MGSmart | The Bard´s Tale ios
Un bardo capaz de ajustarse a la historia o de ser un cínico bravucón, lobos que sueltan caperuzas rojas al morir, zombies que llevan libros de autoayuda y comerciantes que nos contratan para hacerle la vida imposibñle a sus vecinos. Bienvenidos al mundo de El Bardo.
La receta del RPG Hack'n'Slash ideal
Tomemos cualquier RPG H'n'S que se precie, pongamos por ejemplo Baldur's Gate, y añadámosle un protagonista épico, un sentido del humor inteligente que roza la genialidad, un narrador digno de cualquier sátira de la BBC y un sistema de juego sencillo pero efectivo con un par de ideas interesantes que van más allá del más de lo mismo. Échese una pizca de erotismo suave y dos pellizcos de doblaje de calidad, y ya tenemos el plato perfecto para pasar varias horas muy divertidos.
Conocí The Bard's Tale hace muchos años, allá por el 2004, y fue uno de los primeros títulos que tuve la suerte de jugar en Xbox. En apenas quince minutos consiguió conquistarme, y la sensación de descubrimiento que viví con él me acompañó hasta el final de la historia. Cuando hace poco di el salto a los smartphones con un Xperia, fue uno de los primeros títulos que descargué. Me sorprendió gratamente ver que no sólo no perdía calidad en su nuevo formato, sino que añadía varios extras más que interesantes entre los que se encontraban unos estupendos subtítulos en español, dos capítulos más que configuran la trilogía completa, y que todo ese rollo de las compras durante la app típicas del freemium no afectan en absoluto a quién desee jugarlo 'a la antigua'.
Dejadme que os cuente una historia...
The Bard's Tale comienza con la voz de un narrador, un personaje de importancia exquisita a lo Stanley Parable, que nos cuenta la historia de un bardo, un tipo respondón y maleducado con un curioso parecido a William Wallace y una curiosa habilidad para llevarle la contraria al narrador. El sistema de juego clásico, con vista cenital muy parecido a lo vsto en Baldur's Gate o Diablo contiene los elementos clásicos del género con un personaje capaz de manejar diversos tipos de armas de filo, portar escudo, disparar con ballestas y arcos y enarbolar dos armas. El terreno de la magia recae por entero en las dotes musicales de nuestro bardo, que según vaya aprendiendo diferentes canciones podrá invocar a diversas bestias que le ayuden en sus gestas.
Pero como os decía, la gracia de este título, y nunca mejor dicho, recae por entero en su labor parodiando los RPGs de la época y la literatura de fantasía. The Bard's Tale es un juego de rol más que potable, con un sistema y una jugabilidad muy sólidas, pero también es una fina sátira en la que pronto nos veremos envueltos y no podremos menos que corear con nuestras risas. Ya desde el principio, cuando al romper un barril con nuestra espada el dueño del barril acude a sermonearnos, nos queda claro que estamos ante un título diferente. La sensación continúa en las constantes ocasiones en las que el narrador critica la actituda del bardo, como cuando saquea un cofre 'en el domicilio privado de un pobre aldeano' o trata de aprovecharse de una damisela de generoso escote a la que acaba de rescatar.
Los primeros minutos son épicos, con una canción irlandesa que es imposible dejar de tararear, una camarera encantadora que 'nos meterá en un brete' y un clásico 've al sótano de la taberna a matar ratas' que no termina como el bardo espera. A muchos os recordará al sentido del humor de Dinivity 2: Eco Draconis, y a otros, más leidos, a las idas de pelota de Rincewind en Mundodisco. El ingenio de autores como Terry Prattchet, Pierce Anthony, Scalzi o Christopher Moore está presente en un juego que ya de por sí es interesante, y que provoca risas y buenos momentos a partes iguales.
¿Me lo recomiendas?
The Bard's Tale es uno de los pocos juegos que sí que recomendaría a todo tipo de público, aunque sólo sea para echarle un vistazo. Podéis haceros con él en las stores por menos de un euro y medio, aunque os aviso que chupa bastante tarjeta, casi 2Gb por capítulo. Es el compañero ideal de viajes y esperas en la parada de autobús. Eso sí, engancha, y cabe la posibilidad de que el viaje se os haga demasiado corto mientras tratais de conseguir una nueva invocación o llevaros a una campesina a la cama con vuestra malas -o buenas- artes.
¡Nos leemos!
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