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Analisis Robinson: The Journey ,PS4

Caminar entre dinosaurios es apasionante.
Lunes 07 de Noviembre de 2016 por Adrián Suárez Mouriño

Robinson The Journey es el videojuego más ambicioso que tenemos a día de hoy para Playstation VR. Crytek nos ofrece una aventura exploratoria por un mundo infestado de dinosaurios. Somos Robin, un superviviente de un accidente galáctico que ha de descubrir cuáles son los motivos por los que se ha producido, así como explorar la flora y la fauna que le rodea. Contamos con Higgs, nuestra IA Flotante que tiene mucho del Espectro de Destiny, y también con nuestra fiel Laika, un adorable dinosaurio que grita cuando se lo pedimos y camina casi siempre a nuestro lado.

 

El grueso de Robinson The Journey se centra en caminar, encontrar distintos elementos e investigarlos. A través de nuestra labor acabaremos conociendo qué ha sucedido realmente, por qué estamos aquí, más de la tecnología que nos ha arrastrado a Tyson III y de los animales que lo habitan; porque en el fondo, Robinson The Journey trata de contemplar y ver dinosaurio mientras seguimos con la aventura.

 

El entorno que ha construido Crytek merece ser experimentado por todos los poseedores de una Playstation VR

 

Lo cierto es que la gente de Crytek ha cumplido a nivel técnico. Sí es cierto que la resolución o ciertas texturas no están a la altura de las imágenes que hemos visto precedentes del título, pero Playstation VR hace lo que puede. Tenemos la aparición espontánea de elementos cuando nos acercamos a ellos y una visión general más sucia de lo que se nos presentó, pero eso no quita que lo principal, los dinosaurios y su realización, sorprenda.

 

Robinson The Journey nos hace caminar sobre ellos, bajo ellos y a su lado. Con nuestro analizador recorreremos su cuerpo para poder clasificarlos, a ellos y también a los sapos, insectos y demás criaturas que nos encontremos. Crytek ha hecho jugable lo contemplativo, y eso tiene mucho mérito. Al acercar nuestro scáner a un ser vivo aparecerán impresos en él una serie de puntitos verdes y otros rojos. Con la cámara, tendremos que mover nuestra visión para recogerlos todos sin tocar los encarnados. Si lo hacemos bien el ser pasará a formar parte de nuestra base de datos, si lo hacemos mal se reiniciará el proceso. Esta mecánica, que parece aburrida, se hace divertida al obligarnos a perseguir a las criaturas, buscando distintos enfoques para apreciar bien estos puntos y estando atentos a los que saben esconderse de nuestro analizador. Al final, uno se descubre a sí mismo siendo lo que el juego pretende: un investigador implacable que disfruta de encontrar nuevos dinosaurios y seres.

 

Lo mejor de Robinson The Journey es encontrar nuevos dinosaurios, analizarlos y clasificarlos

 

Lo más interesante es que esta manera de interactuar con el entorno y de jugar es fiel a lo que uno espera de este título: ver dinosaurios. Por desgracia, el resto de cosas que hacemos no son tan divertidas o no funcionan tan bien. Nuestro personaje se mueve despacio, quizás por miedo a que nos mareemos como nos pasó con Here They Lie. Podemos recoger elementos del suelo para colocar en otro sitio y hacer puentes, por ejemplo. En lugar de sujetarlos con los manos, buscando unas interacciones que comprobamos en Loading Human que pueden ser interesantes, usamos también nuestro analizador que se convierte en varita mágica con Wingardium Leviosa incorporado para ello. El problema es que lo que movemos por los aires acaba chocando contra todo y no lo podemos girar con la precisión que necesitaríamos. Si nos equivocamos al usarlo y lo tiramos por un puente aparece mágicamente en el lugar en el que lo encontramos, suspendiendo una credibilidad y una coherencia de la que el juego depende para fundamentar su experiencia.

 

El juego usa una IA flotante, tu Higgs, para comunicarse contigo y decirte cómo resolver estos puzzles, pero no siempre lo hace de la manera conveniente, lo que sumado a que la navegación por el mundo de juego es lenta y que la manipulación de los artefactos no es la mejor, logra que acabemos detestando estos acertijos. Existe también otra acción muy recurrente: escalar y trepar con ambas manos. Jugado con el mando no es una experiencia satisfactoria, y caer marea de lo lindo.

 

En lo jugable se presenta un problema recurrente en Playstation VR: Robinson The Journey es torpe

 

Pero lo cierto es que aunque en lo jugable sea pobre y la Playstation VR no muestre la mejor cara de este juego, hay que reconocerle sus méritos: es muy ambicioso en su presentación, en la construcción de su mundo y en la historia que nos cuenta en base a él. Es divertido analizar y encontrar nuevos seres, la exploración funciona y el juego viene con un buen doblaje que nos permite disfrutar de los misterios de Tyson III en nuestro idioma y, por supuesto, el concepto de caminar sobre dinosaurios funciona muy bien. Sin embargo, los puzzles fallan y la experiencia global de juego se hace demasiado breve para el precio de lanzamiento que lo acompaña.

 

Robinson The Journey pone de manifiesto lo mejor y lo peor de Playstation VR: caminar por entornos preciosos, sugerentes y repletos de dinosaurios es apasionante, pero jugar en ellos no lo es tanto. Pese a todo, es una experiencia interesante como viaje a ese parque jurásico al que siempre habéis querido ir.

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