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Total War

Un repaso a la saga
Miercoles 09 de Septiembre de 2015 por Kysucuac

Warhammer murió y quiere resucitar en forma de Total War. Es algo de lo que ya hemos hablado por aquí. Pero, ¿es Total War algo lo suficientemente grande como para hacer que, de verdad, Warhammer vuelva a la vida? Vamos a revisar un poco lo que ha sido la historia de la franquicia de Creative Assembly, su trayectoria y sus grandes éxitos, para ver si así somos capaces de ver más allá de Warhammer.

 

La saga Total War nació el 13 de junio del año 2000 con su primer lanzamiento (y mi favorito), Shogun: Total War. La casa británica nos lleva hasta el Japón feudal con un increíble trasfondo y un reflejo de la cultura nipona impresionante a modo de estrategia por turnos. El rigor histórico, la sencillez dentro de la complejidad y el entorno de los clanes hacen de Shogun el favorito de muchos, y eso que, como todo, al ser el primero tuvo sus pequeños fallos que más tarde tocó pulir. El título tiene lugar en la Era Sengoku o periodo de los estados en guerra, desde mitad del siglo XV hasta el siglo XVII. En él, el jugador puede controlar uno de los clanes existentes en Japón en aquel tiempo, conquistar el país y asumir el papel de Shogun (literalmente, comandante del ejército).

 

 

En Shogun: Total War tenemos cinco claves para la victoria: la economía, el espionaje, la religión, el poder militar (El Arte de la Guerra de Sun Tzu es citado con mucha frecuencia y son sus estrategias las que se recomiendan en el juego. Sólo por eso merece la pena) y la diplomacia. Sólo equilibrando la balanza a nuestro favor en todos estos aspectos, podemos conseguir lo que queremos.

 

En verano de 2001 salió su expansión, The Mongol Invasion, y con ella comenzaron las invasiones. El reflejar las invasiones de los mongoles al País del Sol Naciente no sólo fue todo un éxito, sino que la buena recepción del juego empujó a Creative Assembly a seguir adelante, a crear más juegos. Más y mejores, porque en cada una de las entregas se mejoraba algún detalle de la anterior.

 

En 2010, Sega publica el primer tráiler de Total War: Shogun 2, un juego a modo de celebración de los diez años desde el primer título de la franquicia. Esta segunda parte salió a la venta en 2011, siendo, junto a su expansión Fall of the Samurai, la entrega más exitosa de toda la colección.

 

El otro Medievo

 

De los japos nos movemos a los europeos, pero casi en el mismo periodo histórico. Medieval: Total War nos lleva a la Europa medieval con la intención de conquistar un total de 44 ciudades y la propia Jerusalén. El jugador debe construir un imperio en el periodo que abarca desde 1087 a 1453, con un sistema mucho más complejo que el que vimos en Shogun, aunque también más lento. Pero el fuerte de este nuevo título no estaba en las mecánicas en sí, sino en el multijugador.

 

En este tan aclamado juego, tenemos la opción de elegir hasta ocho facciones, con un ejército sólo para nosotros. Las nuevas características introducidas a través de las batallas de asedio daban un toque de realismo muy bienvenido en la franquicia. La profundidad de la estrategia se hacía más patente aquí, mejorando los errores de Shogun.

 

Al Medieval le siguió su expansión, con la que conformó el Battle Collection: Viking Invasion. También con muy buena puntuación, la llegada de los vikingos nos lleva a la Edad Oscura de Inglaterra, con los invasores que generaron el caos en las costas de los ingleses. Aquí podemos elegir de nuevo a una de las facciones a nuestra disposición y repeler el ataque de los vikingos... O hacer que estos controlen todo Inglaterra. 

 

Cuatro años después, y con un título romano de por medio, llegó Medieval II, una segunda parte mucho más detallada y con nuevos acontecimientos históricos, como el descubrimiento de América o las invasiones Mongolas.

 

El más grande de los Imperios

Pero, si ha habido un grande entre los grandes en Total War, ése ha sido el Imperio Romano. Roma es grande hasta en forma de videojuego, por lo que Rome: Total War no iba a ser una excepción. Lanzado en septiembre de 2004, el juego nos asienta en la República Romana, en el 270 a.C., desde donde debemos dominar todo el Imperio. Todas las facciones son romanas y las familias que aparecen fueron grandes influyentes de Roma: Brutos, Julios y Escipiones. Cada una de ellas comienza en un lugar y con un objetivo diferente. Los Brutos (Brutii), por ejemplo, comienzan al sur de Italia, y desde ahí deben avanzar para conquistar Grecia.

 

No obstante, hay otras facciones más allá de Roma que pueden elegirse al inicio de una campaña si han sido derrotadas con anterioridad: las helenas (polis griegas, Macedonia, Imperio seléucida), las bárbaras (Britania, Germania, Hispania, Dacia, Galia, Tracia, Escitas), las de Asia Menor (Partia, Ponto, Armenia) y las del desierto (Cartago, Numidia y Egipto). En total, 20 facciones se parten la cara para conquistar tierras ajenas y completar sus propios objetivos. Cada una de ellas cuenta con sus edificios y características exclusivas, lo que hace al juego un título la mar de completo.

 

¿Mi parte favorita? Las batallas históricas. En Rome: Total War, tomamos el papel de un líder en alguna de las grandes batallas de la Antigüedad, haciendo uso de tácticas realizadas por ejércitos reales y empleando unidades que existieron realmente. Desde la Batalla de Asculum hasta la de Gergovia, tomamos el control de una de las facciones, todas ellas enfrentadas en un campo terrestre (las navales las dejamos para más adelante). Casi por completo fieles a la realidad, con alguna que otra victoria que no se dio en la Historia, estas batallas son un aspecto muy atractivo de Total War, y convirtieron el juego en el estandarte del género de la estrategia allá por el 2004.

 

Al original le siguieron un par de expansiones, Barbarian Invasion y Alexander; y varios Mods más que destacables: Iberia, Europa, Napoleonic y hasta una basada en el Señor de los Anillos (algo que también se hizo con Medieval II). Además, en septiembre de 2013 salió su segunda edición y octava entrega de la serie, Rome II: Total War, con nuevas facciones y ejércitos terrestres y nvales.

 

Cambiamos de época


Para ver barquitos en Roma tuvimos que esperar hasta Rome II, pero ése no fue el primer título de la franquicia en incorporar los combates navales. Ese logro lo desbloqueó Empire: Total War, lanzado en 2009, un juego ambientado en el siglo XVIII que daba toda una vuelta de tuerca al estilo de Creative Assembly. En un periodo turbulento lleno de conflictos por todas partes y con los avances tecnológicos siendo el principal tema de actualidad, aquí nos hallamos ante grandes momentos de la historia, como la Revolución Industrial, la Guerra de la Independencia de América o los más grandes enfrentamientos por tierra y por mar.

 

La campaña principal nos marca un objetivo claro, muy similar a lo visto en Rome y Medieval II, con varias mejoras. Tenemos tres escenarios concretos: Europa y Oriente Medio, América e India. Además, cuatro rutas de comercio: África oriental, Brasil, Indonesia y Costa de Marfil. Empire ha sido, hasta la fecha, el juego más vendido de Total War, a pesar de algunos problemas técnicos de incompatibilidad con Steam.

 

Tras él llegó Napoleon: Total War, donde nos poníamos en la persona del general y emperador Napoleón Bonaparte, o a la cabeza de alguno de los países que protagonizaron la guerra. Concebido como una especie de expansión de Empire, pero siendo en realidad un juego aparte, el título ofrece tres mapas de campaña independientes: Italia, Europa y Egipto. Estas campañas nos permiten revivir batallas históricas, con turnos más cortos y mucho más rápidas.

 

El punto y final

 

El caos y la destrucción se apoderan de los campos de batalla en Atila: Total War, el último juego que ha salido de toda la saga. A muchos os sonará bastante, ya que no tiene siquiera un año de vida, habiéndose estrenado en febrero de 2015. El noveno de toda la serie Total War está ambientado en el año 395 d. C., en el comienzo de la Edad Media, con casi 20 facciones, y con cinco DLCs a modo de expansiones.

 

 

Ahora, The Creative Assembly tiene dos frentes abiertos. Por un lado, Total War: Arena, un nuevo free to play que les abre las puertas a este tipo de juegos. Por otro, Warhammer: Total War. ¿Sera éste el resurgir de Games Workshop?


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