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Analisis Ori and the Will of the Wisps ,PC,XONE

Un triple A por méritos propios
Martes 10 de Marzo de 2020 por Rafa del Río

Ori and the Will of the Wisps llega mañana a PC y Xbox One tanto en tiendas como en plataformas digitales y Xbox Game Pass. Lo nuevo de Moon Studios nos muestra a una desarrolladora más adulta y más consciente de su papel con una segunda parte que es, a todos los niveles, mejor obra que su entrega anterior. Y eso era difícil.

 

 

Una nueva aventura

El nuevo episodio de la saga de Ori tiene lugar tras los acontecimientos vividos en Blind Forest. Ori y su familia viven apaciblemente en su claro con la pequeña Ku. La buhita va creciendo poco a poco con el amor de su familia, pero lamentablemente no todo es felicidad. La podredumbre hizo mella en ella mientras estaba en el cascarón, y su ala derecha es incapaz de sostenerla en vuelo. Los días pasan tranquilos y felices, pero la pobre Ku siente la llamada de los cielos. 

 

Finalmente, tras mucho meditar, Ori consigue arreglar el ala de Ku con la pluma que consiguió durante sus aventuras en Blind Forest. Con el nuevo artilugio en sus alas, Ku consigue al fin remontar el vuelo arrastrando a Ori con ella en esta nueva aventura. Tras una preciosa secuencia que demuestra el gran trabajo de Moon Studios en la animación y el dibujo, los dos hermanos se separan en un terreno inhóspito, teniendo que volver a encarnar a Ori en la búsqueda de la pequeña Buhita. 

 

 

Regreso al Bosque de Niwen

Ori and the Will of the Wisps toma todo lo que funcionó bien en su primera entrega y le da un par de vueltas para que funcione mejor aún. La movilidad de Ori es uno de los puntos más fuertes del juego con una jugabilidad tremendamente agradable que hace que pelear, saltar, acometer y agarrarse a las paredes sea toda una delicia. El diseño de niveles está perfectamente calculado para sacarle todo el jugo a la faceta Metroidvania de Ori, plagado de zonas secretas, áreas inaccesibles hasta que aprendes la habilidad necesaria y pequeños atajos que, una vez controlas todos los movimientos, te permiten cruzar el escenario sin tocar el suelo con una agilidad pasmosa.   

 

Más allá de eso, todo parece estar muy meditado para hacer de la experiencia algo grato desde los primeros compases. Habilidades ya conocidas de la primera entrega como doble salto, triple salto, pegajoso, catapulta y agarre aparecen mucho mejor distribuidas durante el juego consiguiendo así que Ori and the Will of the Wisps resulte espectacular y asequible desde el principio. Una asequibilidad que se nota en las interfaces del juego y que nos permite reasignar los botones de ataque y herramientas sin necesidad de entrar en el menú de pausa simplemente pulsando LT en el mando durante la acción. 

 

 

El filo espiritual

Ori and the Will of the Wisps se siente familiar y a la vez único y diferente. Los cambios le sientan de maravilla a un juego que es mucho más sólido y coherente, y que sin duda convencerá a quienes no acabaron de caer enamorados de Ori and the Blind Forest. Uno de los cambios más importantes y que afecta al combate desde el principio es la aparición del Filo Espiritual. Se trata de un fragmento que permite a Ori atacar con su luz convertida en espada, lo que otorga gran agilidad y madurez a los enfrentamientos con una profundidad de la que se alejaban los ataques de luz del primer episodio. La espada de Ori es una de las armas más potentes que he disfrutado en un juego de estas características. Tiene personalidad propia dentro de la experiencia de juego. Su largo alcance se une a la posibilidad de atacar en todas direcciones tanto en el suelo como en salto o agarrado a la pared, lo que la convierte en la mecánica central del juego a la hora de acabar con los enemigos.  

 

Sobre esta nueva forma de ataque se van desarrollando el resto de mecánicas que hacen de Ori and the Will of the Wisps algo tan singular. El salto, el doble salto y el triple salto se encadenan con los ataques, el planeo y la acometida para permitirnos llegar lejos, quedarnos parados en el aire atacando e incluso echar el lazo a los enemigos para ir ascendiendo o moviéndonos por el aire sin tocar el suelo. La sensación es la de estar jugando a un potente hack'n slash de Ninja Theory o un Devil May Cry en sus últimas entregas, consiguiendo que los movimientos de combate se fusionen con las habilidades motrices como nunca antes había visto en un juego en 2D. Unid a esto la posibilidad de apoyarnos en enemigos e incluso proyectiles para catapultarnos y veréis al simpático Ori de la primera entrega como el aguerrido guerrero en el que se ha convertido en Will of the Wisps. Y aún así quedan algunas sorpresas por descubrir que no quiero destriparos pero que son toda una gozada cuando toca encadenar un movimiento con otro al huir de unas ruinas mientras nos persigue un monstruo o al intentar escalar una zona a toda velocidad. Cabe destacar que la gran cantidad de movimientos se convierte a los mandos en una serie de fluidas pulsaciones muy intuitivas que hacen que cada movimiento surja de modo natural mientras nos movemos a toda velocidad por la pantalla.

 

 

Un triple A por méritos propios

Ori and the Will of the Wisps es mucho más que un juego bonito y sus mecánicas. Moon Studios ha trabajado mucho en la estructura de juego y la narración para hacer algo mucho más profundo y mejor contado. Temas como la familia, la integración, el bien y el mal o la soledad se tratan de forma estética dejando que sea el jugador quien saca sus conclusiones, sin meter el dedo en el ojo para llamar la atención. La historia nos lleva a conocer a muchos personajes que son más que simple vendedores o intercambiadores de objetos, personas que nos ayudarán en nuestra aventura o nos pedirán que les ayudemos en las suyas en una serie de misiones secundarias que no siempre tendrán un final feliz. Por si esto fuera poco, tras encontrarnos en distintos escenarios volveremos a verlos en la aldea de Grom, uno de los puntos que más me han gustado de esta nueva aventura de Moon Studios. 

 

La aldea de Grom en los claros sobre la Hondonada es el centro neurálgico del bosque. Lo que empieza siendo un simple cúmulo de ruinas pronto se convertirá, con la ayuda de Ori, en una preciosa aldea a la que irán todos los personajes que encontremos en nuestra aventura. Podremos ayudar a Grom con materiales para construir mejoras y abrir nuevas zonas, sembrar semillas especiales con Tuley para crear atajos y embellecer el área, o comprar y mejorar fragmentos con la ayuda de Opher y Twillen, consiguiendo nuevas habilidades o mejorando las que ya tenemos. 

 

 

Coleccionables, secundarias y más

Ori and the Will of the Wisps me ha tomado 11 horas y media para terminar el juego, un fin de semana completo en el que me he permitido explorar a fondo y llegar al final con casi toda la vida y la energía y muchos aspectos secundarios cumplidos, dejando otros a medias. Y la verdad es que no son pocos... Por un lado tenemos los santurarios, que nos invitan a derrotar a varios enemigos en oleadas para conseguir una nueva ranura en la que equipar un fragmento y disfrutar sus efectos. Por otro están los retos de velocidad, que tienen que dar cosas buenas pero reconozco no haber sido capaz de superar ningún reto, cumpliendolos por los pelos y no en el tiempo establecido. También están los orbes de vida y energía, que aumentan nuestros medidores en uno por cada par de cada tipo que encontramos. Y esto sólo es el principio... 

 

Mención especial merecen los fragmentos, que nos dotarán de nuevos ataques, habilidades y ventajas. Algunos están en los árboles espirituales, siendo imprescindibles para avanzar en la historia. Otros se encuentran desperdigados por el mundo y, los últimos, ocultos en zonas secretas, a lo largo del escenario o en manos de los vendedores. Para aprovechar sus efectos tendremos que equipar los fragmentos ya sea en las ranuras de botones si son ataque o herramientas, o en las ranuras de fragmentos -las que ganamos en los santuarios-.

 

A esto se le unen las misiones secundarias de los mokis y el resto de personajes de Ori and the Will of the Wisps. Y es que los nuevos parajes están plagados de personajes deseosos de contar con nuestra ayuda y pedirnos cosas tan dispares como que exploremos una zona, comprobemos un rumor, le consigamos un plato de sopa o un poco de agua. Es una gozada cumplir estas misiones y verlos luego en la aldea, aunque como ya os comentaba algunas misiones tienen un final agridulce.   

 

 

Valores de producción

Ori and the Will of the Wisps nos lleva de regreso a la magia de sus entornos con un trabajo impecable en lo que corresponde a diseño, ilustración, melodía y animación. Todos sus paisajes se sienten realmente vivos gracias a capas y capas de pura magia que tienen su propio movimiento e iluminación, alejando la nueva obra de Moon Studios de todo lo visto anteriormente en el género en 2D. El diseño y animación de personajes es pura maravilla a la altura incluso de Studio Ghibli con una puesta en escena que entra por los ojos en todos sus elementos sin que haya ningún paraje o enemigo que desentone con los demás.

 

Las pequeñas escenas animadas son una preciosidad, consiguiendo hacernos reír o que soltemos alguna que otra lágrima a lo largo de la aventura. A esto se le une el magnífico trabajo musical con unas tremendas melodías que acompañan a esta fábula animada de principio a fin y que no temen mezclar momentos de tensión con miedo, alegría, felicidad y nostalgia. La sensación general, una vez has terminado el juego y ves los créditos tras su potente final, es la de haber estado ante un anime de gran calidad, de esos que se hacen uno cada muchos años.

 

 

De vuelta al hogar

Ori and the Will of the Wisps es un título mimado a todos los niveles con un gran trabajo detrás y un presupuesto que lo convierten en un triple A por méritos propios a pesar de su enfoque tradicional en 2D. Pocas pegas pueden ponerse al nuevo trabajo de Moon Studios más allá de la ausencia de algún tipo de end-game en el que terminar lo que nos quedó pendiente, o un modo Nueva Partida+ que parece casi obligatorio en este tipo de juegos. Una vez terminado podemos cargar la partida guardada antes del final y usar el portal para volver a escenarios anteriores y terminar todo al 100%, pero habría sido de agradecer un método para poder continuar sin la presión de estar a punto de acabar la historia.

 

Quitando eso, todo funciona demasiado bien en Ori and the Will of the Wisps para poder encontrarle fallos. Sí, en el aceso anticipado hubo problemas de rendimiento y grabación el día 6, pero mientras escribo estas líneas -10 de marzo- están todos solucionados salvo alguna caída de frames al cargar escenarios, que se solucionará en el parche día uno según la compañía. Por lo demás, la dificultad está más que ajustada con tres niveles que lo acercan a todo tipo de público, el diseño de niveles, la forma en que explota su faceta metroidvania, su capacidad de sorprender, su aspecto visual, su agilidad... todo es un acierto para un título que, además, nos viene a bajo precio: 29,95 euros, y de lanzamiento sin coste adicional a Xbox Game Pass. Jugadlo en Xbox One o PC, es imposible que os arrepintáis.

 

¡Nos leemos!  

9.5

/ 10


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