Analizamos el Mamba de Razer pc
El ratón es la herramienta tecnológica que más utilizamos al cabo del día, la extensión de nuestra mano cuyas acciones se ven reflejadas en las pantallas y posiblemente el periférico al que menos importancia damos los jugadores de PC, qué paradoja. El ratón ideal cumple su función de manera que el jugador nunca le dedicará ni un pensamiento a su periférico, trabajará obediente y olvidaremos que es el intermediario que hace posibles las acciones, pero el ratón mediocre no dejará de llamar la atención del usuario evitando que éste pueda preocuparse de lo que ocurre en su pantalla. Adaptarse a un nuevo ratón lleva tiempo, conscientes de ello hemos jugado a juegos de diversos géneros y lo hemos utilizado para tareas cotidianas, hemos comparado su rendimiento con otros ratones y lo hemos personalizado. A continuación explicamos porque el Mamba ha resultado ser un ratón que pasa desapercibido en nuestra mano a la hora de cumplir su trabajo.
Lo primero que llama la atención del usuario de PC es el suave diseño negro del ratón Mamba, cuyas curvas y ángulos incitan a tomarlo en nuestra mano inmediatamente, en ese momento comprobamos que el diseño abarca más aspectos que el estético puesto que se adapta perfectamente a la mano y esta queda en reposo donde debe de forma natural. Los materiales del exterior resultan agradables al tacto y la goma de la superficie permite que la mano no se escurra facilitando el movimiento, así como sus dimensiones y peso resultan extremadamente cómodas.
La versatilidad al servicio del usuario es una demanda que los periféricos deben cumplir y el Mamba lo hace gracias a la base que sirve de apoyo al ratón cuando dejamos de utilizarlo y para cargar su batería. El sencillo gesto de enchufar la base al PC permite usar el ratón inmediatamente y podremos elegir entre trabajar con él con un cable USB o de manera inalámbrica. Esta versatilidad cobra fuerza a la hora de utilizar el ratón sobre diversas superficies: mesas, sillones, sobre mantas o incluso en nuestra pierna, gracias al sistema de sensor dual HG, un sensor láser y óptico que permite calibrar el periférico sobre cualquier superficie.
Hemos podido comprobar que la respuesta inalámbrica es la misma que cuando trabajamos con el ratón con cable, Razer asegura que el tiempo de respuesta es de 1 ms y en nuestra experiencia en juegos que requieren de acciones rápidas lo podemos corroborar. En cambio nos vimos obligados a calibrar la velocidad de recorrido del ratón varias veces hasta dar con la que más se ajustaba a nuestro estilo de juego, el hecho de poder hacerlo fácil e inmediatamente a través de los botones situados a la izquierda del ratón mientras jugamos permite adaptarnos al momento a cada situación o tipo de juego.
Su aceleración máxima de 50G lo sitúa como uno de los ratones más rápidos del mercado actual, lo que puede resultar una ventaja a la hora de enfrentar juegos de acciones veloces. Pero desde una apreciación subjetiva a nosotros nos pareció que sacrificaba precisión por velocidad, lo que podría constituir el único punto negativo del producto, ya que comparado con otros ratones Logitech la precisión de recorrido no llegaba al mismo nivel.
Razer Mamba presenta siete botones: los dos clásicos, la rueda central y otros cuatro situados a la izquierda del ratón, que podemos personalizar creando perfiles de comandos gracias a la memoria programable de 32 KB que posee, muy útil para el jugador meticuloso o con un estilo propio de juego. La personalización es tal que el jugador puede cambiar también el color de la luz que emana de la base de carga y del ratón, en un abanico de posibilidades abrumador (16 millones de colores).
También la base que carga la batería ha resultado ser una sorpresa, dejando a un lado su elegante diseño la batería se carga más rápidamente que en otros modelos inalámbricos y es un 15% más duradera que su predecesor, pudiendo jugar hasta 16 horas seguidas y aguantando más de 60 horas de uso pausado.
Y es que el ratón Mamba también ha sobresalido en un análisis de uso cotidiano, resultando cómodo y satisfactorio en tareas como navegar por Internet, con programas de procesador de textos e imágenes e incluso para diseño, gracias a la adaptación a la mano y la personalización de botones.
Por tanto estamos ante un ratón que verdaderamente supone una inversión que habrá que meditar según el uso que pretendamos darle. Obviamente se trata de un periférico destinado a profesionales, jugadores habituales de PC o usuarios que valoren la rapidez y comodidad por encima de todo, las opciones personalizables pueden sumar puntos si nos catalogamos como usuarios con un estilo propio de juego. Aunque quizá la precisión no resulte tan gratificante como en otros modelos de ratones de alta gama ésta sobresale por encima de la media, y en general Mamba cumple lo que promete pero, eso sí, a un precio.
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