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Analisis Suits: A Business RPG ,PC

Arbeit macht frei.
Sábado 16 de Enero de 2016 por Diego Emegé

Volvemos un sábado más con otra sorpresa independiente de principios de año. Como sigamos así vamos a tener que recalibrar nuestro criterio, porque así da gusto. Suits: A Business RPG es una expedición hacia las pantanosas tierras del capitalismo actual, azote de sociedades y responsable de abortos. No podríamos decir que es un viaje, porque eso sería presuponer que existe una salida de este mundo, y Suits no busca eso. La acción se ubica en una realidad distópica en blanco y negro, aunque es muy obvio que la alegoría que busca expresar el estudio de Technomancy se ha marinado en aceite de realidad con una reducción de cinismo y una cucharadita de sesgo keynesiano. En resumen, que aquí y en el juego las multinacionales ejercen una clase de dictadura, pero mientras que en la realidad es algo sutil, en el juego se lleva al límite.

 

Somos parte del sistema y somos parte de la maquinaria que le da potencia. No somos malos, pero tampoco especialmente buenos. Como individuos lo único que podemos hacer es seguir las instrucciones y órdenes de nuestros superiores, que suelen ser misiones de recadero que nos llevan a lo largo de este particular mundo dividido en distritos: de oficinas, legal, financiero, etc. Decimos largo y no ancho, porque la sensación general es de avance lineal, a pesar de poder explorar en profundidad los distritos. Al superar las misiones logramos el favor de nuestros superiores y, sobre todo, dinero pero, ¿qué pasa si queremos más?

 

 

El juego nos propone situaciones peliagudas en las que podemos elegir qué hacer. El oro y el moro están al alcance de nuestras manos, pero claro, seguir estos caminos no nos lleva a nada bueno. En este mundo de vacíos legales y amnistías fiscales, el pequeño trabajador es el que más paga, y de ello se hace eco Suits. La riqueza está allá donde vayamos, y parece que el protagonista tiene una buena estrella que le protege durante toda su carrera… o más bien su descenso hacia la corrupción. No es un punto de vista nada optimista sobre la naturaleza humana, y pintántolo como lo estamos pintando, podría parecer que es una experiencia triste y apagada.

 

Nada más lejos de la realidad. A pesar de toda la lingüística y la propaganda corporativa que se nos lanza constantemente y del apartado artístico bicromo, es un juego divertido, muy divertido. Puede costar entrar en la tónica humorística, especialmente por lo cansados que estamos de la crítica socioeconómica sin fundamento, pero una vez dentro, solo queremos más y más. Hay situaciones de carcajada a mandíbula batiente gracias a una comedia que toca muchos palos: la crítica, la parodia, el absurdo, los juegos de palabras o la sorpresa. Tampoco se queda corto en temas, porque donde hay sitio para economía y derecho, también hay sitio para la crítica de videojuegos, referencias culturales y el humor muy negro. Y menos mal, porque hay un apartado que aún no hemos visto y parece hacer malabares con dos mandarinas podridas… y aun así se le caen.

 

Es un RPG, y como tal tenemos todas las mecánicas clásicas. Cuando digo clásicas, me refiero a que hace un calco de los sistemas de combate y gestión del personaje de Final Fantasy y sus súbditos. Los combates, que suelen surgir por sorpresa salvo en el caso de los jefes, son por turnos, y en ellos podemos atacar y utilizar magias y objetos. A lo largo del juego vamos encontrando aliados que complementan el conjunto de habilidades y también tenemos la obligación de aprovechar bien los objetos, tanto los de un solo uso como los que llevan y dan más fuerza a los personajes. Todo sigue la temática corporativa. Así, las armas que podemos utilizar son maletines o grapadoras; las armaduras, trajes; los objetos curativos, sándwiches; los enemigos, desde corbatas a jueces, pasando por papeleras y cacas corporativas (no es una metáfora). Por desgracia, la sensación que deja este apartado es muy plana, porque los combates son demasiado lineales y carecen de variedad.

 

Con todo, Suits: A Business RPG es todo un portento. Es obvio que el estudio detrás está formado por poca gente, y no sería muy descabellado que lo hubiera hecho una sola persona entre clase y clase en la universidad, porque todos los decorados están dibujados a lápiz. Como experiencia de juego es modesta, pero tampoco quiere ser mucho más: Suits se ha fabricado con RPGMaker, y a mucha honra. A pesar esta particular presentación y la existencia de algún que otro fallo, hay un excelente trabajo de guion que se atreve con todo y no se casa con nadie. El simple hecho de sorprender y hacer reír con esa exagerada alegoría del capitalismo, en un primer momento, y con toda la locura que logra desatar, más adelante, y el hecho de que no cobren más de un euro por ello se merece la compra.

7.5
/ 10

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