Avance Battlefield V ,PS4,XONE
En Battlefield 1, la contención es una mecánica producto del realismo que impregna al juego que ha acabado dominando las partidas multijugador. En Battlefield 5, esa mecánica se ha esfumado, y no sé si me importa mucho. Por lo general, con la nueva entrega de su saga bélica EA y DICE han encontrado un equilibrio muy difícil de conseguir. En otros títulos como Battlefield 1942 o Battlefield 2 todo tenía más peso; daba la impresión de que había un ritmo más medido y meditado. Tras el éxito de los Call of Duty, todo eso se disipó, y la saga Battlefield, aunque siguió siendo especial, pasó a explotar el espectáculo, la grandeza de sus escenarios y la destrucción en sus escaramuzas a gran escala.
Estos días hemos podido disfrutar de la alfa cerrada de Battlefield V, que transcurría en un mapa ubicado en la falda de una montaña noruega, en el que la presencia de un pueblo y un gran puente derruido son clave para entender el diseño. El modo de juego disponible era Grandes operaciones (sí también estaba Conquista, pero este modo no tiene mayor complicación), un modo asimétrico que divide el conflicto en dos días. En el primero, el equipo británico tiene que centrarse en destruir cuatro cañones del equipo alemán mientras este los protege, y en el segundo día toca conquistar o resistir, según el equipo en el que estemos.
Con tanta destrucción en la saga, es interesante ver cómo ahora opta por acoger la construcción. No tiene nada que ver con Fortnite; en este caso la mecánica está limitada a acciones de situación, como para levantar una barricada con bolsas de arena, reconstruir una pared de madera, colocar una ametralladora fija, bloqueos para tanques o plantar un alambre de espino. No existe la libertad del juego de Epic, vaya. Es realmente apropiado, una vez entendemos que, como todo en Battlefield, lo más importante es la estrategia y no creernos superhéroes.
Volviendo al tema con el que abría el texto, creo que el punto más importante de mi experiencia con la alfa ha sido la mecánica de disparo. Hacía tiempo que disparar no era tan agradable en un Battlefield. Posiblemente, la mayor responsabilidad la tenga la mecánica de físicas de las balas. En el último juego, las balas tenían vida propia. En un intento de encontrarse con el realismo, DICE se empeñó en introducir un componente de suerte a nuestros disparos. Un cañón perfectamente alineado con una cabeza no tenía por qué acabar en muerte, especialmente si añadíamos el componente de la contención.
En esta ocasión, no obstante, la segunda vez que matas a alguien ya notas algo distinto, algo más gratificante a la hora de disparar. Los disparos van a donde esperas, pero ¡sin tener la sensación de que lo hagan! Es decir, que visual y sonoramente hay sensación de que las balas son de esas armas un poquito más rudimentarias que las de ahora, pero luego no tienen comportamientos autónomos. Y, ojo, esa búsqueda de realismo era genial según en qué contextos para Battlefield 1. La sensación del peso de la bala es única, y los respingos que daban los soldados al sentir las balas pasar eran buen reflejo de una primera Guerra Mundial que dio mucho miedo. Como decía, en este juego la contención es una mecánica más visual y sonora. Cuando disparamos —da igual si estamos recibiendo disparos por doquier—, nuestras balas acaban donde las mandamos. Parece que ahora el sistema de disparo tiene más sentido así. Se mantienen los filtros y efectos visuales y sonoros, que de por sí ya son suficiente distracción, y se eliminan los elementos externos que dificultaban el disparo.
Con la nueva guerra llegan nuevos mapas, y gracias a eso Battlefield V resulta muy fresco al primer vistazo, pero a la hora de jugar todo es familiar. DICE promete que va a traer muchísimos más cambios de los que hemos podido ver hasta ahora. Por un lado, después de secarse las lágrimas, muchos ignorantes han descubierto que comparten el mundo con mujeres, y eso de por sí ya es impagable, pero por el otro tenemos la llegada de un modo battle royale que todavía se desconoce. Lo importante es que resulta familiar y emocionante a partes iguales, rápido y letal, grande y pequeño, pero cada vez más justo. Siempre hay sitio para el joven con reflejos de acero y para el maduro con visión estratégica, o viceversa. DICE abre su fórmula y decide rotundamente acoger a todo aquel que quiera pegar unos tiros en la Segunda Guerra Mundial, venga de donde venga.
<< Anterior Siguiente >>