Crónica de la conferencia de Nintendo WII
Reggie Fils-Aime en un bar de carretera. Solitario, cabizbajo, contándole a una botella de DYC historias de un glorioso tiempo pasado que ni siquiera él vivió. Iwata le llama al móvil, pues hay que volver a la acción. Por mucho que no le guste, es el mejor en su trabajo, así que toca regresar al E3.
Parece como si todo hubiera estado preservado en formol durante los últimos 365 días. Wii U sigue estando en el centro de la plaza, con todo el mundo mirándola y preguntándose si será capaz de lidiar con la responsabilidad que le espera. Un año contemplando el panorama desde el tendido para encontrarnos prácticamente igual que cuando la conocimos, solo que algunas de sus promesas ya tienen nombre propio. “Juego asimétrico” lo llaman los modernos. Yo lo llamo “Compre muchos periféricos y úselos todos a la vez, que la familia unida, aunque vencida, consume más”. Se habla de tres pilares fundamentales en la idiosincrasia del nuevo producto: “games, social and entertainment”. Yo veo otros tres: modernillos, chavalines y nostálgicos.
Modernillos, como ese usuario que va a la última, que tiene Wii Fit en el altillo del armario desde que lo compró junto a media docena de periféricos de la (ya) vieja consola cogiendo polvo, pero que volverá pasar por el aro en cuanto vuelva la vorágine blanca a las tiendas durante estas próximas navidades. Porque Nintendo es lo más cool, porque lo anunciará Mario Casas y porque lo mejor en una reunión social es echarse unas risas cantando en un karaoke, matando conejos epilépticos o bailando con Just Dance 4. Y dando buena cuenta de unas botellas de lambrusco.
Chavalines porque el lore que Nintendo lleva cultivando desde sus orígenes sigue poseyendo ese inevitable magnetismo hacia el infante. Mi sobrino de seis años vio algunos vídeos de la conferencia anoche conmigo y se quedó prendado con los Pikmins, con los nuevos Marios y con Nintendo Land y esas atracciones de colorines. Algunos se preguntan por qué centrarse más en mostrar el controlador en vez de la propia consola. Está claro, hay que demostrarle a ese niño que esto no es Wii, sino algo diferente. Bueno, si me apuran, más bien a sus papás.
Y Nostálgicos por lo obvio, porque hay gente que cada año sigue soñando con un nuevo Zelda, Donkey Kong y Metroid, basando todas sus expectativas en bagaje de sus héroes. Y para ellos se presenta el nuevo Pikmin, los nuevos juegos de Mario – tres nada menos – y esa precisa maniobra que es Nintendo Land, el nuevo Wii Sports para la nueva consola. ¿Por qué? Pues porque es nostálgica – minijuegos basados en personajes de éxito -, para chavalines – por su estética – y apta para modernillos – minijuegos al estilo Wii Party -. Todo está medido. Reggie ha pasado muchas noches en el bar trazando la estrategia con bocetos en servilletas de papel.
Como siempre, queda en manos de los “first party” salvar el día. En ellos y en Ubisoft, que sin duda son pieza clave en la estrategia de Nintendo. Pregúntenle a un ajeno del mundillo que a quién pertenecen los Rabbids, les aseguro que se los adjudicarán al que no es. De hecho, se han asegurado de que los juegos de estudios externos no interfieran en la potente imagen de marca. Y por eso en la conferencia principal han pasado a pies juntillas anuncios potencialmente exitosos como Mass Effect 3, Castlevania: Mirror of Fate, Assassin’s Creed o el Project P-100 de Platinum Games. No conviene mezclar churras con merinas. Salir saldrán, verse pueden verse durante estos días allí en los Ángeles en eventos paralelos, pero son propuestas secundarias para contentar a la minoría, en la que por cierto nos incluimos todos los que estamos siguiendo el E3 con fervor y cualquier otro que le busque explicación a estas minucias colaterales. Al resto del megatarget - concepto que acabo de acuñar - se la reflanflinfla todo esto.
Y es que la concesión al jugador más veterano tenía que venir desde casa, con ese ZombieU que aún pudiéndose ya ver en movimiento, sigue dando la sensación de ser más una demo técnica que otra cosa. Alguien recuerda Red Steel al fondo de la sala y se pone a llorar desconsoladamente. Salvo en algunos casos concretos – Rayman Origins – no hemos visto demasiada utilidad real al “Asimetric gameplay” y a las bondades técnicas del Wii U gamepad. La personificación de lo que no se debería hacer está en ese Batman Arckham City Armored Edition. Nótese el énfasis de Nintendo al especificar que el juego es de Warner, no suyo. Un juego de hace un año al que se le incluyen mecánicas que complican más la experiencia, en la mayoría de los casos metidas con calzador. Todo esto recuerda a aquellos ports de PS2 para Wii que se regían por la misma premisa. Esperemos que no tire todo por ese camino.
¿Defraudados? Ni mucho menos. ¿Ilusionados? Puede que tampoco. Todo va según lo planeado, añadiéndose el sustrato para volver a romper el mercado gracias a plantear su estrategia globalizadora de una forma mucho más sincera que sus competidores. Ese nuevo Zelda, Smash Bros o Starfox llegará con el tiempo como lleva pasando desde el origen de los tiempos. Ahora es el momento de otra cosa que llevará irremediablemente a todo eso, de velar por los tres conceptos que les he mencionado al principio. Los de Nintendo, me refiero. Bueno, y los míos. Parece que no es tiempo de videojuegos, sino de conceptos.
Reggie regresa al bar brindando por un trabajo bien hecho. “A por el 2013 a tope”.
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