Hace un par de años, cuando Microsoft lanzó Forza Motorsport 4, el equipo de marketing de Xbox España montó un acto promocional en Montmeló para celebrar el evento. Dan Greenawalt vino a explicar una vez más su visión del juego pero el highlight de ese día no fue el juego en sí.
Alineados en un lateral del pit lane, una decena de Ferraris hacían cola, relucientes, listos para dar una vuelta por Montmeló.Forza había firmado un acuerdo con la firma italiana para ese cuarto título y Microsoft supo sacar partido de la medida para impresionar a los asistentes.
Sé que estáis pensando que este dato de los Ferraris no tiene ningún interés. Dadme un párrafo más y os lo explico. La actividad consistió en un par de vueltas al circuito, con un monitor que nos indicaba dónde acelerar, dónde frenar, y que estaba ahí por si las cosas se ponían suficientemente feas.
Y se pusieron. Recuerdo enfilar la recta de meta, pisar gas a fondo y poner el Ferrari a más de 200 por hora. Y también recuerdo que, llegada la frenada de la primera curva, me la comí de mala manera e hice un recto con todas las de la ley.
He corrido en Montmeló cientos de veces. De manera virtual, claro. He visto carreras, he participado en diversos juegos y he tenido la oportunidad de conducir por ese asfalto en la vida real. Y, aún así, en mi primera vuelta cometí un error de novato.
Un error de novato que era prácticamente imposible presenciar en los capítulos anteriores de la saga Forza. Sus tres últimas entregas, correspondientes a la presente generación, fueron preciosas, sí, pero fallaron ahí donde un juego de conducción (donde cualquier juego de conducción) más lo necesita: en la inteligencia artificial.
El nombre es Drivatar y en Turn 10 aseguran que es una tecnología (ya la vimos en el primer Forza, por cierto) que llega en el momento justo. La potencia de Xbox One y sus capacidades en la nube van a permitir calcar el comportamiento de un usuario sobre la pista. El juego va a aprender por donde nos gusta tomar als curvas, cuando somos más agresivos e incluso si acostumbramos a sobrevirar en un giro en concreto.
¿Por qué es tan importante? Porque toda esa información la replicará el juego aunque no estemos conectados. En otras palabras, competiremos contra los Drivatars de otros usuarios. «No se trata de inteligencia artificial», aseguran en Turn 10. Se trata de de «un comportamiento humano».
Posiblemente estemos ante la mayor revolución jugable en un juego de conducción. Si, tanto Forza como Gran Turismo mantienen su lucha por conseguir las físicas más realistas, pero conseguir rivales que se comporten como seres humanos y que sean capaces de fallar incluso en las curvas más elementales es un paso adelante.
De las opciones jugables de Forza Motorsport 5 sabemos poco, pero sabemos algo. La Formula Indy hará acto de presencia por primera vez en la franquicia y la competición rotará en torno a cincuenta eventos en el modo carrera que ofrecerá diferentes eventos en función del coche con el que compitamos. ¿Es la respuesta de Turn 10 a unos modos competitivos algo pobres hasta la fecha?
Después de la inteligencia artificial, esa es la última frontera que le queda por conquistar al estudio. Y no tiene que ver con la tecnología, se trata de hacer un juego en el que la competición, para los que quieran, ofrezca retos, estímulos y hasta cierto parecido con el mundo real. No hay más que fijarse en su gran rival, Gran Turismo, o en Project CARS para darse cuenta de que no es tan complicado.