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MGReplay | Skate ps3

Superar a la competencia con algo distinto
Sábado 12 de Septiembre de 2015 por Dayo

Hace no muchos años los MMORPG eran los MOBA de hoy; los títulos cuyo éxito todo el mundo quería imitar. World of Warcraft estaba sentado en ese trono (y aún lo conserva) y hubo tantos intentando reemplazarlo que cuesta enumerarlos a todos. Archlord, Aion, Rift, Age of Conan… Incluso los juegos inspirados en licencias populares como Warhammer Online o El Señor de los Anillos Online acabaron sucumbiendo y pasándose al modelo gratuito o simplemente cerrando para nunca más volver. Uno de los pocos títulos que logró destacar, Guild Wars, lo hizo al ser distinto y ofrecer su propia experiencia. League of Legends prendió la chispa al MOBA al ofrecer algo distinto.

 

También seguía la tendencia de los enfrentamientos abiertos: a todo ying, su claro yang. Splinter Cell y Metal Gear Solid no eran títulos de sigilo sino rivales. Need for Speed y Midnight Club se pegaban junto a Juiced y tantos otros por la corona del tuning. Pero la saga Tony Hawk mantenía el monopolio sobre los títulos de skate urbano. Necesitaba un némesis, alguien que apareciese para hacerle oposición. El resultado no fue una copia barata sino un título salido de una Electronic Arts que había perdido la cabeza y, tras una época oscura tirando de licencias, de El Señor de los Anillos y Harry Potter, empezó a sacar nuevas IPs con ideas frescas e incluso arriesgadas. Fue el momento de las plataformas en primera persona de Mirror’s Edge, de la diégesis y el terror espacial de Dead Space. Pero también fue el momento de la ardua recreación de Skate.

 

¿Cómo te sobrepones al líder de todo un género? Evitando jugar a su juego. Tony Hawk es fácil y accesible, directo y activo. Cualquiera puede coger un mando, pulsar un par de botones y ver resultados. Sólo hay que aprender a mantenerse en el aire y luego utilizar la táctica de cualquier título de lucha: apriétalo todo hasta que el multiplicador llegue al máximo o toques el suelo. Luego repite la maniobra. Desde el título se ve esta diferencia de actitudes entre ambos videojuegos. Tony Hawk quiere hacerte sentir como el patinador homónimo; busca darte los medios para que disfrutes de lo que es ser un fiera sobre el monopatín y dejarte campar a tus anchas para hacer el paria en un entorno abierto. Pero Skate es un documental. Skate quiere que sepas lo que es utilizar un monopatín. Quiere que comprendas cada movimiento, que sientas el peso de las piernas y que celebres el simple acto de saltar como lo celebraría cualquier skater.

 

Llegar hasta aquí es difícil, pero recompensa.

 

Tony Hawk tenía una cámara amplia que te ponía en relación con el escenario. Quería recrear la sensación de ser un niño en una tienda de chucherías: el mundo se abre ante ti, lleno de posibilidades. Skate pone la cámara baja y se centra en tus piernas, casi deformándote a ti y tu entorno con un ojo de pez que tanto se parece a los objetivos que utilizan en vídeos reales. Lo único que importa sois tú y tu entorno inmediato. No puedes ir de un lado a otro: tienes que centrarte, saber dónde estás y hacia dónde te diriges para poder calcular con precisión cada salto, cada giro.

 

Skate es un documental. Es un juego que te hace entender por qué la gente se emociona con el simple acto de grindear por una barra durante apenas dos segundos. Eso en Tony Hawk es tan fácil como pulsar triángulo tras un salto, pero aquí es orgánico: el mundo no está hecho para ti sino al revés. Tienes que hacer el mundo tuyo. Esa barra no va a facilitarte la tarea y, si quieres grindear, tendrás que calcular perfectamente cuándo y cómo saltar, además de la orientación de tu monopatín para escoger exactamente cuál es tu movimiento. Skate es Dark Souls antes de Dark Souls, antes incluso de Demon’s Souls. No se controla con el stick derecho por capricho. El esquema de control original de Assassin’s Creed respondía a una necesidad diegética: cada botón correspondía a una orden a la parte del cuerpo respectiva. Botón inferior para tren inferior, botón izquierdo para lado izquierdo del torso, derecho para el lado derecho y superior para la cabeza. Algo similar ocurre en Tekken, con cada botón equivalente a una extremidad de tu luchador, pero ninguna de estas dos sagas utiliza su esquema de control para transmitir una sensación puramente física; más bien parece responder a una idea de intuición o inmediatez. Todos los luchadores pegan con el mismo brazo al usar Cuadrado, así que no hay que aprender desde cero el esquema cada vez que se coge un nuevo luchador. Skate tiene botones específicos para cada mano y cada pierna además de usar los sticks para la dirección y el movimiento del monopatín precisamente para convertirte en el skater. Quiere recordarte que no es lo mismo saltar y mover el monopatín hacia arriba que hacerlo mientras se agarra, que cada movimiento lleva una serie de pasos, que coger carrerilla lleva una serie de acciones.

 

Skate es un documental, pero no es un juego obtuso. Al poco de empezar estarás haciendo ollies y kickflips, pero a pesar de que sean los trucos más básicos de todos sentirás una cierta liberación y orgullo al encadenarlos mientras te mueves a toda velocidad por un parque. El título te deja muy claro desde el principio que cada movimiento va a ser fácil de ejecutar pero difícil de dominar y te ofrece un espacio abierto sin presiones. Sin ir más lejos, el juego empieza en un parque de skaters: el entorno sandbox ideal para un novato que quiera aprender cada movimiento. Skate es un documental sobre los skaters y tú eres su protagonista, ese chaval que llega de ninguna parte sin saber apenas cómo saltar. Pero con esfuerzo y empeño acabas llegando a lo más alto y compitiendo con los más grandes. Y ese no es un proceso automático: no llegas sin saber qué ha ocurrido. Cada paso que has dado lo has grabado a fuego en tu cabeza; sabes cómo hacer cada movimiento y dominas el stick derecho con precisión milimétrica. No eres un pro por saber encadenar mejores combos sino porque sabes lo que haces de un modo literal que pocos juegos transmiten. Aquellos que quieran algo inmediato pueden quedarse dentro de los confines de Tony Hawk, pero Skate te quita los ruedines y te empuja con fuerza. El proceso requiere tiempo y esfuerzo, pero cada pequeño paso es una colosal victoria. Y esa sensación supera todos los combos.


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