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Todos Somos Neo

Sábado 12 de Septiembre de 2015 por Alejandro Pascual

"Todos creen que el tiempo es como un río que fluye fuerte y seguro en una sola dirección, pero yo le he visto la cara al tiempo y os puedo asegurar que no es así. El tiempo es como un océano en la tormenta". Prince of Persia, Las Arenas del Tiempo.

¿Cuántas veces has escuchado eso de que el tiempo avanza más despacio cuando uno tiene un accidente de tráfico o una experiencia cercana a la muerte? ¿Cuántas veces te has parado a pensar en una etapa de tu vida muy intensa, que parece haber durado años? Pongámoslo más simple. ¿Cuántas veces has ido perdido por una calle, porque no sabías ubicarte, y te ha parecido un trayecto larguísimo, para recorrerlo por segunda vez y darte cuenta de que, en el fondo, no era tan largo?

Todos somos Neo. 

El tiempo es un invento creado por nosotros mismos, y variar nuestra percepción de la realidad hace variar nuestro concepto del mismo. Por ende, todos somos capaces de ralentizarlo. La fórmula mágica para que nuestra vida sea más larga, para que parezca que hemos vivido más tiempo, es sencillamente hacer cosas nuevas. Regalarnos a nosotros mismos experiencias nuevas. Algo, cualquier cosa, por muy espectacular o placentero que sea,termina cansando a nuestro cerebro y generando menos memoria sobre él, porque ya lo conoce, no le causa la misma impresión que la primera vez. Se ahorra fotogramas de ese momento, porque la información es redundante. 

Lo convierte en rutina. 

Nosotros, los jugadores, cogemos las experiencias que nos sirven en bandeja los creadores de videojuegos y las convertimos en rutina, precisamente, porque nos sorprenden tanto la primera vez, que las compañías creen que esa nueva experiencia es la fórmula del éxito, cuando la verdadera fórmula que ha impactado nuestros sentidos es la novedad. ¿Cuántas veces hemos encumbrado a un juego por encima del resto que, aunque pulían la fórmula que el otro únicamente se atrevía a tocar, no nos dejaba el mismo sabor de boca? Resident Evil 4 es un juego en que, a día de hoy, podemos notar que posee un movimiento tosco (incluso a día de ayer), pero que revolucionó el género de disparos al incluir una cámara por encima del hombro. Cold Fear, de hecho, que llegó incluso a Europa unos días antes, se quedó sin ningún mérito por enfrentarse a un titán como éste. Y Resident Evil 5 es la misma fórmula, pero vitaminada. 

Claro que nuestro cerebro también puede acomodarse a lo fácil, pero eso es otra historia. Toda experiencia repetida, causará, sea mejor o peor, un menor impacto en nuestro cerebro. Así que la próxima vez que tengas que hacer un trayecto de vuelta a casa, da un rodeo, por un camino que no conozcas, y te harás más bien a ti mismo. 

Es por eso mismo, que si una persona juega a una secuela de una saga, pongamos Prince of Persia Las Dos Coronas, puede ir perfectamente a otro jugador y decirle la grandiosa experiencia que ha tenido, a lo que el otro contestaría: “El bueno es el primero, Las Arenas del Tiempo". A esto, el primer jugador lo probaría, e invariablemente de toda crítica, le causaría una menor impresión, porque la jugabilidad novedosa, esa manipulación del tiempo que hizo tan original a la franquicia de la pasada generación, ya la vio con Las Dos Coronas. Y a eso no hay nada que hacer. 

¿Por qué en esta revista demandamos experiencias nuevas, una y otra vez? ¿Por qué somos de la opinión de que las sagas son un arma de doble filo y muy pocos estudios saben utilizarla con sapiencia? Porque lo notamos en todo momento, nuestros ojos brillan como todos los demás, pero nuestro cerebro se aburre. Exige cosas nuevas, mecánicas que no conozca, planos de cámara jugables que no haya visto anteriormente... 

En definitiva, como en todo, lo único que queremos... es vivir más tiempo.


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