Los mejores juegos de la generación, según Víctor Junquera

Me gustan los juegos directos. Los componentes cinematográficos en un videojuego no han nacido en esta generación, pero sí que se han expandido hasta el punto en que son muchos quienes premian una buena narrativa antes de penalizar un mal esquema de juego. No hay duda de que ambos aspectos son igualmente importantes a día de hoy, pero decidir lo mejor de esta generación no es sólo cuestión de una historia que te haya cautivado o del juego al que más horas le hayas dado. Por eso, con todo el dolor de mi corazón, Super Smash Bros. Brawl no está en esta lista.

 

Escoger los diez mejores juegos de toda una generación es un ejercicio imposible, y escoger tus diez favoritos es injusto y variable de una semana a otra. No soy un gran coleccionista, ya que a medida que pasa el tiempo voy mirando a mi biblioteca y me planteo si volveré a jugar a tal o cual juego y por qué lo haría. Pensad. Pensad en vuestra futura pareja y vuestros hijos. Pensad en ofrecerles vuestro hobby con una selección sólo de lo que consideráis lo mejor, pensad en algo que les haría disfrutar igual que vosotros disfrutasteis durante esta generación. ¿Les ofreceríais Gears of War? ¿Les ofreceríais Dark Souls? De la lista se caen juegos como Portal o Bioshock por falta de espacio, pero estos son diez de los juegos que, seguro, en un futuro seguiré recomendando a ojos cerrados, sin orden alguno salvo el evidente primer puesto.

 

 

-Assassin's Creed II

 

¿Quién no se ha enamorado perdidamente de Ezio Auditore da Firenze? ¿Quién no ha sentido todo el hype de engancharse a una historia aparentemente inconexa a través de los fantásticos puzles de La Verdad? ¿Quién no se ha quedado maravillado paseando por Venecia y Florencia recreadas como en otro siglo? El primer Assassin's Creed sembró una buena semilla, pero lo que creció con su secuela fue realmente incontenible, y aunque La Hermandad mejoró todas las mecánicas de juego y le dio aún más variedad y valor a la saga, fue esta segunda parte, en la que vimos nacer a Ezio, literalmente, la que nos conquistó y nos arrastró a una montaña rusa de alegrías y decepciones. Aunque la saga ahora esté en una onda completamente diferente, Assassin's Creed II es una experiencia que todo el mundo debería vivir.

 

 

-Red Dead Redemption

 

Puede haber mundos abiertos más o menos amplios, con más o menos posibilidades, con más o menos vida, pero recrear con fidelidad un mundo actual o de ciencia-ficción sigue siendo mucho más sencillo que llevarnos a otra época y sumergirnos de lleno en un conflicto que nos comienza siendo más ajeno. Cuesta entrar en Red Dead Redemption, cuesta tragar que estás llevando a pastar al ganado en vez de pegando tiros en duelos en el Salvaje Oeste, cuesta ver que John Marston no deja de ser un pobre recadero al que llevar de A a B, pero todo, absolutamente todo merece la pena cuando el final del tercer acto nos pega un puñetazo en toda la moral que no olvidamos nunca con una de esas escenas que se quedan grabadas a fuego, y cuando todo a partir de ahí te lleva a sensaciones a las que nunca antes de había llevado un videojuego. Bravo Rockstar, y gracias por los cielos estrellados irrepetibles de Red Dead Redemption.

 

 

-Heavy Rain

 

Si hay una historia que me gustaría compartir es esta. Y no por la trama en concreto, que no deja de ser un thriller policíaco con tintes de ciencia-ficción y giros de guión locos como el que se puede encontrar cualquier domingo por la tarde en la televisión, sino por la inmersión que genera una historia diferente para cada uno. Da igual que los protagonistas se manejen como coches acelerando con el gatillo, pero Heavy Rain es probablemente uno de los pocos juegos de la generación que consiguió lo que se proponía al decir que cada partida será diferente dependiendo de las decisiones y los actos de cada jugador. Un error puede llevar a que tu historia tenga uno o tres personajes menos que la mía, y realmente deja de manos del jugador decisiones como desnudarte ante un mafioso, o cortarte un dedo para salvar la vida de tu hijo, y esa capacidad de involucrar al jugador en una historia y hacer de él más que un simple testigo es lo que ha hecho de Heavy Rain algo realmente único.

 

 

-Project Gotham Racing 3

 

Que conste que la conducción no es lo mío. Ni sé conducir ni me interesa, pero sí me gusta viajar, y Project Gotham Racing 3 abrió mis ojos de tal forma la primera vez que lo vi en una Xbox 360 en alta definición que será algo que nunca olvidaré, al recorrer a toda velocidad calles emblemáticas de Londres, Tokyo o Nueva York, y con un gameplay sencillo pero exigente (nada de esos simuladores en los que parece que el coche no gira) capaz de conseguir que cualquier inepto al volante pudiese llegar a ser un conductor con estilo mientras aumenta el medidor de Kudos con su 'TRRRRRRRRR' característico. PGR4 mejoró la fórmula con más ciudades y más efectos, y añadió las mejores motos que se pueden conducir en un videojuego, pero el impacto de PGR3 y todas esas horas invertidas en el Modo Foto no se pueden olvidar. Además, me introdujo en este otro loco mundo...

 

 

-Geometry Wars Retro Evolved

 

¿Quién necesita historias cuando dos pulgares y un millón de fuegos artificiales entre luces de neón pueden hacer que te olvides de todo lo demás? Los shoot'em up de stick dual han proliferado durante esta generación en muchas formas y colores, pero nunca con tanta simpleza y calidad como Geometry Wars, sólo superado por una secuela mucho más vistosa. No hay una caja de impacto oculta, no hay puntos de control, no hay secretos ni nada que no dependa nada más que de tu pura habilidad, tu capacidad de concentración entre las explosiones de color y la coordinación de tus dos ojos con tus dos pulgares. Un arcade perfecto en su diseño, sin cargas entre partidas, A, A, y ya estás volviendo a la locura que aumenta progresivamente conforme a los ritmos electrónicos te abstraen de todo lo demás. Coged a un amigo y retáos a superar récords, y os aseguro que veréis los juegos con historia y los altos presupuestos desde otra perspectiva.

 

 

-Mass Effect 2

 

¡Ay, el Star Wars del Siglo XXI...! Menudo hype entrega tras entrega hemos vivido con Mass Effect, devorando libros, cómics, documentales especiales y todo lo que podíamos para saciar las ganas de más del gigantesco universo que había creado BioWare. Aunque el primero lo introdujo todo y tiene el triple de mérito poer habernos hecho llegar hasta el final de la trilogía, el segundo ha sido mucho más que una Matrix Reloaded o un Imperio Contraataca. Ya no nos habla tanto de distinguir civilizaciones por aspectos y características sino por culturas y personalidades, por historias colectivas e individuales que acaban consiguiendo su propósito de cara a la épica misión suicida que es, ni más ni menos, que te encariñes con todos tus aliados para formar toda una banda de hermanos. Perdimos el Mako, pero ganamos amigos a los que llevaremos siempre con nosotros.

 

 

-The Legend of Zelda: Skyward Sword

 

Ojalá toda la pantomima de los controles por movimiento hubiesen comenzado justo por donde terminaron. Tras todo el concepto de Wii, nunca esperamos nada que estuviese por debajo de Skyward Sword, y tuvieron que pasar seis años hasta que se alcanzase la maestría en el control por movimiento para sentirnos más integrados que nunca en una aventura difícil de igualar, ya no a nivel de diseño sino a nivel sentimental. Sentimental para quien lleva más de 25 años de saga, puede ser, pero hay que decir que no me gustaría recomendar ninguno de estos títulos sin pasar antes por algunos imprescindibles como un muy evidente Ocarina of Time. Inteligente, inmersivo, emotivo, épico,... Y el único motivo por el que ha merecido la pena que exista el Wiimote.

 

 

-The Last of Us

 

Lo de The Last of Us ha sido de órdago. Hablando del título como algo independiente de toda expectativa buena o mala de algo procediente de los creadores de Uncharted y más allá de la sorpresa, The Last of Us representa todo lo que debería ser un videojuego de esos que se consideran AAA sólo por cuestión de presupuesto. Narrativa sin despreciar jugabilidad, mecánicas de juego renovadas sin dejar de ser comprensibles para todo tipo de jugador,... No deja de ser un juego de sigilo y zombis, pero hay que saber reconocer cuándo algo marca un antes y un después, y el caso de The Last of Us es tan evidente que asusta. Es elocuente, es retante y no se anda con medias tintas, ni a la hora de tratar al jugador como lo que es ni a la hora de desarrollar su historia llena de grises y dobles morales que te dará para comentarla durante meses.

 

 

-Bayonetta

 

¿Habría sido Bayonetta diferente de haber sido protagonizado por un random cachas o por una mujer afligida con una historia que hubiese revolucionado la visión del personaje femenino en un videojuego? Seguramente no. Vale que el diseño es importante y el atractivo de una bruja cachonda que se viste con su propio cabello, que a su vez es su arma de brujería junto con las pistolas de sus tacones es innegable. Pero Bayonetta lo tiene todo para ser un videojuego divertido a todos los niveles en los que alguien que se pone ante una consola puede encontrarse, tanto como puro espectáculo lobotomizante en una primera partida en modo automático como hasta el nivel más absurdamente pro que convierte una historia de 8 horas en un juego de más de 200 en infinitas rejugadas en pos de la maestría. Bayonetta es, y sigue siendo, el hack'n'slash perfecto.

 

 

-Super Mario Galaxy / Super Mario Galaxy 2

 

Resulta imposible decidirse por uno solo. No hay uno mejor que otro ya que los dos son el máximo exponente en los dos tipos de plataformas 3D que se pueden disfrutar a tal nivel. Super Mario Galaxy es la perfección de los plataformas por mundos, tiene el diseño de niveles, el tempo y la agilidad necesaria para que no haya ni un sólo punto flaco. Además, el hecho de volver varias veces a determinados mundos consigue darles un carácter especial, fortalecer la ESPECTACULAR banda sonora y hacer de todo algo mucho más memorable, por no hablar de ser el juego que por un momento puso a Wii, sin alta definición ni nada, al nivel gráfico de una Xbox 360. No llegó al punto de la revolución de Super Mario 64, pero revolucionó el género en su justa medida a base de diseño de niveles puro y duro, y le dio un valor extra en el momento necesario. Y por supuesto, siempre es de agradecer que hayan querido introducir algo de historia incluso un poco lacrimógena alrededor del personaje de Estela y los destellos.

 

Por otro lado, Super Mario Galaxy 2 representa otro tipo de perfección de otro tipo de plataformas, el de los juegos segmentados por niveles independientes, sin temática común aunque estén divididos por mundos. Este tipo de desfile de niveles uno detrás de otro suele causar que nos olvidemos de uno al llegar al siguiente y no adquieran el carisma (si es que un nivel tiene carisma) de los mundos del primer Galaxy, pero a cambio nos ofrecía un diseño de niveles mucho más extremo, con más capas para quien busca sólo superarlo o para quien busca el reto de conseguirlo todo. Y a día de hoy, aunque todo me lleva a decantarme por el esquema de mundos y no el de niveles sueltos, me es imposible decidir cuál es mejor, porque ambos son sencillamente imprescindibles y simbolizan, para mí, el mejor juego de la generación.

 

Más en:

Los Mejores Juegos de la Generación, según Dayo

Los Mejores Juegos de la Generación, según Alejandro Pascual

Los Mejores Juegos de la Generación, según Adrián Suárez Mouriño

Los Mejores Juegos de la Generación, según María Emegé

Los Mejores Juegos de la Generación, según Gracia Gutiérrez

Los Mejores Juegos de la Generación, según Álvaro Ondina

Los Mejores Juegos de la Generación, según Diego Emegé

Los Mejores Juegos de la Generación, según Toni Piedrabuena

<< Anterior Siguiente >>