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Avance Days Gone ,PS4

Un enjambre de zombis te persigue, ¿por dónde puedes escapar?
Martes 14 de Junio de 2016 por Adrián Suárez Mouriño

Days Gone no inventa la rueda, deja claro sin pudor que es un The Last of Us con motos y muchos más disparos, y lo decimos como un piropo. Los zombis son zombis y no plantas con piernas y el mundo es abierto. De Naughty Dog se toma su sensibilidad para relacionarse con el mundo de juego, el tono, el apocalipsis y sobre ello se construye la experiencia del título.

 

El mundo de juego es ahora uno abierto, toca sobrevivir. La muerte está por todas partes y hay que explorar para encontrar recursos y seguir adelante, ese es el leimotiv del título. Durante la conferencia de Sony comprobamos de primera mano esa idea y las distintas capas de jugabilidad que nos dará Days Gone. La primera es la de la exploración con nuestra moto en busca de nuevos hitos que explorar, esta se extiende también a la investigación de escenarios determinados poblados de animales, zombis y humanos, que como siempre son el peor de los males.

 

Motos, mundo abierto, zombis, supervivencia, exploración, huida y muchos tiros. Eso es Days Gone

 

Cuando el protagonista llega a lo que parece una fábrica abandonada se topa con un vagabundo que persigue. Podríamos seguirle o no hacerlo, quien encarnamos podría marcharse por la puerta al fondo de la estructura pero decide encaramarse por un tejado y dar con él, claro que lo que encuentra es la muerte. El pordiosero grita al caerse desde lo alto, nosotros con él, y llama la atención de los zombis.

 

Estos no muertos no son lentos, no son los del Resident Evil, son una horda virulenta con mentalidad de colmena que recuerda a Day Z. Comienza entonces otra dimensión del juego, interesantísima: huir en un entorno abierto siendo presionados por una masa de infectados letales. Durante la presentación del gameplay comprobamos como el héroe se para en un par de ocasiones a ojear su entorno y comprobar sus opciones de huida, y las emplea como mejor puede, aunque acaba en un callejón sin salida, rodeado de zombis y con la muerte soplándole en la nuca.

 

En el combate, Days Gone se acerca más a un shooter tradicional en tercera persona que a The Last of Us. Las armas no se sienten tan pesadas, no tienen una cadencia tan limitada ni las balas se reducen a un puñado, eso sí, aquí una metralleta parece ser más una herramienta de contención que un arma de matar. Intuimos que no todos los tramos jugables serán de pura acción y que habrá sigilo. Cuando nos topamos con el otro superviviente que acaba alertando a los no muertos, realizamos una acción de cobertura y también nos encontramos con un silenciador al examinar un coche.

 

La exploración por los entornos para encontrar el mejor lugar para huir de los zombis nos ha gustado

 

En cuanto a las fases de conducción, nos quedamos con las ganas de ver cómo sería una huida con un montón de infectados mordiéndonos los talones mientras nosotros apretamos el acelerador de nuestra moto, también si existirán conceptos como la falta de gasolina, que haría de estas escapadas unas mucho más interesantes. De todos modos, creemos que no, puesto que Days Gone parece apostar por la simulación solo de forma superficial: en cómo recogemos un elemento, en cómo movemos una verja para pasar por ella; pero en todo lo demás apunta a tener un corazón arcade: balas ilimitadas y también un tanque de combustible eterno. De todos modos estas son solo conjeturas, si hace falta esa pizca de irrealidad para construir unas persecuciones zombis potables y de calidad, bienvenida sea.

 

Days Gone plantea así una interesante manera de enfocar un apocalipsis; como decimos no es para nada nueva, no hay nada excesivamente original en el juego, pero la suma de las partes parece funcionar muy bien, tanto, que el juego nos ha entusiasmado. Hemos visto ya una ambientación desastrada que explorar con zombis y también un mundo abierto en otros juegos, incluso con cooperativo y en entornos persistentes, pero no esa construcción del zombi como algo que nos obliga a huir, a emplear los escenarios y a generar unas huidas interesantes de manera entendemos que constante.

 

Es ahí donde Days Gone se la juega, en cómo podremos usar los entornos para infiltrarnos, construir nuestra propia historia y huir con éxito; no olvidemos que en la demo que vimos durante la conferencia de Sony del E3 2016 el protagonista acababa mal. En lo técnico, el videojuego parece responder bien, sin caídas de frames durante la acumulación de los no muertos los unos sobre los otros y sin tirones serios al realizar ciertas acciones como subir o bajar de la moto. No despunta sobremanera en este apartado, pero la promesa de un mundo abierto en el que los pequeños entornos también lo son pesa sobre una calidad técnica de pura fuerza bruta.

 

Days Gone es la gran novedad de Sony junto con el inexplicable todavía Death Stranding, el maravilloso despertar de God of War y el inteligente Resident Evil 7. Personalmente me ha gustado mucho. No es un videojuego que apunte a ser profundo en su trama, no pretende cambiarte la vida ni tampoco revolucionar la industria, pero es el típico título que quieres tener ya en tu estantería porque sabes solo con verlo que está bien hecho y que lo vas a disfrutar.


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