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Avance Bloodborne ,PS4

Te cambio el escudo por este trabuco.
Lunes 08 de Septiembre de 2014 por Diego Emegé

En la Gamescom de este año probé varios montones de juegos de PlayStation 4 que me atrajeron poderosamente, pero Bloodborne o, como nos gustaba llamarlo, Los bornes de la sangre, fue el juego por el que empecé a plantearme seriamente adquirir la consola de Sony. Así de potente es lo nuevo de FromSoftware. Bloodborne sigue la esencia de Dark Souls en su tendencia a ser lo más oscuro que pueda, tanto en cuestión de historia, por no ser obvia ni clara en ningún momento, como en cuestión de atmósfera y ambientación.

 

 

Hasta la fecha no se conoce gran cosa de la historia que va a vertebrar el juego, solo que los acontecimientos tendrán lugar en una antigua ciudad llamada Yharnam, cuna de un remedio médico que atrae peregrinos en busca de una cura. Uno de esos peregrinos es el protagonista del juego y a quien controlamos. A su llegada a Yharnam, nos encontraremos con una ciudad poblada por unos habitantes violentos y seres monstruosos y horribles. La atmósfera es oscura: ya lo podéis presenciar en el contenido multimedia que se ha ido liberando. Priman los escenarios tétricos en los que reinan el negro de los ladrillos teñidos por el hollín, los ámbares de las llamas y los rojos de la sangre con la que pintaremos las calles y los hogares de una oscura ciudad de estilo victoriano.

 

La búsqueda de FromSoftware no es de crear un juego de terror que nos tenga pegados al asiento, sino diseñar una experiencia temible que se filtra a través de unos combates que nos permiten sentir un tremendo alivio a cada victoria. La forma de escribir los combates ha cambiado, y es lo que más caracteriza a Bloodborne. En esta ocasión vamos a tener que dejar los escudos de lado y afrontar los combates a base de ataques y esquives. La cosa no va de subir la dificultad, sino de buscar otra mecánica de combate que también funciona pero que, de alguna forma, había quedado relegada a un segundo plano tanto en Demon Souls como en Dark Souls, a pesar de que siempre estuvo ahí. Lo que intenta Miyazaki con este Bloodborne es buscar una forma diferente de expresar la lucha, que se adaptaría a otro tipo de jugador o que trataría de enseñar a esquivar a los jugadores defensivos.

 

 

En FromSoftware hacen hincapié en el hecho de que cada combate es una nueva ocasión para probar nuestra valía como luchador y también de evitar la muerte, porque cada combate puede significar nuestra muerte. La barra de vida, no obstante, ha cambiado para animarnos a luchar hasta nuestra última gota de sangre. En Bloodborne contamos con una barra roja de vida que, al recibir daño, se ve reducida dejando una franja de color amarillo que disminuye rápidamente. Al encajar golpes a los enemigos y acabar con ellos recuperaremos nuestra vitalidad hasta donde llegue la franja amarilla. De esta forma no hay lugar a la reflexión: para vivir hay que luchar, y mientras luchemos hay esperanza.

 

Pero atacar no es la última forma para evitar la muerte. A pesar de que se han desechado los escudos, hemos ganado en variedad para esquivar los ataques. Además de los movimientos de rodar, se ha mejorado la finta que ya existía en Dark Souls y con la que podíamos retirarnos rápidamente hacia atrás. Bloodborne presenta también otros movimientos hacia adelante o hacia los lados. Pero, eso sí, para asegurar la agilidad de nuestro personaje también tendremos que dejar en su percha la armadura pesada. No temáis, porque aún hay una defensa que podemos utilizar en caso de que las cosas se pongan feas. Las armas serán nuestro método ofensivo de defensa. Un pequeño trabuco o escopeta será el método para echar atrás a los enemigos que se pongan pesados.

 

Las armas principales han ganado en variedad para suplir la falta de defensa. Podemos esgrimir cada guadaña, espada, hacha, etc., de tres formas distintas, y cada una de ellas cuenta con dos posiciones. El ejemplo más claro es esa suerte de navaja gigante que lleva nuestro protagonista en los vídeos que rondan por la red. Esa arma puede extenderse para ganar en daño y en distancia de ataque. También se ha trabajado el sistema de combinar ataques, de forma que podemos encadenar un ataque corto con una parada con el trabuco y un ataque final con el arma principal extendida, cosa que inaugura un sistema de combate mucho más dinámico en los juegos de FromSoftware.

 

 

No se han olvidado de los Estus ni de los ítems, aunque los primeros hayan quedado incluidos en el interfaz de la vida, puesto que es un elemento que vamos a usar sí o sí. Lo que sí que tiene su propio icono es los dos diferentes sets de ítems que podemos tener en Bloodborne: por un lado la munición de las armas de mano y por otro los clásicos objetos como las bombas, los venenos y demás.

 

El conjunto visual es sobrecogedor. Todo lo que caracterizaba a los anteriores títulos de FromSoftware era un apartado artístico sublime que debía recatarse por cuestiones técnicas, pero ahora que PlayStation 4 estás ahí para nutrir ese aspecto, el resultado es uno de los juegos visualmente más potentes que vamos a encontrar en el futuro de la actual generación de consolas, sin asomo de duda.

 

Bloodborne es la razón por la que estoy ahorrando para comprar una PlayStation 4. Mejor no podría definir la impresión que tengo del título de FromSoftware. Es el encuentro de tantos y tan trabajados elementos que cuesta no quedarse boquiabierto al jugarlo. Conociendo, y habiendo disfrutado, de la experiencia Dark Souls, tango que decir que Bloodborne, efectivamente, es algo diferente, pero no va a decepcionar a nadie.


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