mucho por evitarlo. Sí, dice que no es más que el compendio de absolutamente todo lo que ha hecho en el pasado, pero en todas partes se habla de que es un Borderlands con mecánicas de MOBA. Aunque hasta que no he probado el juego no he podido delimitar qué narices tiene de ese género para que todos se empeñen en sacárselo en sus fichas policiales. Lo cierto es que el modo campaña no tiene mucho que ver: no asaltamos ninguna base ni de pastorear hordas de esbirros por toda la pantalla. Tiene modos competitivos, sí, pero por ahora el estudio he preferido centrar nuestra atención en el cooperativo, así que tendremos que hacer lo propio también nosotros.

 

Lo que realmente toma de los MOBA es el amplio repertorio de personajes a nuestra disposición —25 de ellos, coloridos y caricaturescos— y el hecho de que se pueden mejorar a lo largo de una sola partida. Es un concepto atractivo, ¿verdad? Por desgracia a la gente de Randy Pitchfork no le gusta ir a lo fácil. En su lugar, decidieron centrar su presentación de la Gamescom en hablar de cuatro nuevos personajes, que, por otra parte, fue muy educativo: Primero tenemos un hombre pájaro llamado Benedict, que puede volar y usar un lanzacohetes enorme; luego a Mellka, una elfa espacial que se sirve de pistolas y pociones al estilo BioShock; también está Ambra, una hechicera de rollo egipcio; y por último a Reyna, que es una pirata espacial especializada en el apoyo a los aliados.

 

 

Ya dentro del juego, mi experiencia personal pasó por escoger a Marquis, un C3-PO victoriano con debilidad por los rifles de francotirador, los búhos y las campanas de energía. Su estilo de juego está muy centrado en el ataque preciso y el apoyo desde la distancia, y a través de las mejoras se logra obtener ventajas brutales con las que el búho se multiplica, gana en distancia, ataque y duración, por ejemplo, y la campana de energía también acaba resultando una herramienta devastadora para controlar grandes masas de enemigos. Por otra parte está el ataque finalizador, que también demostró ser todo un portento contra enemigos más contundentes.

 

Todo el sistema de juego está muy bien engrasado, y no dificulta para nada la interacción. Como en un buen juego de lucha, la necesidad de probar más de un personaje está ahí, porque no tienen nada que ver el uno con el otro. Compararlo con Borderlands es inevitable, porque las similitudes son más que patentes en muchos niveles del desarrollo: el apartado visual es más caricaturesco, pero el sentido del humor mantiene la misma línea macarra y absurda. Me da la sensación de que me costará seguir el hilo de todo lo que se habla a lo largo de las partidas, por la cantidad de elementos que hay en pantalla constantemente, pero una vez logrado, sé que las risas estarán aseguradas.

 

 

Sinceramente, a pesar de que no jugaba con amigos, de que iba con el tiempo pillado, de que tenía dos párpados atacando mi visión constantemente por el sueño, Battleborn me divirtió. Solo pude jugar una media hora, y para cuando quité la vista de la pantalla, me di cuenta de que el resto de medios, salvo mi equipo, habían dejado la sala. Para cuando terminé tenía una buena sensación, pero días más tarde volví a probar la misma pantalla con mi compañero Pareja, y ahí me falló algo.

 

Quizá era porque esta vez nadie hablaba, quizá ya me cansaba el mismo escenario, o quizá, al escoger a otro personaje empezaba a notar que el estilo de juego, a pesar de ser totalmente competente, no se acerca a la precisión y la respuesta que Destiny, un juego que había vuelto a tocar media hora antes, sí que ofrece. No obstante, me he quedado con ganas de más. 25 personajes dan para mucho, y sé que habrá uno de ellos que concordarán perfectamente con mi forma de jugar. 


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