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Mis ojos están aquí arriba ps3

¿Es Killer is Dead un juego pervertido? - ¿O juega Suda 51 con nosotros?
Sábado 12 de Septiembre de 2015 por Dayo

Santiago Segura dio hace ya varios meses una definición de humor que he decidido adoptar como mi Constitución de la comedia negra: si haces un chiste a 100 personas, se ríen 99 y una se siente ofendida, que se joda. Si haces un chiste y 99 personas se ofenden, el que se jode eres tú. Yahtzee, crítico al que llevo siguiendo ya unos años, basa su humor en caminar sobre la cuerda floja insultándonos a todos igual que lo hace su maestro, Charlie Brooker, pero con su análisis de Brothers: A Tale of Two Sons y Papers, Please parece que tropezó ¿La frase criminal?: “Brothers puede definirse como una aventura de un jugador cooperativo. Sé que es como decir ‘no soy gay, sólo se la chupo a transexuales pre-operados’, pero es así”. Parece que la comunidad de transexuales se enfadó mucho porque alguien al fin se diese cuenta de que existen para hacer un chiste sobre ellos, y oh miseria, ay de mí.

 

No sorprenderé a nadie cuando diga que soy gamer, otaku, lector de cómics e internauta obsesivo. Pertenezco a demasiadas categorías que son objeto directo o indirecto de chistes mucho más crueles. Y aquí estoy, riendo como el que más.

 

Hay una extraña tendencia últimamente de censurar para hacer un mundo políticamente correcto donde todo sea felicidad y alegría, los vagabundos dementes sean parados con grandes sueños y los carteristas sean empresarios incomprendidos. Pero quiero enfocar este debate en el cerco de los vidya, así que llegaré a mi punto central: las misiones de gigoló en Killer is Dead. Para el que no esté informado, son un brillante documental en primera persona sobre la vida del varón común en un mundo donde los escotes son muy grandes y las faldas muy pequeñas.

 

Básicamente van de mirar a las tetas de las mujeres sin que se den cuenta.

 

¿Minijuegos?

 

¿Sexista? Sí ¿Infantil? Sí ¿Innecesario? Sí ¿Simple? Sí ¿Me hicieron gracia? ¡Demonios, sí! Soy plenamente consciente de que esto me hace rayano en lo hipócrita porque hace ya un tiempo hice un vídeo en el que me pasaba casi nueve minutos hablando sobre el diseño y planteamiento sexista de muchos videojuegos. No voy a retirar lo dicho: creo que hay muchos personajes femeninos que fueron diseñados con una portada de Playboy en mente, pero el contexto es algo mágico. Lo que en unas circunstancias es un insulto en otras es una señal de amistad, y del mismo modo que Yahtzee sólo pretendía hacernos reír cuando dijo esa frase, también lo quería Suda 51. Los momentos en los que Mondo contempla los deliciosos pechos de uno de sus ligues de una noche están enmarcados desde la comedia más absurda. Las imágenes más eróticas hacen que suene un gemido femenino con reverb acompañado por un estallido de corazones, Mondo entrega los regalos de la forma más románticamente exagerada posible, y cuando logras acostarte con la primera mujer la cámara se fija en la diestra de Mondo, que levanta un pulgar al jugador mientras suena un efusivo y ridículo “¡yeaaaah!”. Esto no va en serio. El propio planteamiento de las misiones de gigoló es absurdo: Suda está jugando con nosotros, riéndose de nuestra simpleza. “¿Queréis tetas? ¡Tened tetas!”

 

killer is dead glasses

Unas gafas vendidas como DLC te permiten ver más allá de donde permite la ropa.

 

Es cierto que la mayoría de los personajes femeninos de Killer is Dead son 90-60-90 con un escote que ríase usted de los descapotables, y es cierto que en el DLC se dan unas gafas para ver la ropa interior de los ligues de Mondo. El juego tiene tonos sexistas, pero la gente ha decidido ir a por el punto más subversivo. E incluso fuera de ese contexto la obra de Suda se está riendo de los clichés ¿La enfermera sexy? ¿La colegiala ayudante? Una escena de este juego es interrumpida por una carta de ajuste donde aparece un unicornio turquesa al ritmo de una canción que tararea “shalalalalá”, y los hombres discuten sobre cómo los trenes son la pasión varonil por antonomasia. No podemos tomarnos en serio las misiones de gigoló. Si queréis un caso de sexualización flagrante, podéis hablar sobre cómo los pechos de Lightning, la protagonista de Final Fantaxy XIII, van a tener físicas propias en su próximo juego, y podéis hablar sobre cómo los propios desarrolladores dan pistas sobre qué animaciones hacen que se muevan más sus pechos. Pero Killer is Dead, sin negar el hecho de que muestra mujeres de proporciones generosas, sólo quiere divertirse a nuestra costa.

 

Está bien luchar y llamar la atención sobre aquello que está mal, pero llega un punto donde la lucha se convierte en queja, y los casos de Yahtzee y Suda han cruzado esa línea. El problema de los videojuegos y el sexo no es sólo que exista, sino que la gente se vuelve demasiado sensible y no podemos hacer nada sin que nos señalen por misóginos. El humor, el reírse de todo y de todos sin dejar títere con cabeza, es un mecanismo de supervivencia. Necesitamos reír de las guerras, los abusos, los crímenes y de todos los males que ocurren en este mundo. Si no, el peso de todo lo malo que crece y se expande a cada día que pasa es tal que nos asfixia. Me opondré al sexismo mientras dure, y si alguien siente que su género no le pertenece, es libre de cambiarlo. Pero si no nos reímos, lo único que nos queda es llorar. 


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