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Avance Black Desert Online ,PC

¿Más que un juego bonito?
Martes 12 de Abril de 2016 por Kysucuac

Como siempre digo, analizar un MMORPG es una tarea muy complicada, de ahí que esto vaya a quedar en un avance. Cuando tenemos en las manos un juego de este género, tenemos una bomba de relojería. Y es que la gran variedad de aspectos a tener en cuenta se multipican más que en cualquier rol de mundo abierto, ya que aquí nos toca mirar la creación de personajes, la historia, la jugabilidad, las mecánicas, todos los aspectos estéticos, cómo conectamos con otros jugadores, la comunidad, la mensajería… en fin, el multijugador y el concepto de “lo online” en general. Además, el problema es que un juego así está siempre en crecimiento: Cada vez más niveles, cada vez un mundo más grande, más objetos, novedades… Por no hablar de actualizaciones o expansiones que pueden modificar todo el juego de la noche a la mañana. Y no quiero señalar a nadie, World of Warcraft.

 

Pero el juego que hoy nos ocupa no pertenece a Blizzard. De hecho, se encuentra bastante lejos de California técnicamente hablando. Hay que irse al opuesto, de Occidente a Oriente, y situarnos en Corea. Aquí los MMORPG tienen un estilo muy propio que acaba reflejándose en todos, aunque de manera distinta, y nos hace señalar con el dedo diciendo: A mí no me engañas. Tú eres coreano, ¿verdad? Algo así es lo que me ha pasado con Black Desert.

 

El apartado artístico es una pasada, las cosas como son

Debo decir que al principio tenía las expectativas muy altas, que tenía muchísimas ganas de jugar. No es para menos, el editor de personajes de este juego deja el hype por las nubes. Y más después de todo el tiempo que nos hemos llevado viéndolo en los canales de esos youtubers afortunados que tienen acceso a todo incluso antes de la prensa. No, esta vez no es culpa de Dayo. Pero sólo por esta vez. Una cosa está clara: Lo que Black Desert prometió, lo ha cumplido con creces.

 

Y, ¿qué prometió Black Desert? Un editor de personajes detallado a más no poder, una forma de crear un avatar totalmente única, digna de Electronic Arts y los Sims 4… ¡Pero mejor todavía! Nada más entrar al juego me parecía increíble estar ahí, en el editor de personajes de mis sueños, pensando que aquello no era un juego de simulación, sino todo un MMORPG en el que, por fin, iba a tener al personaje que quería. ¡Ah, qué maravilla! Os preguntaréis: ¿Qué hace tan especial a este editor de personajes? Pues es una buena pregunta, sí. Simplemente, la posibilidad de modificar cada hueso y cada músculo es demasiado suculenta, sobre todo si le sumamos que también podemos mover cada mechón de pelo hasta encontrar el peinado perfecto.

 

Y eso es todo, amigos

Lo cierto es que, muy a mi pesar, pasado el editor de personajes la cosa baja mucho. Y con que baja mucho quiero decir que se hunde en una depresión inmensa hasta caer en un gran abismo sin final. Qué poético todo, ¿verdad? Quizás haya exagerado, pero imagino que esto me duele más todavía porque tenía mucha ilusión, llevaba mucho tiempo esperando a Black Desert… Y me he sentido vacía. O llena sólo a la mitad. Como cuando dejas sitio para el postre, pero el postre no llega nunca. Oh, Black Dessert. Tiene sentido.

 

No es momento para juegos de palabras de los míos, sino para lamentarnos. Os pondré en situación: Os llenáis de gula editando al mejor personaje de todos los tiempos (obviando el hecho, como ya dije, de que no podemos elegir el sexo de nuestro personaje, dependiendo éste de la clase que escojamos) y esperáis a que el juego esté al mismo nivel que ese ser perfecto que vosotros, como dioses de la creación, habéis ideado. Pero nope. Black Desert no está al mismo nivel que su editor de personajes.

 

¿Bonito? Sí. ¿Una historia interesante? Bueno, sí. ¿Unos controles diferentes? La verdad es que sí, y hay que decir que el sistema de combate es impecable. Te hace pensar que estás en cualquier otro juego en tercera persona y no en un multijugador. Entonces, ¿qué pasa, Kysu? ¿Qué tiene de malo Black Desert? Pues lo mismo que tiene de mejor juego de todos los tiempos: Absolutamente nada. No, Black Desert no tiene nada de malo, obviando su doblaje nefasto – puede que no sea tan importante poner las frases en la boca de los personajes, pero las animaciones de cada uno de ellos a la hora de hablar se repiten más de la cuenta –, pero tampoco podemos decir que sea el MMORPG del año.

 

Creo que el juego tiene un poco de todo, mezclando elementos de otros del género que han funcionado mejor. A ratos me ha recordado a Guild Wars 2, que sigue siendo de mis favoritos, incluso parece que se haya inspirado ligeramente en el Final Fantasy XIV. Los escenarios son una pasada, la música no es una maravilla, pero acompaña a la perfección. El diseño de los personajes secundarios tampoco ha sido descuidado, aunque estoy algo cansada de que, por lo general, sean figuras negras misteriosas hasta que el juego cargue. Y, creedme, es cosa del juego, no de mi ordenador. Que esto corre hasta la vida real, no hay requisitos que se le resistan.

 

Diría que sólo por el editor de personajes merece la pena, pero… ¿y el resto?

Todavía tengo muchas horas que dedicarle a este juego, no puedo llegar a una conclusión que os deje claro qué hacer. ¿Se disfruta? Sí, especialmente si ya estás acostumbrado al estilo coreano en este género, y más si eres de los que adoran, precisamente, ese estilo. Además, está ese editor de personajes. Modificar hasta el más mínimo detalle a tu avatar da muchos puntos, aunque otra parte de la experiencia del juego reste bastantes... O soy yo, que exijo demasiado. 


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