1. Mundogamers
  2. Articulos
  3. RETRO

MGRetro | Manic Miner

MGRetro 17
Jueves 16 de Octubre de 2014 por Rafa del Río

En 1983, con el ojo puesto en el clásico de Atari 800 Miner 2049er, un joven Mathew Smith programaba y comercializaba Manic Miner desde su empresa Bug-Byte. El primer juego de la serie protagonizada por Miner Willy se alzaría con el Golden Joystick Awards de la publicación Computer & Videogames, y fue situado en los primeros puestos de los 100 mjuegos más influyentes de Zx Sinclair Spectrum, alcanzando el puesto nº 6 de los favoritos de los lectores.

 

Un plataformas recién nacido

Si bien Mathew reconoció haberse fijado en Miner 2049er a la hora de crear su Manic Miner, lo cierto es que mucho de los elementos que posteriormente harían grande al género de las plataformas aparecieron, por primera vez, en el clásico de Bug-Byte. Mientras el juego de Atari se limitaba a una sucesión de escaleras y plataformas relativamente sencillas, muy parecido a lo que ya habiamos visto en Burger Time!, Manic Miner incluía junto a los enemigos en ruta prefijada elementos como suelos inestables, rodillos, elementos que se desprendían y una barra de tiempo en forma de 'aire' que hacían las cosas mucho más peliagudas. Por si esto fuera poco, la 'malicia' del programador se ocultaba detrás de cada salto y cada enemigo, obligándonos a calcular milimétricamente el momento de pulsar la tecla de salto y teniendo que estudiar cuál era el momento exacto en el que correr para esquivar el enemigo y coger la llave antes de que la estalactita que caía del techo nos arruinara la fiesta.

 

La idea era sencilla, pero no por ello menos efectiva: Encarnando a Miner Willy debíamos internarnos en 20 cavernas plagadas de objetos brillantes y, por supuesto, obstáculos varios. En cada pantalla que formaba la caverna debíamos agarrar los objetos, esquivar los obstáculos, calcular nuestros saltos y evitar el contacto con enemigos tales como arañas, slimes y robots mineros asesinos. Una vez conseguido, 'sólo' nos quedaba alcanzar un portal que nos llevara a una nueva caverna, todo esto dentro del tiempo establecido que se marcaba como un contador con el aire que nos restaba hasta la asfixia... Enternecedor.

 

 

Todo un avance en su momento

Pero no todo era endiablada jugabilidad, y Mathew Williams fue capaz de aportar grandes avances a su juego que la competencia no lograría alcanzar hasta muchos años después. Por un lado teníamos la pantalla de carga, que en forma de lo que ahora llamaríamos GIF animado nos permitía ver las palabras que conformaban el título del juego, Manic y Miner, alternándose en la parte central de la pantalla a todo color sobre fondo negro. Otro gran adelanto técnico fue el uso de la amplia paleta gráfica de Zx Sinclair Spectrum -¡la nada despreciable cifra de 16 colores!- en sus diferentes pantallas, evitando con gran habilidad que se pisaran en los píxeles al limitar el escenario de fondo y recortar los elementos a ras del personaje.

 

Sin embargo, jugabilidad e inteligente uso cromático aparte, el terreno en el que más destacó en su momento este Manic Miner fue en el apartado sonoro, con una intro en la que veíamos las teclas de un piano ser pulsadas al ritmo de la música y una serie de sintonías que nos acompañaban, a riesgo de volvernos locos, durante toda la partida. Hasta el momento, lo normal era aprovechar el reproductor de cassette -que por aquel entonces no iba integrado al Spectrum sino que se conectaba mediante los cables cruzados de 'in' y 'out' a 'head' y 'mic'- para escuchar música durante la partida en nuestras 'cintas' favoritas de Kiss, Black Sabbath, AC/DC, Led Zeppelin, Iron Maiden o, salvando las distancias, Loquillo y Barón Rojo. Con Manic Miner llegó una nueva moda y, poco a poco, los videojuegos se empeñaron en venir acompañados de una melodía... O al menos lo hicieron hasta la llegada de Playstation a finales de milenio, momento en que la obsesión cinematográfica de los videojuegos de la época devolvieron algo de silencio a las partidas, guardando la música para los momentos clave.

 

 

Un clásico en mayúsculas

Decir que Manic Miner es un clásico es como decir que un chuletón poco hecho con sal maldon y patata a la brasa es una comida 'apañá'. Manic Miner fue cuna y origen de grandes clásicos, y propició un estilo del que luego beberían casi todos los juegos de la época. Previsto en un principio 'exclusivo' para Zx Sinclair Spectrum, pronto vio la luz en el resto de ordenadores de la época e incluso dio el salto a Amiga, Windows y, finalmente, ha sufrido el asalto y acoso de su adaptación a móviles, aunque eso sí, mucho más bonito y mil veces menos complicado que su versión original. 

 

Podéis echarle un ojo en amuladores o en muchas de las versiones que han salido del mismo, ¡Diablos, si hasta visitó Gameboy Advance! pero si queréis disfrutarlo en toda su gloria os aconsejo que la probéis directamente en su versión original de Bug-Byte, antes de que pasara a manos de Software Projects, Amsoft y quien sea que tenga la licencia a día de hoy para móviles. Es bonito conocer nuestro pasado yu saber que hubo un tiempo en el que old school era lo que se había programado la semana anterior.

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>