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Los mejores videojuegos del año, según Diego Emegé

La calma antes de la tormenta
Domingo 25 de Diciembre de 2016 por Diego Emegé

Durante las últimas semanas me he dedicado a hacer un intensivo de juegos de 2016. Ha sido duro pero, a falta de un recién empezado The Last Guardian, he llegado a tiempo para crear esta personalísima lista de los mejores juegos del año. Hemos visto secuelas buenas, retrasos que han llegado a buen puerto y nuevos lanzamientos que han tenido mucho que contar. También hemos tenido decepciones morrocotudas, innovaciones truncadas y palabras que se quedaron en el aire. Es más, mi lista podría haberse quedado en siete títulos sin ningún problema. No obstante, hemos tenido la suerte de encontrar algún que otro diamante que le ha dado sentido a seguir pendiente de este medio. Así, también podemos hablar de historias conmovedoras, ideas frescas, buenas facturas y alguna sorpresa muy, muy grata. No os retengo más. ¡Seguid leyendo y nos vemos el próximo año!

 

 

10. Overwatch

 

Overwatch es pura diversión. Es un título tan bien diseñado, con unos personajes tan equilibrados y carismáticos… Puede que lleve dos meses sin pisar sus mundos futuristas, pero me consuela pensar que en realidad estoy realizando una inversión a medio plazo. Mientras no juego, aparte de despejarme y probar otras cosas, sé que mami Blizzard sigue metiendo contenido y equilibrando a ese elenco tan excelente para que cuando vuelva todo sea bonito, brillante y colorido de nuevo. Sé que tengo amigos esperándome allí, y sé que encontraré nuevos personajes que le darán la vuelta a mi forma de jugar.

 

 

9. Dark Souls 3

 

La tercera y última entrega de Dark Souls no es la mejor, pero sí la que mejor compendia lo que es la saga. Tenemos el sufrimiento de morir una y otra vez, los enemigos horribles, los jefes peores, paisajes olvidados rebosantes de historia, armas con pasado… Para cuando llegamos a la tercera entrega muchos llevábamos a nuestras espaldas por lo menos dos o tres souls, por lo que es probable que para muchos Dark Souls 3 haya sido el más fácil de todos. No obstante, y a pesar de recuperar el nexo de Demon’s Souls, el trasiego por su nuevo mundo y el nuevo infierno que propone ha logrado mantenerme ocupado de principio a fin y sin pausas. Además, el equipo de From hizo los deberes para mejorar un poco el multijugador, que tan necesario es, y que tan bien se había hecho en la segunda entrega. Ya conocemos la ceniza y la sangre. Aquí hay uno que está deseando saber qué sustancia oscurece el cielo en el próximo proyecto del señor Hidetaka Miyazaki.

 

 

8. RunGunJumpGun

 

¿Os gustan los juegos que os sacan de quicio? ¿Os gusta romper mandos caros? Estupendo, a mí también. Por eso me encanta RunGunJumpGun. Conocí a los componentes de ThirtyThree durante la última Gamescom, y aparte de resultarme unos tíos con un sentido del humor excelente, también capté algo extraño, algo que ocultaban… Era malicia, pura malicia. Su juego es una especie de Super Meat Boy en el que solo podemos usar dos botones: uno para disparar y otro para ascender o descender. Es simple en planteamiento, pero se complica gracias al diseño ajustadísimo de sus niveles. Es tan ajustado que en ocasiones algunos niveles se atragantan hasta el trigésimo intento. Y eso nos encanta. Para momentos de estrés, no hay nada mejor que un juego que nos permita «entrar en la zona».

 

 

7. SUPERHOT

El mundo es blanco;

los enemigos, rojos;

negras las armas.

Muévome, tiempo, muévete.

 

Fácil y al grano. SUPERHOT es la historia de una idea que cobra vida. Su razón de ser gira en torno a la mecánica del movimiento como generador de más movimiento (sí, «se detiene el tiempo»; pero eso es una percepción humana, ni más ni menos). Sus creadores proponen situaciones y nosotros tenemos la obligación de sacar el mayor provecho de ellas. Mientras que Hyper Light Drifter nos hace sentir ninjas y Quadrilateral Cowboy nos hace creernos piratas informáticos, SUPERHOT quiere que seamos el maldito Neo. Ahora me ves, ahora, no. Ahora estoy delante, ahora, detrás, y, ¡oh, mira qué escopeta acabo de agenciarme! Pum.

 

 

6. Uncharted 4

 

Lo que más valoro de Uncharted 4 es que no me deja soltar el mando fácilmente y, sobre todo, la capacidad que tiene de sumergirme en la aventura. Es verdad que los dos últimos Tomb Raider nos llevan a lugares espectaculares y nos descubren tesoros escondidos, pero Uncharted, además de contar con un diseño artístico del que presume conscientemente en los momentos clave, aprovecha el propio guion y la trama para contagiarnos esa fiebre del descubrimiento que nos lleva a ponernos al límite y a explorarnos a nosotros mismos. Es verdad que a veces peca de superficial, de llevarnos de la mano sin escrúpulos y que ha perdido una buena dosis de rompecabezas con respecto a las anteriores entregas, pero a cambio ha ganado en realismo humano. Se nota que Naughty Dog ha encontrado su propia voz, pero tiene que perder el miedo a usarla y, sobre todo, tiene que creer en el medio en que se expresa.

 

 

5. Quadrilateral Cowboy

 

Blendo Games es uno de esos estudios que tiene pase VIP a mi corazón. En toda su historia no ha logrado fallarme ni una sola vez, y siempre se han mantenido fieles a su propia voz, pero mientras que en el pasado sus obras se han mantenido alejadas de la clasificación clásica de videojuego, esta vez han dado el paso… y han ganado. Quadrilateral Cowboy sigue contando una historia usando la interacción, pero también se viene arriba planteando una interacción brillante centrada en el pirateo. Se supone que Watch Dogs 2 está inspirado en una serie que destaca por el realismo con el que se asume el concepto del pirateo. Mr. Robot no se inventa ninguna tecnomagia: todo lo que vemos es factible. Watch Dogs 2, por su parte, quiere hacernos creer que piratear es dar a un botón y punto. Quadrilateral Cowbow piensa diferente. En este caso para colarnos en un edificio tenemos que usar nuestro ordenador portátil e introducir los comandos necesarios para abrirnos camino abriendo puertas, apagando cámaras o esquivando alarmas. Es una experiencia única que hace poderoso al jugador.

 

 

4. OneShot

 

Niko es pequeña, tiene los ojos brillantes, de gata, y lleva un sombrero con orejitas. Al parecer en su mundo es lo normal, pero ni en el nuestro ni en el oscuro mundo en el que transcurre OneShot lo es. Esta obra es la última sorpresa del año. Está fabricada con RPGMaker, pero a pesar de ello no solo de ser capaz de sumergirnos de lleno en una historia en la que se habla sobre la esperanza y la infancia con una sinceridad apabullante, sino que además se permite traspasar la cuarta pared con un ingenio inesperado abusando de nuestro sistema operativo. Lo interesante es que con lo poco que dura sigue manteniendo el tipo y supera la barrera de lo anecdótico. Se mantiene consistente en sus planteamientos narrativos, interactivos y metainteractivos más allá de lo que esperamos. Soy de lágrima fácil, pero si hay algo excepcional en OneShot es que me ha paralizado.

 

 

3. DOOM

 

Hace no mucho han salido a la luz más capturas de aquel Doom 4 que no llegó a completarse. Desde id Software dijeron que en el transcurso del desarrollo se habían perdido por el camino y habían creado algo que no era un Doom: por eso lo habían cancelado. La tercera entrega es un buen juego y consiguió añadir nuevas propuestas a la saga expandiendo nuestro concepto de lo que debía ser. Pero este año ha llegado DOOM (2016), y hemos recordado lo mucho que echábamos de menos matar así. El infierno puede ser terrorífico, real y fascinante, como ocurre en el propio Doom 3 o en ese Agony que tanto espero; pero también puede ser ese patio de recreo que me enseñó a jugar hace cuarto de siglo. Este año Doom ha vuelto a ser pura diversión y pura brutalidad, ha vuelto a romper la cuarta pared para decirnos: «ni te preocupes por la historia; aquí has venido a matar»... Y qué gustazo matar así.

 

 

2. Hyper Light Drifter

 

«Bienvenido, elegido. Llegas tarde. El mundo se ha ido a la mierda y ya no hay nada que salvar, pero libre eres de quedarte». Empezamos Hyper Light Drifter como lo terminamos: fascinados. Si hiciera una lista de las mejores bandas sonoras del año, creo que la que compuso Disasterpiece para este estaría en el primer puesto. Es música que refleja perfectamente las sensaciones que inspira el juego: la soledad, el descubrimiento, la nostalgia y la acción. Aparte de visitar algunos de los entornos más evocadores que hemos visto en todo el año, HLD nos ayuda a encontrar el ninja que llevamos dentro regalándonos un sistema de combate que premia la celeridad y los reflejos. La historia es muy simple, pero cuando descubrimos todo lo que hay detrás la cosa estalla en nuestra mente como una bomba de relojería.

 

 

1. Firewatch

 

«No todos están hechos para disfrutar de la sutil belleza del bosque», decía mi buen Dayo en su análisis de Firewatch el día de San Valentín. Me ha costado mucho tiempo animarme a caminar por ese bosque, pero como me pasa con muchas historias, creo que la de Henry y Delilah ha llegado en el momento justo a mi vida. Siempre he preferido las historias que hablan sobre las personas. Los conflictos a gran escala se me suelen escapar, y los juegos que plantean esa clase de tramas suelen perder mi atención muy pronto. Pueden divertirme, pero no cautivarme. Firewatch, por su parte, es un ejercicio de íntima reflexión en el que todo está al servicio de la evolución de los personajes. Me ha permitido encontrar un cierto sosiego al sentirme aislado en ese hermoso bosque, reflejado en las vidas de dos personas con las que he pasado un verano.

 

 

Ver también:

-GOTY 2016 según Adrián Suárez
-GOTY 2016 según Álex Pareja
-GOTY 2016 según Julián Plaza
-GOTY 2016 según Rafa del Río
-GOTY 2016 según Víctor Junquera 


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