Mejores videojuegos del año 2019 según Álex Pareja

Elegir los mejores videojuegos del año es como elegir el turrón favorito durante las Navidades: aunque en la clásica bandeja suelen volar los sabores clásicos y siempre suelen quedar huérfanos los mismos tipos (que acabamos comiendo por obligación cuando la bandeja sigue dando tumbos por las sobremesas familiares durante meses), todos tenemos nuestras preferencias. Antes de daros mi lista de favoritos considero totalmente relevante deciros que uno de mis turrones favoritos es el de piña. En vuestra mano está fiaros de mi criterio o no. 

Y, como siempre, muchos videojuegos se han quedado en el tintero porque no han podido pasar por mis manos durante estos doce meses, lo que probablemente habría variado la lista. Pero es lo que tiene no disponer de todo el tiempo que nos gustaría.

 

 

Reconociendo que Borderlands 3 ha estado más fuera que dentro de esta personal selección, finalmente he decidido incluirlo por dos motivos. El primero es que se trata de la obra que evidencia algo que siempre debemos valorar de los videojuegos: la pura diversión, sin demasiados pretextos. Y el segundo es debido a los grandes momentos vividos junto a algunos patronos en nuestros directos de Twitch. Es el juego con el que más me he reído del año y resulta muy disfrutable, aunque esperaba más de la nueva entrega de la saga. 

 

De haber salido hace unos años se hubiese convertido en una obra mucho más impactante en lo personal, pues su planteamiento no me ha pillado de nuevas en 2019, pero Outer Wilds es uno de los grandes videojuegos independientes de los últimos tiempos. Ha sido una experiencia muy diferente a lo acostumbrado, con una total libertad para explorar el espacio en busca de respuestas a preguntas que tú mismo te vas haciendo por el camino. El concepto de explorar sin un rumbo fijo, empapándote de su universo y haciendo descubrimientos por casualidades o por tu propio esfuerzo es fabuloso. Outer Wilds me ha invitado a investigar su mundo utilizando un único combustible para mi nave: el interés.

 

Y no puedo dejar pasar a un videojuego que rescata el alma de niño que (casi) todos llevamos dentro. Dragon Quest Builders 2 es pura energía positiva, desde que coges un bloque y lo colocas hasta la primera y última palabra de sus diálogos. También diría que es una obra que demuestra que las apariencias pueden engañar y que un videojuego para todas las edades no es un sinónimo de mediocridad para los más mayores. Porque ya quisieran muchos. Estoy muy feliz de haber podido descubrir esta saga durante este año y con esta segunda entrega. 

 

 

Es un videojuego con muchas carencias, sí. Es una obra cuya trama es tremendamente difícil de entender si un experto doctor no charla contigo durante horas, también. Pero es una saga que me ha acompañado durante casi toda mi vida como jugador y ya sabéis eso que dicen de que el amor es ciego. Me hubiese gustado un reto mayor y una reescritura de ideas jugables y de guion, entre otras cosas, pero para mí Kingdom Hearts III es pura magia. Y a veces viene bien seguir creyendo en ella. 

 

 

A pesar de haber sido uno de los últimos lanzamientos del año ya se ha convertido en uno de los videojuegos con los que más horas he compartido durante 2019. Pokémon Espada y Pokémon Escudo tienen multitud de problemas, comenzando con un salto gráfico a Nintendo Switch que podría (y debería) haber sido mucho más notorio y con un desarrollo de la historia tremendamente lineal, sin reto, sin mazmorras, sin chicha. Pero ahí estoy yo, disfrutando como hace veinte años abriendo huevos, construyendo mi equipo, compitiendo online, completando la Pokédex… es Pokémon.

 

 

De forma inesperada se convirtió en uno de los títulos independientes que más me han sorprendido en los últimos años. Katana Zero tiene mucho de lo que yo busco en un videojuego. Partiendo de unos diálogos bien construidos, de una buena utilización del humor y del sarcasmo, pasando por su justificación del tiempo y otros elementos mecánicos dentro de sus elementos de historia, me parece una obra fantástica y muy cuidada. Todavía recuerdo momentos y situaciones que van a ser complicados de superar por otras obras del mismo corte. 

 

Resident Evil 2 está cerca de ser el remake perfecto. No podía llegar a imaginar que las increíbles sensaciones proporcionadas por el juego original se iban a trasladar de una forma tan brillante y tan bien adaptadas a los tiempos que corren. Es verdad que un aspecto visual tan impresionante no casa con la ausencia de ciertas acciones de combate de los protagonistas, que casi lo piden a gritos, pero he disfrutado (y me he asustado, y he tenido que dejar de jugar por culpa de la tensión…) como no habría apostado tratándose de un remake. 

 

Ha sido como una patada en el estómago, pero en plan bien. Disco Elysium es una maravilla atemporal, que sabe tomar lo mejor de los juegos de rol tradicionales, las aventuras gráficas y la toma de decisiones. Sus diálogos son oro puro y las situaciones dadas son sensacionales. Quién iba a decir que cuando pensamos, en realidad, estamos discutiendo internamente con nuestras percepciones y personalidad. El juego lo sabe plantear literalmente en una aventura que ha sabido atraparme y que considero ser la mejor a nivel independiente de 2019. 

 

 

2019, para mí, se erige sobre la figura de dos autores de importancia mayúscula en la industria y la historia del videojuego. Cómo, con proyectos de alto presupuesto y con grandes empresas a la espalda, son capaces de seguir marcando su ruta y dejar videojuegos absolutamente diferentes a las líneas tradicionales del mercado. Miyazaki es un de ellos con Sekiro: Shadows Die Twice, con una soberbia vuelta de tuerca a lo planteado por From Software hasta el momento y un puñetazo constante en la cara del jugador. Construir una obra con una mecánica como eje principal, a la que te ves sometida y obligado a dominar si quieres acabar. Y madre mía cuando consigues hacerlo. 

 

 

Y el segundo autor a destacar es Hideo Kojima, que junto a su equipo han sabido ofrecer con Death Stranding ese giro absoluto a lo que comprendemos como industria. Lo que llevan haciendo ya unas cuantas décadas en el medio. No me queda mucho más por decir del que para mí es el mejor videojuego de 2019 y uno de los más relevantes de la generación. Bueno, sí que puedo añadir algo más: todavía sigo pensando en esa playa. 

Muchas gracias a todos por seguir permitiéndonos plasmar estos locos pensamientos y estas listas tan personales en palabras y voces. Para mí, el GOTY de la vida de 2019 es poder contar con vosotros. Gracias y a seguir disfrutando de los videojuegos.

<< Anterior Siguiente >>