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Avance Fire Emblem Three Houses ,SWITCH

Magisterio para dummies
Domingo 14 de Julio de 2019 por Julián Plaza

Puede que, a primera vista, lo más llamativo de Fire Emblem Three Houses sea su salto cualitativo a nivel gráfico. Como en Pokémon, el aterrizaje en Switch viene de la mano de un lavado de cara importante que incorpora, por primera vez, modelados y entornos tridimensionales, exploración en tercera persona en escenarios abiertos y una representación más fiel, más concurrida, de las batallas; en las que, esta vez sí, aparecen muchas unidades en escena y cada personaje puede tener un pequeño batallón. Pero no, en realidad el verdadero cambio está en la experiencia

 

En esta ocasión Intelligent Systems quiere asegurarse de que conectemos con nuestra crew, y por eso nos pone bajo la piel de Byleth: un enchufado/elegido por el reino que debe ejercer de profesor (novato) para una clase de ocho alumnos, cada uno con sus intereses, clase social, fobias, virtudes y demás. Toca elegir entre tres casas -Ciervos Dorados, Leones Azules y Águilas Negras- con sus respectivos delegados, personas importantes para la trama que reciben especial atención, y trazar planes mensuales de aprendizaje para cada alumno, con la intención de encarrilarlos hacia lo que se les dé mejor o, siendo estrategas, con el objetivo de tener un equipo que cubra todos los frentes. 

 

 

En cualquier caso, lo crucial radica en todo lo que ocurre durante las semanas lectivas, en todo el porrón de actividades que podemos hacer en la Academia de Garreg Mach y en lo muchísimo que el estudio nipón parece haberse fijado en la Hogwarts de J.K. Rowling. Como profesores podemos viajar libremente por el lugar, echando un ojo a lo que se cuece en el invernadero, pasando a cantar por la catedral, visitando las caballerizas, invitando a comer a quienes queramos en el comedor y un largo, abrumador etcétera. 

 

Esta especie de colegio o facultad funciona como un parque de atracciones en el que invertir el tiempo libre, de una manera bastante similar a como lo hace la saga Persona, por lo que todo es ocio y nada lo es. Cualquier actividad aparentemente lúdica tiene una traducción real en esa gran pizarra de sistemas que compone el juego, porque si invitas a comer a alguien estrecharéis lazos, y si ese alguien es tu alumno estará más motivado, así aprenderá más y, en última instancia, rendirá mejor en combate. Acción reacción. Siempre hay una parte de ti que piensa en la big picture, en que se puede ser pragmático sin dejar de pasar un buen rato pescando, cultivando hortalizas o regalando ramos de flores; porque Fire Emblem Three Houses es también eso, y no en una porción precisamente pequeña de su totalidad.

 

 

Luego está, obviamente, todo lo demás. El combate sigue una estructura similar a la de anteriores entregas, o no lo suficientemente distinta como para echarte para atrás si te has saltado alguna de sus muchísimas partes. En mi caso, mi último contacto fue con Awakening, y la experiencia es lo suficientemente familiar como para sentir que no me he perdido nada. Lógicamente hay cambios, claro. El más importante es la incorporación de unos batallones vinculados a cada personaje que funcionan como habilidades extra, y que además de dotar de cierta magnitud a las batallas -que ahora sí, son multitudinarias- tienen aplicaciones prácticas bastante importantes: afectan a varios cuadrantes, bloquean el movimiento enemigo en el próximo turno, lo hacen retroceder, te curan, etc. Aplicad a esto varios sistemas de mejoras y requisitos de aptitud (Mando) para manejar a los batallones más fuertes, y el resultado es una nueva carta en el mazo que parece mentira que no lleve toda la vida en la franquicia. 

 

Y aunque todo lo que hacemos termine condensado en el combate por turnos ‘de siempre’, el peso de cada pérdida -jugando en modo Clásico, donde si una unidad cae desaparece para siempre- es más contundente que nunca. Es algo que ocurre por esa narrativa, esos lazos, esa relación profesor/alumno que se crea con el día a día en la academia, que lejos de resultar circunstancial está puesta para generar historias que mutan y que se sienten personales, tuyas. Por el momento, Fire Emblem Three Houses es un qué pasaría si Persona y Harry Potter sirvieran de referencia para hacer una nueva entrega de la serie del emblema del fuego, y aunque todavía me queda bastante para terminar el curso escolar, o para ser un profesor mínimamente decente, por ahora os aseguro que esto está siendo una deliciosa locura.


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