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Analisis TOHU ,PS4

Belleza, arte, imaginación. Y puzles.
Lunes 08 de Febrero de 2021 por Brenda Giacconi

Pese a su relegado papel en la actualidad, me atrevo a afirmar que muchos jugadores tenemos un cariño especial por ciertas aventuras gráficas. Títulos vanagloriados durante su edad de oro que, gracias a una conjunción de imaginativa cómica y enigmas rebuscados, han pasado a la historia tanto en la memoria de la comunidad como en la historia del sector. La popularización de obras de distinta índole, que proyectan mayor interacción entre usuario y medio, así como otras mecánicas más activas, ha dado como resultado un cambio de mirada en los point and click más tradicionales. No obstante, todavía tenemos obras fieles a la fórmula más original tales como Gibbous: A Cthulhu Adventure o la agradable sorpresa que me ha traído hoy aquí: TOHU.

 

Fireart Games nos devuelve ligeramente al pasado con una pequeña peripecia protagonizada por la Chica, una joven manitas, y su alter-ego Cubus, un robot enorme. Ambos viven pacíficamente en un extraño universo conformado por planetas-pez, hasta que aparece un forastero dispuesto a romper el motor principal de dicho mundo. La Chica tendrá que ingeniárselas para detener los malvados planes de tal malhechor mediante la esencia clásica de los point and click: atravesando puzles y obstáculos varios. Sin embargo, y aunque esta explicación parecería de lo más corriente, cabe destacar la originalidad imbuida en el conjunto de enigmas del juego, algo que suma puntos a su ejecución y la hace mucho más disfrutable.

 

 

Ambientación digna de servir como ejemplo

 

Tal y como comentaba el otro día, las aventuras gráficas se centran generalmente en las ocurrencias entre las conversaciones y la historia del juego. Por esto, la ambientación que rodea estos relatos suele ser algo insulsa, pues acaba conformándose como lo menos relevante del título. En este caso, Fireart Games centra su atención en todos los elementos que componen su videojuego, dotándolos de trabajo y cariño fácilmente observables, con el objetivo de facilitar la inmersión del jugador en la obra. Y es una técnica que, evidentemente, funciona.

 

Para empezar, los escenarios en los que la Chica y Cubus deben avanzar están llenos de detalles relacionados con el universo en el que se contextualizan: cachivaches de todo tipo que se dibujan como si de insectos y animales se trataran. Y estos mismos seres pueden formar parte del fondo o pueden ser interactivos, respondiendo cómicamente al clic del ratón. Este esfuerzo añadido en el fondo hace que el mundo se llene de vida, tenga dinamismo constante y, en definitiva, que el jugador se sumerja en tal popurrí de elementos. Dicho arte se ameniza con una banda sonora notable, obra de Christopher Larkin, que acompaña al jugador en cada cambio de escena. La música, sin embargo, a veces queda olvidada y ligeramente distorsionada con algunos de los aspectos sonoros del juego, lo que en ocasiones puede estropear un poco la ambientación en la que tanto se ha trabajado.

 

No puedo cerrar este apartado sin mencionar la animación de los personajes, que, si bien no entra técnicamente en ambientación del juego, es lo suficientemente curiosa como para que el jugador se quede un poco ensimismado. Y es que la Chica y Cubus tienen una serie de movimientos tan variada que da la sensación de que no se repiten jamás. Incluso para realizar la misma acción llevan a cabo diferentes animaciones, pues he comprobado que para bajar unas palancas o pulsar unos botones hacen diferentes variaciones de sus movimientos, o responden de maneras cómicas ante cada cambio de escenario. No es algo que aporte profundidad a sus personalidades, y mucho menos al argumento general, pero queda bien, es entretenido de ver y demuestra el interés de los desarrolladores por ir un poco más allá.

 

 

Originalidad en puzles

 

Como es de esperar, esta aventura gráfica sigue la línea clásica de todos los point and click sobre coger objetos y utilizarlos en los momentos y lugares adecuados. En otras palabras, la fórmula conocida de este género. Sin embargo, para llegar a estos objetos, en ocasiones hay que interactuar con el escenario anteriormente mencionado, por lo que dicho elemento no se impone como un terreno plano en el que pensar la próxima acción, sino que nos obligará a subir y bajar cuestas, atravesar túneles para cambiar de piso, invertir a nuestro personaje y hasta caminar por escenarios físicamente imposibles al estilo de las litografías de Escher.

 

Por otro lado, contiene unos puzles bastante originales de los que no abusa. Uno de ellos, sobre conexiones, recuerda al sistema de pirateo en Bioshock y asumí que se repetiría hasta la saciedad como en el título de 2K Games. Pero, para mi sorpresa, fue un enigma único en la aventura que sentó de maravilla y se presentó en la cantidad justa. No obstante, dentro de todo este sistema de puzles y detalles que clicar, hay que admitir que es complicado avanzar cuando literalmente no sabemos qué hay que tocar. Esto hace que utilicemos el ratón por toda la pantalla, siguiendo la estrategia de prueba y error, con la esperanza de dar en la tecla correcta. Quizás sea una dinámica que, como en mi caso, se tome con paciencia y vaya gustando a medida que se encuentren otras animaciones inútiles para el avance, pero entretenidas. Pero, para aquellos que no tengan tanta relación con las aventuras gráficas, puede ser un motivo para abandonar.

 

En resumen, TOHU se presenta como una obra cómicamente infantil, que hará pensar a más de uno y cuya ambientación ayuda a una inmersión total. La importancia con la que se imbuye a sus elementos es digna de admirar, sobre todo para marcar una nueva manera de escribir esta clase de historias. Un trabajo excelente que produce una combinación perfectamente disfrutable para todo amante de las aventuras gráficas y para todo aquel mínimamente interesado en esta tipología de videojuegos, siempre y cuando se juegue con paciencia y curiosidad de niño. No es un argumento memorable, pero sus detalles permanecerán, al menos, en mi memoria de adulta infantilizada.

7

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