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MGReplay | Batman: Arkham Asylum ps3

Arkham Asylum nos devolvió la ilusión - a hostias
Sábado 12 de Septiembre de 2015 por Diego Emegé

Durante toda su historia con los videojuegos Batman ha visto más plataformas que una transexual tailandesa en toda su vida. Su historia se ha plasmado en juegos durante muchos años y no ha llegado a encontrar el éxito hasta que llegó Rocksteady Studios y publicó Batman: Arkham Asylum en 2009 bajo una expectación muy intensa, a pesar de los miedos de que se tratara de otro fiasco como ocurría siempre con los juegos de superhéroes. Pero esta vez la suerte estuvo de parte del huérfano superhéroe y la cosa fue tan bien que llegó a llevarse el Record Guinnes por ser el «Videojuego de superhéroes mejor valorado de todos los tiempos». Videojuego o no, Arkham City se trata de una de las visiones de Batman más completas desde su creación en 1939.

 

Rocksteady, habiendo visto lo que hizo Christopher Nolan con Batman Begins, decidió tomar un camino similar para refundar la historia del Caballero Oscuro y de Gotham City y adaptarlos a las nuevas generaciones, manteniendo la esencia del personaje y su carismático universo sin dejar de crear una experiencia única en su historia. De esta forma, el estudio británico quiso colocar su juego en un entorno mítico de la saga de Batman y con un significado muy especial: el Asilo Arkham. Allí lograrían visitar toda la historia del murciélago y también encontrarían un entorno con una atmósfera tenebrosa y claustrofóbica, única para comenzar una posible saga. La representación del asilo es, posiblemente, una de las mejores representaciones del infierno desde Dante’s Inferno que podamos encontrar, puesto que se basó profundamente en la visión de Grant Morrison como apareció en el cómic Asilo Arkham, que nos mostró el infierno personal de Batman, el Joker, y los perturbados criminales que allí moran sin remedio.

 

En cuanto a las mecánicas interactivas, Arkham Asylum ofrece un buen despliegue de posibilidades para hacer de la experiencia de juego algo variado, atractivo y, sobre todo, satisfactorio. Son tres los acercamientos interactivos del juego: exploración, sigilo y peleas. Esta trinidad se confeccionó con mucha maestría y refinamiento, logrando que los puñetazos retumbaran dentro de nuestros troncos, que el sigilo y el uso de los gadgets nos dejaran entender lo que era estar dentro del traje del hombre murciélago y que sobrelleváramos la exploración como un niño en una tienda de juguetes por primera vez, deseando encontrar qué sorpresas nos esperaban al girar cada esquina.

 

Ah, Bruce... Casi podemos oirte cantar: «? Chananananananananananananananana Batmaaaaan... ?»

 

Es el acercamiento más veraz al universo de Batman, y mucho de ello se lo debe al cuidado por los detalles y la creatividad con que se plasmaron las múltiples personalidades de la galería de los horrores de Batman. Los villanos de nuestra infancia estaban ahí, de una forma más obvia y directa o escondidos en el decorado, a modo de homenaje: el Joker, Hiedra Venenosa, el Espantapájaros, Bane, Dos Caras, etc. Las batallas finales eran verdaderos puntos de inflexión que, si bien servían de examen final para las habilidades que habíamos ido adquiriendo, funcionaban bien y resultaban memorables, como las fases del Espantapájaros.

 

Entre tanta lucha y tanta exploración encontrábamos un elemento que parecía haber sido creado en exclusiva para los fanáticos del cómic. Hablo de los trofeos de Enigma, que eran la mejor forma para dejarnos empapar por toda la historia que Rocksteady quería transmitirnos, por lo gratificante que resultaba. Incluso los jugadores poco completistas se animan aún a encontrarlos todos.

 

Batman: Arkham Asylum fue perfecto en muchos aspectos, pero falló en su planteamiento con el modo detective. Pasó de ser una herramienta de asistencia a las «gafas de ver». En mi propia partida recuerdo caer y usarlo un 70% del tiempo, hasta el punto en que me tenía que obligar a no usarlo para poder ver las estupendas texturas del juego, porque era una verdadera pena perdérselas. De la misma forma, Rocksteady comenzó una tónica de la que ha abusado en exceso en las dos siguientes entregas de la franquicia; la tónica del «¿Te ha gustado esta lucha contra tres enemigos? ¡Probemos con cinco!». A excepción de estos pequeños tropiezos en el camino, inauguró una nueva saga que se merece todas las ovaciones, a pesar del grado de repetición de que haya podido padecer, porque Batman se merece todos los Arkham que han salido y que están por salir.


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