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Analisis Partisans 1941 ,PC

Lucho porque la otra opción es morir
Viernes 16 de Octubre de 2020 por Adrián Suárez Mouriño

Partisans 1941 es un solvente título de estrategia en tiempo real. En lo jugable, está en la línea de Commandos o el más reciente Desperados III, pero es mucho más ligero que ambos en lo que respecta a las coreografías de sus misiones. En estos juegos hay que ser muy preciso, estudiar a fondo todo lo que ocurre y barajar bien todas nuestras opciones. Nuestros protagonistas son profesionales, seres formidables, por lo que se les supone astucia, finura y la capacidad de salir bien paradosde situaciones difíciles.

 

Pero los refugiados de Partisans 1941, aunque son soldados capacitados, no llegan a ese nivel de maestría. La muerte acecha y es muy real, también el hambre y la enfermedad. Su juego es el de la guerrilla, el de ir minando las filas de los alemanes, agotarlos mientras se preocupan de sobrevivir. Eso nos acaba entregando un conjunto de situaciones que casan a la perfección con el tono y el estilo de la aventura. Partisans 1941 deja mucho espacio para el error y su corrección, a la planificación torpe, a la gestión de la supervivencia, y a la cesión del protagonismo al entorno, a lo que ocurre en él y a su tono.

 

Hay una pena muy potente en todo el juego y ganas de sobrevivir a lo peor

 

Huimos de los nazis y nos reorganizamos en un refugio que hemos de ayudar a crecer. Reponemos fuerzas, construimos y buscamos bienes para que nuestro refugio se convierta en un hogar digno para la resistencia. Desde esta base, mandamos a nuestras tropas a diversas misiones principales y secundarias, las completamos y regresamos a casa.

 

Partisans 1941 plantea sus situaciones de un modo muy interesante. A veces se parece más a un Metal Gear Solid que a un Commandos porque sus misiones son más ágiles, hay que retroceder menos si cometemos un error y premia la agilidad y el atrevimiento. Cada vez que ejecutamos a alguien o realizamos una acción interesante, se nos premia con experiencia. Estos puntos podremos ir gastándolos en mejorar las habilidades de nuestros héroes a través de un árbol de talentos, con lo que conseguimos especializar a los partisanos como más nos interese.

 

Esta forma de apremiar al jugador a actuar funciona bien porque que te descubran no siempre significa el final de la partida. Hay forcejeos con los guardias y combate si el sigilo sale mal, podemos replegarnos y, como decía al principio del texto, corregir el error cometido hasta cierto punto. Esta forma de interpretar la estrategia pega muchísimo con lo que el juego cuenta y con cómo lo cuenta. La historia no es original y las líneas de texto están cargadas de frases afectadas y típicas: “¡malditos nazis, la resistencia triunfará!”, pero sí que lo es la tremenda oscuridad que invade el juego, la sensación de que nuestros guerreros están algo débiles y de que necesitan ganar. Ellos no desean estar peleando contra los enemigos, pero necesitan hacerlo. Y todo eso se explica con la forma con la que se plantea el juego: misiones cortas, algo de supervivencia y con las equivocaciones como parte de su discurso.

 

Si Commandos o Desperados III te abrumó, prueba con Partisans 1941

 

Pese a esta buena propuesta inicial, en lo que falla Partisans 1941 es en lo más difícil: en proponer ideas nuevas en la parte más básica de su jugabilidad. Seguimos con conos de visión fáciles de trampear, detección de ruidos, sigilo muy de videojuego… Los enemigos parecen robots, lo que hace que a medida que avanzamos en la trama nos resulta más difícil interpretarlos como personas; y vale, son nazis, de personas tienen lo que tienen, pero ya me entendéis.

 

Por fortuna, aunque en ese aspecto no invente absolutamente nada, la manera en las que sus misiones van creciendo de intensidad, cómo se desenvuelven los hechos y la manera de enfrentarse al enemigo de una manera tan poco profesional a veces, logra que jugar a Partisans 1941 merezca la pena.

 

Técnicamente, el juego es apañadete. Es acertado en su puesta en escena y propuesta artística; principalmente porque jugabilidad y presentación empastan perfectamente, pero sin alardes técnicos. En lo musical y sonoro es correcto, y el título viene con textos en español bien puestos en su sitio. En general, Partisans 1941 me ha gustado. Creo que le falta llevar ese talento que demuestra en el planteamiento de juego a la base jugable en sí, porque a veces parece un título demasiado genérico por recurrir a cosas ya vistas. Sin embargo, si te han gustado Commandos y Desperados III, y quieres algo similar pero más directo y con intención, dale cariño a Partisans 1941. No te arrepentirás.

7.5

/ 10


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