Analisis Mortal Kombat X ,PS3,PS4

Es impresionante que Mortal Kombat haya llegado a la décima entrega con tan buena salud. Es indiscutible que el salto dado por la serie en la presente entrega ha resultado valiente e interesante para con el jugador. Son muchas las circunstancias que habrían impedido la aparición de algunos de los personajes convocados en el plantel de luchadores que participan en la décima entrega del más mortal torneo del género, pero Netherrealm ha sabido conjugar en un mismo disco las virtudes de los protagonistas clásicos con una nueva generación de luchadores que, para colmo, ha resultado ser bastante inspirada por parte de sus desarrolladores.

Desde el lanzamiento de Mortal Kombat 9 (diría incluso que desde Mortal Kombat vs DC) Netherrealm ha escrito una forma de explicar los acontecimientos del juego que ha calado hondo entre los usuarios. A pesar del relleno y de lo reiterativas que pueden llegar a ser algunas situaciones. En X hay un modo historia más corto, pero también más directo. Lo prefiero, pero no quedo satisfecho con lo que cuenta: Cassie Cage no tiene la integridad suficiente para protagonizar nada y el final es excesivamente bobo. No es un descalabro, pero tampoco es la mejor historia que ha contado Netherrealm últimamente, bajo mi punto de vista, bastante peor que el excelente (al menos en el campo de lo explicado) Injustice: Gods Among Us.

No hace falta asustarse: hay mucho juego más allá del modo historia. Se han implementado retos diarios en forma de torre, una suerte de modo arcade clásico con diferentes opciones a la hora de complicar más el reto. Hay un buen puñado de modificadores que pueden llevar el combate al más puro absurdo, pero lo dicho: hay retos de todo tipo, de todos los colores y de forma temporal, por lo que difícilmente vas a llegar a aburrirte. También está todo el asunto de la Facción, que te obliga a escoger entre cuatro equipos antes de empezar a jugar y te insta a subir de nivel para ayudar a tu facción. Quería ser Lin Kuei, pasé a Special Force y resulta que apenas somos cuatro gatos. Pagaran por ello.

La Kripta es una de las mayores tonterías que se le ha ocurrido hacer a Netherrealm. No se comprende cómo se puede rescatar algo tan estúpido de ediciones anteriores. Obtienes oro por cada cosa que haces en el juego, luego vas a la cripta y gastas esas pocas monedas de oro en tumbas carísimas que apenas otorgan nada interesante. La opción que tienes ahora (y que no tenías en su momento en pasadas entregas de Mortal Kombat) es pagar 19,99 euros y desbloquearlo todo. No cuenten conmigo. Tampoco para pagar Fatalities que, por cierto, qué debate tan inane se ha generado en torno a dicha descarga. ¿Somos conscientes de que estamos ante algunos de los Fatalities más fáciles de ejecutar de la franquicia?

Apenas cinco o seis órdenes para acabar con tu rival de la forma más cruel posible. El software ofrece un modo de entrenamiento que te muestra qué debes hacer y a qué distancia necesitas hacer el movimiento para reventar a tu rival durante el Finish Him. Por cierto, ¿los mejores Fatalities de la serie? No lo duden: mentes enfermas las que han hecho algunos de los vistos en Mortal Kombat X: un auténtico homenaje a la guarrería y la repugnancia más gore y lograda de los últimos tiempos. Quién iba a decir que todavía quedaba algo por inventar. No dudes en ver el de Scorpion y la lengua, el de Kenshi y “el ventilador” o el de Ermac y la casquería. Flawless Victory, sin discusión.

Como seguidor del género, estoy contento con lo ejecutado por Netherrealm. Todavía es pronto para sacar conclusiones precipitadas, pero de momento todo apunta a que lo hecho hasta ahora es digno de llevar el nombre que lleva y lucir el número que luce. No es poco cuando hablamos de una franquicia que ha supuesto tanto para la industria del videojuego. Ha bebido de todo lo bueno que se hizo en Mortal Kombat 9 e Injustice: Gods Among Us para crear un grandísimo videojuego de lucha que saca el polvo a nuestras máquinas de ya actual generación. No es el juego más difícil del mundo, pero tampoco es un paseo para el novato: puede llegar a ser muy frustrante si no sabes jugar.

Aporta un elemento interesante en cuanto al estilo de cada personaje. Ahora puedes escoger entre tres modalidades diferentes para encarar el combate, cambiando con cada una de ellas gran parte de los ataques de cada luchador. El caso de Takeda, mi main, puedo dominarlo con su estilo Shirai Ryu (¡Spoiler!) pero no tengo posibilidad alguna con ninguno de los otros dos estilos: apenas mantiene dos o tres ataques de base. Decir que tienes esa circunstancia con cada una de las caras del juego, nuevas y viejas, dice mucho del gran trabajo hecho por el equipo americano. No se trata de aprender a luchar con personajes; se trata de que cualquiera puede llegar y sorprenderte.

Los escenarios, como podéis imaginar los que pasasteis por Injustice, ya no es simple atrezzo: es parte del combate. Hay diferentes elementos que pueden ayudarte y perjudicarte, por lo que vale la pena tener cuidado con la elección hecha antes de comenzar el combate en línea. El X-Ray vuelve, claro, así como diferentes elementos que no hacen más que sumar más profundidad al título. Más allá de los ataques potenciados a cambio de barra de super, se puede cambiar energía para cancelar combos ajenos y la cantidad de posibilidades existentes a la hora de crear combinaciones son importantes. El juggle y el rebote vuelven a ser capitales en la presente entrega.

Mortal Kombat X es un grandísimo videojuego. Pasa de homenajearse a sí misma y mira al futuro. Ofrece suficientes motivos para gustar a fanáticos de la serie y a nuevos aspirantes. Una obra accesible y sorprendente, que a pesar de guardar, probablemente, uno de los modos historia más pobres firmados por Netherrealm en los últimos tiempos, ofrece sorpresas más que agradables y algunas cosas que no se llegaron a ver en los tráilers que ofrecieron antes del lanzamiento del juego. Decir que la décima parte ha sido una sorpresa sería insultar al estudio: Mortal Kombat encara un momento que no vivía desde mediados de los noventa, y los que más lo disfrutan de su salud son sus usuarios. Qué suerte tenemos.