1. Mundogamers
  2. Articulos
  3. PC

Luminous Engine

Luminous Engine, de Square Enix, despliega sus alas - y prepara el salto a la nueva generación
Sábado 12 de Septiembre de 2015 por Diego Emegé

Parece que, de repente, hayamos despertado de un letargo en lo que respecta a los avances visuales en los videojuegos. Tras el predominio del Unreal Engine como motor de masas y el Cry Engine como motor referencia del refinamiento gráfico de esta generación, parece que el camino de los motores va a ir llenándose de más nombres. Y, sobre todo, parece que por fin llega un nuevo gran salto cualitativo.

 

Después de habernos deleitado con algunos ejemplos de cómo van a pintar los motores gráficos y de físicas en las próximas generaciones, se puede decir que la línea entre lo cinemático y fotorrealista y las secciones jugables va a desaparecer. Me viene a la mente el reciente Max Payne 3, cuya experiencia de juego está totalmente unificada, no ya por la falta de cargas entre cinemáticas y juego, sino porque todo ello usa el mismo motor gráfico.

 

Cry Engine 3, Unreal Engine 4, Fox Engine… son algunos de los nombres que ya iban estableciéndose como los motores de referencia del futuro. A pesar de haber otra veintena más de motores igual de impactantes, si no se presentan con demo técnica y con el debido bombo y platillo, parece que pasen desapercibidos. Y, claro, si mi juego no tiene un motor de marca, no mola.

 

 

Square Enix ha presentado el motor gráfico que dará vida a los mundos de los Final Fantasy y demás franquicias de RPG y RPG de acción en el futuro: Luminous Engine. Entiéndase futuro como EL FUTURO, porque estamos hablando de un motor que funcionará ya en la próxima generación de consolas. Por ahora, la demo ha sido renderizada en un ordenador, cómo no. Para sacar molla, Square Enix ha presentado un vídeo llamado Agni’s Philosophy. Está ambientado en un universo de fantasía —no relacionado necesariamente con Final Fantasy— con el que pueden permitirse explotar al máximo las posibilidades del motor.

 

El vídeo habla por sí solo. Está tan plagado de pequeños detalles que da la impresión de estar contemplando un enorme óleo. El conjunto tiene sentido, pero cada pequeña parte que lo conforma, si la aislamos, es toda una obra de arte. Mención especial para la barba del viejo que aparece. Una de las cosas que más incomoda a nuestro cerebro cuando viajamos por ese valle inquietante (Uncanny Valley) es la recreación del pelo y del vello facial. Este viejuno desdentado tiene la barba más realista que he visto nunca, la barba del futuro, señores. Cada pelo conforma un elemento separado del resto, que tiene todo un conjunto de ecuaciones ligadas exclusivamente a él y que interactúa con el resto formando un todo. Una barba de señor.

 

 

Siguiendo con la progresión del vídeo, hago otro parón en las animaciones del sacerdote. En este punto me acuerdo del juego de referencia en animación facial, LA Noire. La compañía Depth Analysis tiene la mejor tecnología de captura de movimiento facial que se haya aplicado a un videojuego nunca, pero el proceso también es mucho más complejo y costoso de lo que suele ser. A pesar de desconocer qué proceso ha seguido el Luminous Studio (el que está detrás de este motor) para alcanzar semejante realismo, esa expresividad tan natural, no creo que se haya salido de lo convencional. El futuro de la animación facial.

 

 

Este motor tiene un apartado especial para efectos de luz, partículas y demás elementos fantásticos. Al fin y al cabo, está destinado a RPG y a RPG de acción. Permite que elementos que hasta ahora siempre se habían quedado estancados en nuestra imaginación, den el salto a los videojuegos de forma que podamos interactuar con ello. Aún no hay un proyecto específico en el que se vaya a emplear este motor, pero parece ser que podría empezar a usarse en alguno para finales de año.

 

Si alguien dudaba de la capacidad de los nipones de explotar el lado más occidental de la creación artística en videojuegos, o, en definitiva, de adaptar sus juegos a la alta definición, aquí tiene la prueba de que se han puesto las pilas. Qué narices, no solo se han puesto las pilas: nos llevan la delantera.


<< Anterior Siguiente >>