Analisis Super Smash Bros. Brawl WII

Las ?dream-battles? siempre han encandilado a los aficionados de sectores freaks durante toda la historia. Esta tradición nació en los cómics con los enfrentamientos entre Batman y Super-Man, las múltiples batallas entre personajes manga, incluso adaptaciones cinematográficas (Alien Vs. Predator, incluso Van Helsing en cierto aspecto). Como no el sector del videojuego también vivió curiosas meeles entre personajes de diversas franquicias, como Jump Superstar, Ehrgeiz o Marvel Vs. Capcom.

No obstante, el cross-over por excelencia desde 1999 ha sido Super Smash Brothers, título que en Nintendo 64 reunía las estrellas más populares de Nintendo durante más de 30 años de historia, con apariciones previsibles como Donkey Kong, Super Mario o Link y algunas menos esperadas como Ness de Earthbound.

Lo que ni Hal Laboratory ni el propio Sakurai (director de la franquicia y máximo responsable de Brawl) pudieron imaginarse es que su juego, más allá de resultar una interesante colección de personajes carismáticos (como hasta el momento sucedía con todos los dream-match games) era que la estructura jugable encandilaría y crearía una legión de fans tan sólida y férrea como la que la franquicia tiene.

Aunque puede que el verdadero éxito de la saga venga precedido por ?Melee?, la secuela publicada en Game Cube, que significó para muchos el mejor juego del catálogo. Considerándose prácticamente un sleeper, el título de Hal era más denso, más largo y más redondo que su predecesor, hasta límites insospechados y creando una legión de fans desatada, compartiendo movimientos por Internet, técnicas secretas o incluso re-descubriendo la jugabilidad del juego a base de glitchs.

Pero Brawl nos llega con unas expectativas muy diferentes que con sus predecesores. Desde que se anunció en el E3 del año 2005 (aunque hasta la feria del próximo año no se mostró un teaser trailer), cada día se nos abordó con nuevas imágenes, secretos, rumorología de todo tipo y se fue generando una bola de ?hype? que pocas veces en la historia logrará satisfacerse tan bien como con esta juego. Para los perdidos, Smash Bros vuelve en toda su magnitud.

El apartado técnico de Brawl es uno de los más trabajados, quizás de un modo más artesanal del que podáis imaginar, de todo el catálogo de Wii, tan sólo superado quizás por Super Mario Galaxy y Metroid Prime 3 Corruption.

Los modelados de los personajes son mucho más impecables que en Melee, más que por potencia técnica, por detalle y trabajo sobre las texturas (otorgándoles un aspecto más serio y mate, menos brillante y jovial) y lo bien que logran integrarse todos en los entornos (ya sean de franquicias dispares o directamente mezclando escenarios tridimensionales o bidimensionales).

Algunos de ellos, como Kirby o Pikachu apenas han recibido cambios (lógicamente, dada su naturaleza meramente icónica) mientras que otros que sus franquicias se han renovado en los últimos años (Samus, Link, Ganondorf etc.) sí que han sufrido un cambio estético radical, inspirados directamente en las últimas entregas de sus respectivas sagas (el equipo de Zelda al completo está basado en Twilight Princesa por poner un ejemplo, excepto Young Link, que heredó el estilo cartoon de Wind Waker y Phantom Hourglass).

Los escenarios y su variedad también son dignos de mención, Desde escenarios que jamás hubiésemos imaginado, como Shadow Mosses (Metal Gear Solid) o Green Zone (Sonic), algunos escenarios recuperados de Melee y otros realmente imaginativos, tanto por diseño como por las repercusiones jugables que suceden en el combate (por ejemplo, el escenario ambientado en el universo Wario Ware o la sala de Pictochat de NDS).

Fluido (60 fps inamovibles, muestre lo que muestre en pantalla), con un diseño pulcro y lleno de matices (sin lugar a dudas la entrega más trabajada) y con una gran personalidad, Brawl es uno de los juegos visualmente más competentes del catálogo, que cumple sus funciones y destaca por su sobresaliente puesta en escena.

Si el apartado gráfico estaba a la altura, el sonoro desborda cualquier expectativa puesta antes de su anuncio. Más de 230 canciones, de las cuales prácticamente ninguna resulta de relleno, conforman una de las bandas sonoras más espectaculares y pertinentes que hayan pasado por consola alguna en toda la historia.

Cada saga tiene varios temas, la mayoría remixes compuestos por diversos genios de la industria (de numerosísimas sagas, ya que han participado más de treinta genios) y que presumen con el espectacular tema principal compuesto por Sakaguchi (Final Fantasy etc.) una de las score con más completas y con solera de Wii.

Los efectos sonoros juegan también con el doble filo de la nostalgia, de la apología retro y una ejecución perfecta. Por lo que no os dejarán de sorprender saltos propios de Super Mario, con espectaculares efectos de nueva generación (el juego utiliza la tecnología de descompresión sonora Dolby Prologic II, la más compleja que Wii puede permitir).

En nuestro país, puede que por el importante retraso que ha recibido, se han doblado las voces de algunos personajes, como el narrador, el entrenador Pokémon o algunos coros. Polémicos, ya que se puede cuestionar su necesidad (o que Ike hablé en inglés, cuando en Path of Radiant recientemente dominaba el idioma de Cervantes) pero no cabe duda de que el esfuerzo por traernos una edición localizada ha de valorarse?pese a sus deslices evidentes.

Brawl es más Smash Bros que nunca, pese a quien le pese. Vuelve la revolucionaria mecánica que de-construyó el concepto de juego de lucha (anclado en unos parámetros unidireccionales y poco evolutivos) para introducir una mecánica diferente, con personalidad y de patrones inimitables.

No se trata de disminuir la barra de vida de nuestros rivales. Tendremos que golpearles (ya sea con movimientos, especiales u objetos) para aumentarles un contador de daño lo más que podamos. Cuanto más graves estén, podremos endosarles con más facilidad un ataque ?smash? (ataque de fuerza) que los disparará lejos del escenario, perdiendo una vida.

Estos son sólo los cimientos de un combate básico. Se podrán modificar todo tipo de normas, desde las más evidentes (tiempo, número de vidas etc.) a normas especiales (cambios en la gravedad, modificar el tamaño de los luchadores, pelear en equipos, 1vs1, 2,vs2, 3vs1?), todo un espectro de posibilidades para contentar a todos los jugadores posibles y hacer de Brawl un juego, literalmente, infinito.

Cada personaje tiene unas rutinas y una serie de ataques que lo hacen único. Algunos se diferencian más por su agilidad, otros por su fuerza alguna, otros por el arma que empleen (como las espadas de Marth, Ike o Link) y algunos no tienen descripción posible, como Olimar o Solid Snake.

En esta entrega se han añadido una gran cantidad de ítems pero el que más destaca es el final smash. Esta esfera que aparece sobre el escenario de forma aleatoria, si logramos impactarla nos proporcionará un ataque definitivo que podrá eliminar a nuestros enemigos de un solo golpe. Aunque su ejecución es espectacular, existen ciertos desequilibrios entre estos ataques dependiendo de cada personaje.

Pese a que Brawl permite todo tipo de controles (Wiimote, Nunchuck, mando clásico o NGC) el esquema de manejo de nuestro personaje es exactamente el mismo que el de entregas previas. Por lo tanto, el control con el mando original de NGC, ya sea este o el Wave Bird, es el más recomendable y cómodo.

La velocidad del combate ha disminuido sensiblemente, pero una partida de Brawl por dos o más jugadores expertos sigue siendo un espectáculo de velocidad, precisión y reflejos. Un título de lucho profundo, exigente, que obliga a conocer todos los ataques de los personajes y la repercusión del escenario sobre ellos para obtener el éxito en una pantalla.

Smash Bros es, sencillamente, el multi-jugador definitivo en Wii. Si Mario Kart fue una salida tímida de la saga, la tercera entrega de Brawl es un juego todo-poderoso, eterno, indiscutiblemente el rey.

Pero Brawl no sólo ofrece diversión multi-jugador (aunque prácticamente todos los modos principales se pueden jugar en co-operativo). La gran estrella de esta edición es el modo Emisario, una compleja aventura, de más de 10 horas de duración, con una historia coherente y muy divertida que aúna a prácticamente todos los personajes de la saga en un beat-em up de corte clásico 2D por escenarios completamente originales.

Ese es sólo un 10% de lo que puede ofrecer el juego. Vuelven los eventos de Meele (peleas con situaciones especiales, inspiradas directamente en algunas sagas), esta vez incluidos una serie de ellos en modo 1 jugador, vuelven los trofeos, modo entrenamiento, golpea el saco y toda la parafernalia subyacente que convirtió a Melee en un clásico por su duración.

Desbloquear a todos los personajes, escenarios y capítulos del emisario y el modo eventos, puede llevarnos más de 30 horas. Ahora, conseguir todos los trofeos, pegatinas (nuevos ítems que podremos equipar a cada luchador en el modo Emisario), descubrir todos los extras y posibilidades superarán las 100 horas si estamos familiarizados con la mecánica y la saga (si a su vez son vds. torpes, sumen y sumen horas?)

Y como colofón, el rey de los modos multi-jugador de la actual generación llega para quedarse. El modo Online tiene potencial para convertirse en el más jugado de Wii, gracias a su gran cantidad de opciones (podremos incluso apostar monedas en combates anónimos), de torneos que se generarán en torno a él y la propia naturaleza del juego, que pedía a gritos un modo a la altura. Lamentablmenete, el lag imposibilita el ritmo de partida fluido y vertiginoso de un combate clásico, por lo que los más experimentados pueden en encontrar en este disminución de la velocidad una barrera infranqueable que supondrá un jarro de agua fría a sus expectativas.

Brawl de momento, es lo mejor que ha pasado este año por Wii. Un título longevo, hardcore, que premia a los jugadores más entregados y sin duda, seguirá siendo un indiscutible en las reuniones de amigos.

Pocas compañías otorgan tanta libertad a un director como Nintendo ha demostrado con Sakurai, que ha realizado un juego sin fisuras, un clásico instantáneo y que ha contentado de forma unánime a público y crítica. Wii recibe otro incunable y sin lugar a dudas, su particular juego del año.

A favor:

- Artísticamente, uno de los juegos más rico del año.
- Su duración extrema y cantidad de modos de juego.
- El reajuste de algunos personajes, la balanza se ha equilibrado respecto a Melee.
- El modo historia
- Ha superado prácticamente cualquier expectativa imaginable, pese a los dos años de continua promoción y auto-bombo. Muy pocos títulos pueden presumir de esto.

En contra:

- El modo Online no está a la altura por el impertinente lag. Una pena.

Nuestra redacción pretende ser lo más imparcial posible en la calificación final de los juegos, para facilitar la elección del lector, sin tener en cuenta los gustos personales de cada redactor por un aspecto u otro de los juegos. Por ello, toda la redacción ha acordado una ponderación en la nota final de cada uno de los apartados que evaluamos. En nuestras puntuaciones se expresa la ponderación entre paréntesis. Si el lector valora de distinta manera los juegos en cada apartado, puede calcular su propia calificación usando las ponderaciones que estime que se adaptan a sus exigencias.

GENERO: Lucha
DURACIÓN: Alta
MODOS DE DIFICULTAD: 5
MODO MULTIJUGADOR: Sí, hasta 4 jugadores.
MODO ONLINE: Sí, hasta 4 jugadores.
MODO HDTV: Sí, hasta 480p.
EXTRAS: Todos los imaginables: personajes, niveles, trofeos?

DESARROLLADORA: Game Arts
DISTRIBUIDORA: Nintendo
LANZAMIENTO: 27-06-08
CALIFICACIÓN EDAD: +12
Precio (?): 45,45?