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Analisis Rayman Origins PS1

Miercoles 16 de Noviembre de 2011 por Toni Piedrabuena
Rayman Origins es uno de los títulos más brillantes del año: así de simple y claro. Nada ha importado el turbio y confuso desarrollo de la obra para marcar la que es una de las gratas sorpresas del presente curso. La nueva criatura de Michael Ancel es una de las experiencias en dos dimensiones más redondas que podemos encontrar hoy en día en el mercado sin amedrantarse ante excelencias como New Super Mario Bros o Donkey Kong Country Returns. Ha sabido tomar todo lo bueno de su debut a mediados de los 90 junto a elementos de la segunda parte para cocerlo todo en el motor UbiArt Framework y salir airoso. 2D en 1080P con un apartado técnico y artístico preciosista y simpático que nos dejará boquiabiertos durante todo la experiencia.

El bueno de Ray llega tras más de 8 años esperando su retorno al género. Muchas han sido las aventuras que llevaban el nombre de la creación de Ubisoft en portada, pero más allá de sus asuntos con conejos extraterrestres, el factor que lo ha caracterizado siempre ha estado ausente durante demasiado tiempo. La criatura nació en 1995 y se convirtió en un clásico instantáneo en las muchas plataformas donde llegó a salir. Tras el prematuro abandono a la senda bidimensional en su segunda entrega, marcó otro gran éxito en otro buen puñado de sistemas en los que pudimos disfrutar de su particular Great Scape. Desde entonces y más allá de alguna aventura portátil, nunca volvió al 2D. Siendo francos, no podía volver de mejor manera: su retorno es inmejorable.

Como comentaba unas líneas arriba, su arte en dos dimensiones nos ha encandilado en todos los aspectos: el trabajo hecho por el estudio francés con su nuevo motor es digno de elogio. Podríamos pausar cualquier momento del juego y cada una de esas capturas parecería un dibujo de muy buen gusto. Haced la prueba vosotros mismos con las imágenes a vuestra derecha y alucinad con su bella factura. El sonido ha tirado también del mismo tono entrañable y simpaticón: las melodías parecen haber sido extraídas sin anestesia de los Loco Roco de PSP. Las conversaciones entre protagonistas son en un meloso idioma inventado.

El programa huele en todo momento a definición de diccionario del término plataforma. Me sentía abrumado a los mandos del software de Ubisoft viendo tantas referencias a las que podíamos comparar el producto. Podríamos partir del Rayman original y observar la inspiración de otras obras maestras del género como New Super Mario Bros, Mario 64, Donkey Kong Country, Battletoads, algunos shoot'em'ups de los 80 de Konami o el reciente beat'em'up Castle Crashers. El resultado final es digno de admiración. Rayman se mueve ágil por el escenario con tres botones: salto, golpe y sprint sin echar en falta ninguna otra opción. Atacaremos cuerpo a cuerpo con rápidas acometidas pulsando rápidamente el botón o podremos lanzar un movimiento a larga distancia manteniéndolo presionado. También podremos golpear en el aire o atacar en carrera. En cada nuevo mundo, un hada ? bien cargada de atributos, por cierto - nos entregará nuevas habilidades, llegando, por ejemplo, a bucear o correr por paredes sin mayores problemas que dirigir nuestro movimiento hacia dicha dirección. Evidentemente, esos movimientos nos servirán para acceder a lugares de mundos pasados en los que podremos encontrar nuevos secretos y premios.

Nos movemos por un mapa con las distintas pantallas disponibles como haríamos en Super Mario Bros 3. Para acceder a dichos niveles tendremos dos caminos posibles: pasar la anterior (el más habitual) o recoger Electoons para acceder a pantallas especiales. Los Electoons son unos seres que cumplen el papel de las estrellas de Mario 64, para entendernos. La forma de conseguirlos es sencilla: los ganaremos al acabar el nivel, al conseguir un número de Lums concretos por escena ? lo que vendría a ser las monedas en el título ? o rescatando a otros Electoons que están cautivos en lugares ocultos. Se nos premiará con una bonificación especial si conseguimos pasar el nivel en un tiempo concreto, pero es un auténtico reto.

Cifras llanas: 60 fases separadas en 10 mundos y más de 200 Electoons para buscar: una rejugabilidad de auténtico escándalo. Tendremos la posibilidad de disfrutar de Rayman Origins con tres jugadores más colaborando para pasar la pantalla y batallando por ver quien obtiene más Looms al final del acto. La fórmula funciona igual de bien jugando solo o acompañado, por cierto. La facilidad de movimiento, su agilidad, su exquisita curva de dificultad y lo sumamente gratificante que resulta en todos los sentidos la nueva aventura de Rayman nos ha dejado maravillados. Los desarrolladores nos sorprenderán con muchas situaciones jugables que nos obligarán a cambiar nuestra percepción jugable cuando se crea consecuente. Como no podía ser de otra manera, todos los clichés del género nos visitan para la ocasión: niveles de hielo, agua, fuego y alguna sorpresa más que no puedo contaros. Ojo a las batallas a lomos de cierto insecto veraniego.

Tenemos tres personajes disponibles y muchas copias de ellos para disfrutar en el cooperativo con el diseño que más nos guste. Junto al protagonista tendremos a Globox, conocido de otras entregas, y un par de Diminutos de cómica voz. Todos ellos son de características similares, variando únicamente en su rango de ataque y salto. A lo largo del desarrollo de la aventura iremos desbloqueando nuevos modelos. Los enemigos, por su parte, son variados y las plataformas ofrecen mucha imaginación a la hora de enfrentarnos a ellos: podremos eliminarlos golpeándoles o saltándoles encima. Las vidas son infinitas. Podría haber supuesto una merma en otras obras, pero no es el caso de Origins.

El presente disco atesora mucho talento, lectores y lectoras. No es nada fácil hacer lo que ha logrado Ubisoft Montpellier con Rayman Origins: retornar a su sistema de juego original a un ícono que hacía tantos años que no tocaba y bordarlo es una hazaña de mucho mérito. Otras leyendas de la plataforma de los 90 usan su nombre y dejan la creatividad a un lado esperando que la nostalgia y un título atrayente traiga consigo éxito comercial sin más dolores de cabeza. El equipo de Michael Ancel nos ha hecho recordar lo bueno que llegó a ser en su día la franquicia a la primera y sin despeinarse. El innovador y precioso apartado técnico junto a un sonido espectacular, que no desluce para nada su excelente jugabilidad para uno o cuatro jugadores en una experiencia tan larga como el jugador quiera que sea ¿qué más puedes pedirle?. La mala noticia es que lo tiene complicado en las fechas que ha salido para registrar las ventas que merece. Yo os diría que no le perdáis de vista durante las próximas semanas: si tenéis la posibilidad de auto-regalaros un viaje a la Ubisoft de mediados de los 90 con la paga extra de navidad hacedlo, no os arrepentiréis.

NOTA FINAL: 9
9

/ 10


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