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Analisis Rise & Shine ,PC

No tan brillante.
Sábado 14 de Enero de 2017 por Diego Emegé

Rise & Shine da una fantástica primera impresión. La colección de referencias a videojuegos de sobra conocidos resultan entretenidas, el estilo visual es encantador, y su peculiar visión del género engancha a la primera. La mezcla inicial de disparar, esquivar balas y resolver rompecabezas tiene mucho potencial, pero a medida que avanzamos, descubrimos que esa cualidad se va desperdiciando lamentablemente.

 

Controlamos a un chaval llamado Rise que se hace con un arma legendaria llamada Shine. El dúo tiene la misión de detener el avance de una fuerza de robots invasora en lo que parece un desarrollo interactivo lateral, pero el verdadero sistema de juego es más comprometido de lo que parece (aunque no tanto como se apunta en un principio). Tenemos dos tipos de munición, convencional y eléctrica; y varios tipos de disparos, normales, por radiocontrol y explosivos; por lo que hace falta más que aporrear el botón de disparo para superar los encuentros. Por regla general, las oleadas de enemigos nos llevan a acabar con ciertos enemigos primero con una combinación específica de munición y tipo de disparo mientras esquivamos las balas del resto de enemigos.

 

 

Suena bien, pero la ejecución nos deja más frustrados que satisfechos. A pesar de su intención táctica, los tiroteos acaban cayendo en una tierra de nadie entre el caos y el orden. Se nota que los desarrolladores han intentado aplicarles la esencia del rompecabezas, pero como son tan agitados, no podemos ser tan precisos a la hora de «resolverlos», y las opciones son al final demasiado limitadas como para que nos dediquemos a experimentar. Los enfrentamientos comunes se reducen a un aluvión de robots que nos disparan bolas de energía mientras nosotros les devolvemos el favor sin perder de vista ciertas clases de enemigos. Si hemos hecho los deberes y tenemos suerte, deberíamos tener espacio para encestar una granada sobre la cabeza de cierto enemigo con escudo. Si no, esa granada tocará a otro robotín que impedirá que salgamos con vida del encuentro.

 

Para empeorar las cosas, el nivel de dificultad es demasiado alto, y por las razones incorrectas. Para empezar, cuesta mucho discernir dónde van a acabar nuestros disparos. El juego está pensado para que se controle con mando, y al apuntar con el stick derecho, a pesar de que tenemos un puntero láser que indica dónde estamos apuntando, es muy complicado verlo en el fragor del combate. Esto hace casi imposible que nuestra precisión sea consistente. Curiosamente, al usar el ratón este problema se reduce, porque siempre se nos muestra una retícula, por lo que nos sorprende que no hayan sabido resolver el problema para la mayoría de los jugadores que entrarán en este mundo de dibujo animado.

 

 

Aparte de los controles, nos hemos quedado con la sensación de que nos faltaban opciones para afrontar cada situación propuesta. Rise puede esprintar —que no esquivar—, saltar y cubrirse en puntos marcados, pero para la variedad de disparos de que disponemos, poco se aprovecha. A medida que los enemigos se vuelven más complicados y crecen en número, nuestra estrategia para acabar con ellos no cambia, por lo que el desarrollo del juego se vuelve mesetario muy pronto. Los jefes finales, en nuestra opinión, deberían estar como examen de fin de curso. Justamente, salvo por varios disparos dirigidos por radiocontrol, el jefe final de Rise & Shine nos puede tener casi una hora esquivando balas y disparando sin parar hasta que muerde el polvo.

 

La diferencia entre este Rise & Shine y otros juegos que cuentan con la muerte como un esencial es que en un Ninja Gaiden o un Souls aprendemos algo del suceso. En este caso somos más víctimas de la suerte que de un profesor muy exigente. Solo aprendemos del comportamiento de los enemigos hacia las últimas fases, pero nunca llegamos a tener la sensación de guiar al rebaño, como sí ocurre en Devil Daggers, porque el control es el que es. Es una pena que el juego nos haya perdido tan pronto. No es mal título, especialmente cuando sabe proponernos rompecabezas estimulantes, cuenta con una dirección artística sublime y juega con guiños a otras obras sin resultar vergonzoso. La pena, también es verdad, es que estas referencias se quedan en meras menciones que no afectan al juego más que a un nivel muy superficial, y eso hace que nos demos cuenta de que Rise & Shine no tiene una identidad.

6
/ 10

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