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MGReplay | Osu! Tatakae! Ouendan

¡Todos a una!
Martes 17 de Marzo de 2015 por Diego Emegé

Los dispositivos portátiles llevan mucho tiempo conociendo sus propias ramificaciones del universo de los juegos musicales de ritmo, pero hubo un tiempo en que ni teníamos tantos dispositivos portátiles, ni era tan factible llevar a cabo semejantes ideas. Hubo un tiempo en que estas experiencias tenían que importarse desde la tierra del sol naciente, como tantísimas otras locuras que nuestros hermanos nipones creaban. Uno de los responsables de que se popularizara este género como experiencia portátil fue Osu! Tatakae! Ouendan.

 

Llegó a Nintendo DS en 2005, una época en la que la industria aún hacía reverencias a Dance Dance Revolution y en la que aún quedaban unos pocos meses para que apareciera en escena Guitar Hero con sus instrumentos de plástico y reclamara el trono. Aun así, había un terreno que aún nadie había explorado, por lo tierno de su sustrato. Se trataba de esa consola de Nintendo con una pantalla táctil, y estaba aún en su etapa experimental. Esto era un valiosísimo caldo de cultivo para nuevas ideas, y Osu! Tatakae! Ounendan Lo aprovechó para crear una de las experiencias musicales más adictivas de la época.

 

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Existía la posibilidad e desbloquear al equipo de animadoras más típico de los americanos
 

 

Es un título con un arraigo muy importante en la cultura japonesa. Solo su nombre ya resulta un reto de traducción, por lo menos para cualquiera que se preocupe por la forma y la brevedad antes que por el sentido: podría venir a decir «¡Venga, a luchar, equipo de animadores!». Lo que más cautiva del juego es la fuerza de los protagonistas, un equipo de animadores masculinos que cambia los pompones y las minifaldas por las gabardinas negras, las bandanas y alguna cicatriz. A lo largo de la isla de Japón nos iremos encontrando con habitantes que necesitan ayuda y gritan bien alto «OUENDAAAN!», para convocar al equipo de animadores. Nuestra misión será la de llenarles de buenas vibraciones y animarlos con el poder del mejor J-Pop.

 

Cada misión se narra en paneles de tipo manga, y, tratándose de un juego que como tal no vio las tierras de occidente, no tiene traducción, pero es muy fácil enterarse de lo que ocurre (aunque hay guías en español para entender lo que ocurre en cada momento), y las historias son tremendamente tiernas y alegres, pasando por una secretaria que intenta ligarse a su jefe y un par de polis que se enfrentan a androides espaciales. Es un juego que no se toma muy en serio su vena narrativa, aunque logra emocionarnos de la forma más tonta por el carácter de sus personajes y, especialmente, porque su misión de hacer feliz a la gente acaba afectándonos a nosotros positivamente.

 

No me digáis que esta canción no os pone a tope...

 

En lo que respecta a las mecánicas de juego, hablamos de un juego que usa la pantalla táctil para seguir el ritmo mediante varios tipos de acciones, entre las que están: tocar círculos numerados en orden sin perder el ritmo, acompañar con el stylus una bola que se mueve de un lado a otro y, en ocasiones, hacer girar una rueda a gran velocidad (cosa que da miedo hacerle a la táctil). Es uno de esos juegos cuyas marcas de ritmo no llegan a su esplendor hasta que jugamos en la mayor dificultad. En ese estadio, podemos disfrutar al máximo de la experiencia Ouendan, y es garantía de que el juego es una experiencia digna de repetición. Aun así, si hay algo que lo diferencia del resto, aparte de todo lo que ya hemos visto, es la banda sonora. Eso es lo que hace de un juego musical algo valioso, y en el caso de Osu! Tatakae! Ouendan es vital. Se trata de una banda sonora florida, que se adaptaba a cada historia y a cada situación, y que se nutría de grupazos japoneses del momento, como Asian Kung Fu Generation, Morning Musume, Flow, Porno Graffitti o L'Arc en Ciel.

 

Con el tiempo llegó una versión occidental, que se llamaba Elite Beat Agents, que, a pesar de contar con una banda sonora de buenos nombres, carecía del encanto y el carácter japonés del original. También vimos una segunda parte, que perfeccionó la primera experiencia trabajándose nuevas características interactivas y añadiendo más canciones a la mezcla. También hemos visto un sucesor espiritual en forma de homenaje a la música de Final Fantasy, con el Theatrythm, pero, claro, se queda solo en ese universo musical. No, Osu! Tatakae! Ouendan es algo que tenéis que probar, aunque solo sea porque la primavera está a la vuelta de la esquina. Lo malo va a ser encontrarlo y comprarlo, claro… 


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