MGRetro | MediEvil

A finales de los años 90 y tras un buen puñado de rumores -infundados por aquel entonces- de un más que posible reboot del aclamadísimo Ghost'n'Goblins de Capcom, los desarrolladores del estudio de Sony en Cambridge anunciaron el que, para muchos, fue el auténtico heredero espiritual del hack'n'slash y plataformas de los viejos arcade. 

 

Nace MediEvil

Corría el año 98 cuando, finalmente, la primera consola de juegos de Sony -Playstation, sin más aditivos- recibía en su seno a MediEvil. El título no tardó en alzarse con la aprobación de público y prensa, que lo retrataron como un estupendo juego de plataformas/ hack'n'slash en 3 dimensiones al que la ambientación oscura, los sistemas de evolución de personajes y un sentido del humor muy Discworld de Pratchett lo alzaron como un must have.

 

Las claves del éxito de MediEvil en su momento fueron algo tan sencillo como un personaje carismático, un motor que te animaba a exprimir el escenario a fondo en busca de los coleccionables, un sistema de dificultad perfectamente ajustado y unos enemigos a juego con el carisma de nuestro héroe. Todo ello unido a un mundo bastante grande con la friolera de 21 escenarios en los que llevar a cabo nuestra gesta. 

 

 

No me cuentes cuentos. 

Ya desde el principio queda clara la importancia del humor negro en MediEvil al contársenos la historia del 'héroe', Sir Daniel Fortesque, quien derrotó al malvado brujo Zarok al mando del batallón del Rey Peregrino para morir poco después a causa de las fatales heridas recibidas durante el combate singular.

 

Una leyenda estupenda que poco tiene que ver con la realidad de Dan, un cortesano adulador que a base de contar mentiras acerca de su heroismo es nombrado caballero por el Rey Peregrino, un amante de las buenas historias. Lamentablemente, mientras Dan se convierte en Sir Daniel Fortesque, capitán del ejército de Gallowmere mientras el reino lleva años en paz, el malvado brujo Zarok decide atacar al pacífico reino y los ajércitos van a plantarle cara a su castillo. Lejos de la leyenda del heroismo de Sir Daniel Fortesque, que reza que derrotó a Zarok en combate singular, lo cierto es que nada más llegar a las murallas del castillo, la primera flecha disparada por el ejército enemigo se clavó en su ojo izquierdo convirtiéndolo en la primera baja de la batalla. 

 

 

Necesidad de redención

MediEvil comienza un siglo después de los acontecimientos de la batalla y muerte de Dan. Zarok ha vuelto y ha realizado un hechizo que resucita a los muertos, con los que pretende formar un batallón. Como es de prever, entre los cadáveres resucitados se encuentra el de nuestro héroe, que despierta confuso en su cripta y, con la ayuda de los libros allí recopilados, iremos haciéndonos una imagen de lo que pasó y lo que está pasando. 

 

Nada más empezar a jugar, el mausoleo es un puntazo, un lugar a salvo en el que leer, conocer la historia e ir acostumbrándonos a las habilidades de Sir Daniel. Cuando ya tenemos todo listo, abriremos la puerta para encontrarnos con el caos del cementerio, un lugar plagado de zombies y esqueletos cuya misión, al parecer, es devolvernos al descanso de la tumba. 

 

Hora de poner el arsenal a punto

Como decía al principio, MediEvil es un juego muy inteligente, con un planteamiento de coleccionables que te pica a conseguirlo todo y un escenario que invita a la exploración, aunque algunas veces sus plataformas sean realmente puñeteras. Una de las cosas que recuerdo con más cariño es El Cáliz de las Almas, un coleccionable que va llenándose en cada misión con las almas de los enemigos derrotados y que, una vez lleno, deberemos encontrar para acceder a la Galería de los Héroes, donde recibiremos ayudas, nuevas armas, ampliaciones de vida en forma de botellas y, al final, una ayuda inestimable para derrotar a las huestes de Zarok. Por si esto fuera poco, sólo consiguiendo todos los Cálices podremos acceder a la Galería de los Héroes de propio derecho, convertirnos en la leyenda que nunca fuimos y vivir.. eh... ¿morir? el resto de la eternidad en un banquete sin fin.

 

 

Junto a este caramelito de los cálices hay un buen puñado de armas dispersas como garrotes y escudos, fuentes de vida, viales, botellas con las que hacernos más reistentes y un puñado de secretos y coleccionables que van mucho más allá de las bolitas de colores. Finalmente, las ratas y las manos zombies nos darán dinero al aplastarlas, lo que nos permitirá comprar varias cosas a las gárgolas o recuperar nuestras armas robadas. 

 

Mezcla de géneros

O mejor dicho, miltitud de situaciones. A pesar de ser un hack'n'slash/ plataformas al uso, MediEvil incluye un buen puñado de extras que lo hacen una oferta jugosa, especialmente en el momento de su lanzamiento hace más de quince años. Y es que junto a lo carismático de sus personajes había un buen puñado de gestas, búsquedas, puzzles y situaciones que nos obligaban a pensar y tomarnos las cosas con calma. Y eso por no hablar de los personajes con los que conversar, los libros, las gárgolas parlanchinas y los extras no enemigos, que hacían del título un pionero en una forma de ver las cosas que a día de hoy nos parece normal. 

 

Resumiendo, MediEvil fue un bombazo en su época y es un juego que todavía guarda gran parte de su encanto para quien quiera darle una oportunidad. Actualmente está en la Playstation Store a un precio de 4,99 euros, y es un título que, sin duda, os sorprenderá u os traerá grandes recuerdos. Hubo dos secuelas, MediEvil 2 para PSX y MediEvil esurrection para PSP, pero por ahora id echándole un ojo a su primera parte y ya me contáis. 

 

¡Nos leemos!

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