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MGReplay | Mafia II

Escalando puestos con Scaletta
Martes 21 de Octubre de 2014 por Diego Emegé

Mafia II es uno de esos juegos abonado a las rebajas de Steam de manera perpetua. Es más, si no lo encontráis rebajado un 75% de su precio original estas navidades, os pago la diferencia, porque por cinco leurus no deberíais perderos una de las mejores experiencias mafiosas más clásicas de los videojuegos. El juego se describe a sí mismo como «una mirada maravillosamente hecha a mano en el mundo oscuro e implacable de la mafia» y, efectivamente el título mantiene el puesto una maravillosa mirada, porque a pesar del paso de los años —solo cuatro, pero se notan—, el apartado visual sigue siendo muy atractivo y hermoso.

 

El juego abre la historia con una escena cinemática en la que se nos presenta a Vito Scaletta, un inmigrante italiano que llegó a EEUU con su familia cuando aún no era más que un rapaz. Por desgracia para ellos, la promesa de una vida mejor, próspera y rica en lujos se convirtió pronto en diálogo constante con ratas de alcantarilla y ratas de barrio, por lo que el joven Scaletta, que ya peinaba arbusto, empezó a darse a la delincuencia callejera con su amigo íntimo, Joe. Por desgracia, o por suerte, un policía les pilló in fraganti y apresó al pobre de Vito. Para poder evitar la cárcel, el chico tuvo la opción de alistarse en el ejército. Era 1943, y EEUU andaba a tiros con medio mundo. En el caso de Vito, Italia fue su destino, por conocer el idioma.

 

Vito Scaletta vivió en la Empire Bay más hermosa que ha conocido la historia

 

La visita a Sicilia, en plena Operación Husky, sirve de tutorial para aprender las mecánicas de disparo y cobertura, que a día de hoy resultan tremendamente toscas, pero tienen su encanto, ojo. No obstante, si en esta misión os encariñáis de la forma de pegar tiros de Mafia II, os recomiendo que os fijéis en otra mecánica, porque en este título lo que es pegar tiros… más bien poco… en comparación con la cantidad de tiempo que empleamos en otra actividad: conducir. «Bien», diréis, porque el juego transcurre principalmente en los años 50 y los coches americanos de los años 50 tienen un estilo tan exquisito que no se ha podido replica en la historia de los coches nunca más. Por desgracia, el control de conducción resulta más escurridizo que una anguila en un bukkakke. Puede ser muy divertido conducir a gran velocidad por las carreteras de Empire Bay, pero como la mitad de estas excursiones acaban en fallecimiento, el acto no lo merece. Podríamos achacarlo a que los coches de hace 60 años eran más rudos y complicados que los de ahora, pero los coches en los juegos tienen que dejarse conducir.

 

Los personajes de Mafia II son su punto fuerte, así como la historia. A todos nos gustan las historias de mafiosos, y el dúo de Vito y Joe, aunque prototípicos, protagonizan situaciones memorables y unas conversaciones que salvan cada minuto de conducción. Son los perfectos wingmen: Vito es la cara y Joe la fiesta. Se agradece que el juego se centre tanto en la relación entre estos dos mozos porque es muy fácil seguirle la pista a la evolución de los dos amigos mientras dejan su propia marca en la mafia de Empire Bay. En especial, el arco de Vito se manifiesta de forma muy natural, logrando que comencemos sintiendo pena por el pobre delincuente de poca monta y acabemos temiendo su simple sombra. Vale, tomaron El padrino, lo licuaron y lo hornearon en un molde nuevo, pero tiene buen ritmo y resulta interesante, cosa de que el mismísimo juego de El padrino carecía.

 

La inteligencia artificial de los otros conductores es tan reducida que los rayones están a la orden del día

 

La violencia es la forma de expresión pura de la mafia, por lo que Vito debe aprender a manejarse con los puños y la tommy gun de toda la vida. Las mecánicas de paliza se reducen a tres acciones: ataque ligero, ataque pesado y esquivar. Más allá de lo que pueda añadir a la experiencia interactiva, lo mejor de estas situaciones es la sensación de controlar a un tío rudo, en una época ruda, y eso solo lo supera la chupa de cuero que nos podemos enfundar durante la partida. En cuanto a los disparos de Mafia II, tengo que sufrieron la moda de las coberturas de Gears of War, aunque, por suerte, añadían el hecho de que disparar las armas de los años 50 resulta mucho más satisfactorio.

 

La policía es nuestro principal escollo a la hora de hacer el cabra por las calles de Empire Bay, pero, a diferencia de Grand Theft Auto, en Mafia II no es un ente omnisciente. Al fin y al cabo, estamos hablando de la policía de los años 50. Estos defensores de la ley tienen que estar presentes para tener consciencia de nuestros crímenes, lógicamente, por lo que aunque nos liemos a tiros en una calle, «si no lo veo, no es ilegal». Esta realidad ayuda mucho a la inmersión en el mundo de los años 50, pero por desgracia siguen existiendo otras mecánicas, como la de pintar el coche o cambiar de ropa, que se lleva por delante esta magia para cambiarla por otro tipo de magia de ilusionismo.

 

Mafia II es un título que destaca por la estupenda atmósfera que nos mete dentro de la organización criminal más elegante del mundo, en su mejor época, en una ciudad donde tiene un brillo muy especial. A pesar de los fallitos técnicos, las mecánicas mal planteadas y el paso del tiempo, Mafia II es un juego que merece nuestro respeto y atención. Si no queréis esperar a las navidades, actualmente tenéis otras ofertas para no dejaros muchos cuartos en él, pero os recomiendo adquirirlo sin dudarlo en cuanto el precio os parezca razonable.


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