Analisis Smart as... ,PSVITA

Ya no nos sorprende ver a cualquier compañía sacar un título parejo de otro de la competencia. Si hace poco hablábamos de PlayStation Battle Royale como primo hermano de Smash Bros., hoy tenemos frente a nosotros Smart as... uno de esos entrenadores mentales que nos proponen un reto para vencer nuestro nivel intelectual. Acostumbrados, como estamos, a ver títulos homólogos que nos bombardean sin demasiado interés en destacar unos sobre otros por méritos propios, puede que el tiempo y el estudio de los lanzamientos de sus similares nos muestren en Smart as un paso que lo desmarque  y le de la oportunidad necesaria para ganarse su sitio.

 

Es cierto que no son los pioneros en esto del ejercicio cerebral y que sus pruebas, inicialmente, parezcan similares a las ya vistas en la competencia, pero de algún modo Smart as sabe ganarnos como solo Sony lo consigue. Primeramente nos conquista por aspecto visual, pulcro y con matices llamativos que saben hacia donde dirigir la atención. El fondo blanco, casi ibicenco, nos relaja para permitirnos centrarnos en las ráfagas de color. Números, formas. Lo importante, el ejercicio que nuestro cerebro debe realizar se ve motivado por el entorno. Es cierto que nos recomienda un ambiente tranquilo, como cuando uno estudiaba, pero el título sabe llamar nuestra atención y centrarnos en lo que quiere.

 

 

Los ejercicios típicos, llenos de operaciones matemáticas, relación de figuras y asociación nos llevan un paso más lejos con objetos complejos y detallados que, solo por lo llamativo, hacen de los deberes rutinarios algo ameno y atractivo. Y a la vez nos premia ya que, cada día y tras la prueba, nos premia desbloqueando algún juego nuevo dentro de las cuatro modalidades, observación, lenguaje, lógica o aritmética. No sé si la práctica conseguirá que alguno de nosotros incremente su inteligencia o no, pero sí descubrimos qué hace que Smart as... llegue un poco más lejos de lo que otros lo han hecho. Dos claves lo hacen sacar la cabeza por encima del nivel del género. El primero es ese afán por desbloquear juegos nuevos que, a la par que divertidos, divierten como un cubo de Rubik las primeras veces que uno lo encuentra en sus manos. La otra es esa faceta online que tan de moda está. No nos adentra en una competición directa en la que, teniendo al contrincante al lado, nos enfrentamos al tiempo por ver una mejor marca o un resultado más exacto, sino que nos deja realizar las pruebas lo mejor que seamos capaces en ese momento y nos va mostrando una serie de resultados. Cuando acabamos, ¡PUM!, nos muestra el resultado total que podemos comparar con el resto del mundo. Nos compara en porcentaje con el resto de jugadores, podemos ver dónde se encuentra el mejor y eso nos pica. Es una estrategia que funciona. "Yo soy el mejor", en este caso "el más inteligente".

 

Aun así, es difícil notar que uno se vuelve más inteligente, eso no lo pueden atestiguar ni los científicos que han hecho experimentos con estas pruebas de lógica, más allá de observar un porcentaje que sube en función de los resultados que consigamos, pero tiene la capacidad de incitarnos a llegar al 100% y compararnos a nivel mundial. Pero Smart as... no es solo competición. Ese sistema de desbloqueo de juegos por categoría, a su vez divididos en niveles, nos incita a descubrir el siguiente ejercicio que ponga a prueba nuestra atención o nuestras capacidades cognitivas.

 

 

Es sorprendente el fuerte impacto social que pretende Sony con este juego. Al poco de comenzar, nos incita a publicar en las redes sociales, a buscar cerca de nosotros, mediante el sistema de ubicación Near, o navegando para ver en que número del mundo nos encontramos.

 

No cabe duda de que Smart as… no muestra una experiencia novedosa, ni Sony ha pretendido inventar la rueda. Pero trata de mostrarnos un ámbito de juego familiar, que ya demostró su valía, atacando por dos flancos: la superación personal, mediante el entretenimiento y la competitividad que nos caracteriza hoy en día. Todas sus virtudes, en cuanto a facilidad de manejo y atracción visual, hacen que veamos este entrenador mental como una criatura evolucionada que aprendió de sus predecesores.

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