Sin ser precisamente Ocarina of Time o Street Fighter 2, Transformers: La Guerra por Cybertron fue un buen juego. Un juego casi notable, si me apuras. Y de lejos la mejor aventura de estos robots gigantes que ha pasado por nuestras consolas. Ahora el estudio High Moon ha vuelto a la carga con un videojuego basado en la última película de Michael Bay que, por desgracia, no está a la altura.
El Lado Oscuro de la Luna sigue las bases de la anterior entrega a pies juntillas, sí, pero se queda tan lejos de aquél que hasta casi llega a crear un efecto negativo y contrario: recordarnos sus mayores carencias (que también las tenía).
A ver, que nadie me malinterprete. En este título High Moon sigue haciendo un trabajo relativamente digno; o, mejor dicho, demostrando que son un equipo con talento y capaz de sacar lo mejor de estos personajes. Pero lo que no pueden hacer son milagros.
Desarrollar un título que realmente merezca la pena, basado en una película, y con menos de un año para llevarlo a cabo es poco menos que imposible. Y, claro, eso se nota por todas partes.
Para empezar, si La Guerra por Cybertron pecaba de ser algo -bastante- repetitivo, aquí ya se lleva el extremo.
Los niveles son, pese a las distintas características de cada robot y sus poderes, demasiado parecidos entre sí, lineales y muy, muy poco estimulantes. A estas alturas un título de acción en tercera persona con tan pocos alicientes deja muy frío, para qué negarlo. Incluso partiendo de la base de que nos gusta Transformers, nos conocemos a todos los robots (hasta a los secundarios, que conste) y disfrutamos como niños convirtiéndonos en vehículo, la cosa termina por cansar. La historia, que narra los acontecimientos supuestamente ocurridos entre la segunda y la tercera película, está cogida con hilos, y los objetivos de las misiones igual.
Sinceramente, por mucho que nos atraiga la acción, no es divertido disparar y disparar a robots prácticamente idénticos entre sí en escenarios que, pese a ser más variados que en el anterior y oscuro Cybertron, apenas permiten interacción o exploración alguna. Ni siquiera los momentos de conducción consiguen que la sensación de hacer una y otra vez lo mismo porque sí desaparezca. Para colmo,
la campaña individual del juego no supera las cinco o seis horas (otro ejemplo más de que las prisas no son buenas). Quizá lo único realmente aceptable -en términos de calidad, inspiración y duración- sea el multijugador, pese a que éste no justifica por sí mismo los setenta euros que cuesta el lanzamiento. En total se incluyen tres modos bastante conocidos, Deathmatch, Team Deathmatch y Conquest. Permiten batallas de hasta diez usuarios, cuatro clases distintas de robots y un buen sistema de experiencia progresivo que ofrece el desbloqueo de nuevas habilidades a medida que juegas.
¿Qué más podemos decir de este título? Muy poco, la verdad.
El Lado Oscuro de la Luna no deja de ser lo que es: un esfuerzo rápido de intentar aprovechar el tirón comercial que supone el estreno de una nueva película. Y no es casualidad que este fenómeno (por llamarlo de alguna manera, aunque el término le quede un poco grande) siempre suela venir acompañado de productos un tanto mediocres. Insistimos: seguro que con algo más de tiempo y apoyo High Moon Studios podrían haber hecho un lanzamiento mucho más interesante, variado y emocionante. Tan seguro como que La Guerra por Cybertron lo era. Pero a estas alturas ya no vale cualquier cosa, lo sentimos.
NOTA FINAL: 5
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