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Presentación de Red Dead Redemption en Londres.com

Viernes 05 de Junio de 2009 por Omar Álvarez
Rockstar redefine el western en los videojuegos, los hermanos Hauser desafían a Sergio Leone.

?There's a man going around taking names And he decides who to free and who to blame Everybody won't be treated all the same There'll be a golden ladder reaching down ?When the Man comes around?


Resulta esperanzador, que durante la presentación de Red Dead Redemption en Rockstar Londres, el equipo tuviese más interés y pasión en mostrarnos las influencias y envoltorio que la propia mecánica de la nueva producción del equipo de San Diego.

Normalmente, uno resopla antes de la sucesión de datos y auto-elogios que te toca soportar en la presentación de una desarrolladora ante su cachorro: ya sea por amor de padre o por estratagema comercial, suelen convencerte de que su producto es brillante, innovador, trasgresor, diferente?mientras tu bostezas entre falsos aplausos.


John, esto son más que problemas

En Rockstar, como siempre, todo es diferente. Las oficinas de Londres son muy distintas al desorden masivo de muñecos de acción y tebeos de Marvel: aquí hay carteles con neones rosas con el logo corporativo de la compañía, lámparas de diseño o sofás chesterfield de cuero. En Rockstar se respira cierta superioridad humilde, de no haber fracasado prácticamente nunca con títulos que serán recordados siempre por el colectivo de los jugadores más pasionales.

Antes de la inesquiva lavativa cerebral, de mostrarnos las mil maravillas del juego y las cien mil aportaciones al género que el juego incluirá, Rockstar nos propuso cinco minutos para la reflexión: un vídeo recopilatorio con los mejores momentos de grandes clásicos western (?El bueno el feo y el malo?, ?La muerte tenía un precio?, ?Hasta que llegó su hora?, etc.) y el gran Jhonny Cash de fondo. ¿Una introducción banal? Para nada, Rockstar nos mostraba sus influencias y el camino que iban a seguir.


El salvaje Oeste por los salvajes Rockstar

Con Redemption, pretenden llevar al terreno de autor la entrega original. Revolver terminó siendo una co-producción con Capcom donde había más elementos perdidos que logros triunfales, aunque terminase siendo un juego de acción competente.

La historia de Redemption nos lleva a los primeros compases del siglo XX en EEUU, en el punto de máximo desarrollo donde tendremos que sufrir el ultimátum del sheriff de la ciudad, que nos propondrá una serie de misiones suicidas para redimir nuestra vida de actos vandálicos y delincuencia. Como en toda producción de Rockstar, la línea entre el bien y el mal está muy difusa, pero el puño de los hermanos Hauser resulta una garantía robusta.

En escala, Redemption deja en pañales el título original, pero ante todo, por ir más allá de trasportar GTA IV al mundo western. John Marstom, un rudo pistolero con el aspecto de Charles Bronson no es Niko Bellic y conducir un Cadillac por un Upper East Side imaginario no es precisamente el sueño americano de nuestro nuevo avatar. RDR está mucho más enfocado a la acción y el combate, al sudor, al polvo, a la sangre coagulada y al mal olor.


Redemption utiliza el motor y las formas de GTA IV

En una de las primeras misiones que nos mostraron, ponían en nuestras manos la vida de un hombre ante la línea de forajidos. Sin mediar palabra, abrieron fuego, obligándonos a buscar una cobertura a la desesperada. El combate se desarrolla de forma fluida con cuatro armas simultáneas (que podremos adquirir y cambiar en cualquier momento, aunque Jack no las sacará de la nada como Niko Bellic, si no que tendrán su espacio dentro del cuerpo de nuestro viejo cowboy) las cuales será necesario alternar para superar los diferentes problemas en combate (distancia, protección, etc.).

En Redemption Rockstar ha realizado un especial esfuerzo por sorprendernos en la manida mecánica de coberturas. Podremos asesinar un animal vivo para cubrirnos en el cadáver, destrozar elementos del escenario para salvaguardarnos o entrar en las múltiples localizaciones disponibles ya que no existirán tiempos de carga (el escenario tiene una fluidez de datos en streaming sorprendente).


John Marstorm ante la adversidad

El combate, por lo mostrado, tiene más logros estéticos que jugables: disparar a un enemigo será recompensado por un insustituible sonido de rotura de hueso y carne. Sus animaciones son tan espectaculares como las de GTA IV, pero con un punto cinematográfico más propio del género que honra. Hay algo de salvaje y fascinante en Redemption, que está muy alejado de la parafernalia de explosiones y balas perdidas de Call of Duty, pero mucho más relacionadas con el peso de cargar un revolver entre las manos, algo que sin lugar a dudas nos gusta?

?There is a house in New Orleans They call the Rising Sun And it's been the ruin of many a poor boy And God I know I'm one?

La sucesión de pasillos con enemigos a avatar de Red Dead Revolver desaparece por completa en esta secuela. El mapeado es vasto y complejo, tierras peligrosas para un perro viejo donde deberemos andar (aunque preferiblemente, cabalgar) con pies de plomo para no perder la cabellera. El manejo de los caballos es muy especial, nos permitirán todo tipo de acciones como disparar en tiempo real, pero en Rockstar nos han insistido en que tienen en cuenta que no se trata de conducir una moto: al igual que Agro en Shadow of the Colossus, cargar con un animal, aunque sea virtual, impone un respeto a los jugadores mucho más personal.

Esta fauna ?viva? se extiende a través de las 40 especies de animales que encontraremos en el juego, que tendrán reacciones particularmente realistas. Si encuentran a un ser más fuerte y fiero que ellos tendrán terror, pero sin embargo atacarán a una especie inferior en la tabla alimenticia si padecen hambre. Estas reacciones también se aplican en nosotros, ya que dependiendo de su tamaño y naturaleza, nos atacarán o perdonarán la vida.


RDR honra al western: no lo parodia

El bestial mapeado, el más grande de la historia de Rockstar (y si recuerdas GTA San Andreas te darás cuenta que eso es decir mucho, muchísimo) es un estandarte de la compañía, aunque ellos mismos han sido cautos con su austeridad: en efecto, EEUU en 1900 era desértico y prácticamente inhabitable, pero eso no es excusa para aburrir al jugador. En momentos aleatorios surgirán combates, nos perseguirán forajidos o seremos víctimas de emboscadas: momentos de distracción ante el placer cotidiano de pasear con nuestros pura sangre.

Las ciudades (sin especificar número o tamaño, tan sólo hemos visto dos distintas) dispone de una vida lejos de las multitudes del siglo XXI en GTA IV, pero sí que respira. Podremos trabajar (cazando, vendiendo pieles), apostar (My father was a gambling man?) o realizar apuestas salvajes: como no podría ser de otra forma, en el siglo XIX no se apostaba a las carreras de galgos enfundados en trajes a medida de raya diplomática: mano sobre la mesa y a zarandear el cuchillo hasta perder un dedo. Podría derramar litros de tinta sobre el preciso sonido de la punta clavada en el índice, pero hay que escucharlo para sufrirlo, espeluznante.


San Diego magnifica hasta los límites la primera entrega

Y justo en el mejor momento, el representante de Rockstar enciende las luces nos da la mano y sonríe, consciente de que es partícipe de nuestra cara de asombro e incredulidad honesta. Una vez más, tienen el puñetero mango de la sartén, aunque esta vez huele a petróleo y grasa. Ahora sí, el sucio oeste por Rockstar.
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