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Razer Deathstalker, nuestro análisis pc

Deathstalker entra por la vista, - pero se siente mejor por el sentido del tacto
Sábado 12 de Septiembre de 2015 por Diego Emegé

Después de tirarme una semana jugueteando con las teclas de Orbweaver, me tiré otra semanita haciéndome a la planicie y la suavidad de Deathstalker, otro de los periféricos para jugones que tiene Razer. Debo decir que en estos siete días de relación el teclado ha demostrado su valía tanto en los juegos como en los escritos del día a día. ¿Merece la pena? Vamos a ello.

 

Lo primero que quiero destacar de mi relación con Deathstalker es su cortejo. El tecladito tiene una figura envidiable. Es tremendamente delgado, estilizado y con unas teclas muy bajas en las que haré hincapié más abajo. Todo esto, junto con la retroiluminación de las teclas le da un aspecto fabuloso sobre cualquier mesa de trabajo o juego. De materia prima no anda nada mal. Está hecho de plásticos duraderos y agradables al tacto. Cierto es, desgraciadamente, que cada pulsación sobre sus delgadas teclas deja un pequeño cerco. Uno llega a sentirse sucio de poner las manos encima…

 

 

En cuanto a la forma de las teclas y su posición, tengo dos puntos de vista. El primero es el punto de vista del gamer. El señor gamer que hay en mí dice: «chapó» básicamente por la colocación de las teclas principales de juego, el tamaño y distancia entre ellas y, mucho más importante, la velocidad de pulsación que ello permite. Durante la noche agradezco mucho que estén iluminadas, lógicamente. En este campo también me gustaría mencionar el valor necesario de Synapse 2.0 para hacer de este teclado una herramienta sumamente útil para jugar, aparte de dos teclas especiales para jugar. La primera es la tecla especial M, que se usa para grabar macros en cualquier momento, cosa que es poderosamente útil. La segunda es la tecla especial G, que activa el modo de juego, que nos evita aguantar funciones de Windows que podrían interponerse entre nosotros y el juego. En cuanto a la iluminación de las teclas, al igual que Orbweaver, habría aplaudido con intensidad la existencia de mayor personalización, ya fuera apagando las que no se usaran para el juego o añadiendo más colores.

 

El segundo punto de vista es el del usuario normal. Veréis, el teclado no se fabrica en su modelo español. Es decir, que de no haber existido esa fabulosa aplicación llamada Synapse 2.0 este texto no podría haberse escrito con la soltura con la que lo estoy escribiendo en estos instantes. A ese respecto debo decir que, comparado con mi teclado normal, un Wave de Logitech, este teclado me ha permitido escribir a una velocidad pasmosa y con muchísima más exactitud, todo sea dicho, después de haber superado una dolorosa curva de aprendizaje (en especial viniendo de un Wave). Antes de terminar este párrafo os recuerdo una vez más que el teclado no se vende en español. No es ya el hecho de que desaparezca la «ñ», sino también la ausencia de alguna otra tecla y la reubicación de muchas otras dedicadas a los símbolos, que nos obligarán a reubicarlo todo y a prescindir de ciertos símbolos. Por otro lado también echo de menos más teclas de acceso rápido o de función para Windows, aunque no va mal servido.

 

Tiene sus fallitos, pero brilla, es precioso, preciso, me ayuda a escribir a toda velocidad y es un buen compañero de juegos. Considero sinceramente que sería un teclado digno de mi tarjeta de crédito de no ser por ese enorme inconveniente (desde mi humilde punto de vista) que es la nacionalidad americana. Yo amo a los Estados Unidos de América, ojo, pero no para mis teclas. Si en adelante pudiéramos ver un teclado más cañí empezaré a bailar sevillanas intensamente mientras adquiero este Deathstalker por internet.


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