Cuando necesitas presentar nuevas interfaces y posibilidades tecnológicas de un hardware, es habitual coger un modelo real para comparar su grado de fidelidad. Si se hace memoria, Mario 64 en Nintendo 64 rompió respecto a entregas anteriores usando localizaciones menos abstractas en los primeros niveles de toma de contacto (el castillo, con jardines, estanques, terraplenes y árboles); Halo en Xbox demostró las dimensiones y poderío técnico respecto a sus rivales, con muchísimas localizaciones reales; y llegó el fotorealismo de la generación HD con los espectaculares escenarios urbanos de Project Gotham Racing 3 en Xbox 360.
No debería extrañar a nadie que un periférico como Kinect que presume de permitirnos ser el eje de la acción, busque en un recopilatorio de deportes atraer nuestra atención por encima de ejercicios futuros más estimulantes como puede llegar a ser Child of Eden. Aunque haya que acarrear las comparaciones con la competencia, ya que Microsoft a día de hoy es la tercera en discordia en proponer este esquema.
Kinect Sports cumple. Aprueba, eso sí, con luces y sombras. Pero lo consigue, cuando
otros no lo hicieron. En este pack, se incluyen las disciplinas de fútbol, atletismo, volleyball, boxeo, bolos, ping pong y un grupo de minijuegos de precisión derivados de estos. Algunos funcionan, otros fracasan, pero la sensación es correcta. Pero, ¿qué menos, no?
El mini-juego de fútbol asusta por lo básico que es, pero unas horas después y atreviéndote a jugar con la I.A. en nivel avanzado o un amigo experimentado consigue que comprendamos su enfoque.
Más que un simulador de fútbol real, se trata de un subbuteo gigante, donde decidiremos la dirección del pase antes de que nuestro jugador llegue automáticamente a la pelota. Al igual que el tenista en Wii Sports, que avanzaba mediante raíles a por la pelota.
La modalidad es ágil y tiene gracia, incluso consigue sorprender con la precisión de la pelota y el efecto que pueda conseguir? pese a que no hay pelota, por el bien de nuestra televisión. Es exigente, es rápido y lo mejor de todo para la campaña publicitaria de Microsoft:
es un mini-juego absolutamente imposible de reproducir en otro sistema que no sea Kinect.
En el de Atletismo comienzan a destaparse algunas dudas. Si bien es cierto que la propuesta no es del todo original (se basa en correr y saltar sobre un mismo punto, ya sea en salto de vallas, longitud, sprint, con alguna variación como el lanzamiento de jabalina) ya se encontraba inmersa en Wii Fit al proponernos usar la captura de movimiento del mando introduciéndolo en el bolsillo. El resultado, como la comparativa habitual:
Kinect es más preciso, mucho más, pero la experiencia de juego es muy similar. En el fondo el mayor enemigo de esta modalidad es su falta de sencillez: es incómodo, aparatoso y un infierno para el vecino del piso inferior. Aunque es también la modalidad con la que más grasas podrán quemar los adictos a la vida sana.
El Volleyball también sale victorioso por su agilidad y buena resolución. La pelota se situará automáticamente en pantalla y nosotros tendremos que realizar los gestos habituales de este deporte, captando nuestra velocidad, posicionamiento correcto y potencia. Una base muy similar a la de Beach Spikers (incluso a algunos les recordará esos giros de cámara al olvidado juego de AM2) con una gran sensación de cooperación si jugamos con un compañero.
Donde ya sí que hay que mirar con lupa las comparativas son con aquellas disciplinas que tenemos más masticadas, incluso superadas. El minijuego de Boxeo es más preciso y milimétrico que el de Wii Sports hace 4 años, pero sigue existiendo un lag incómodo y mayor peligrosidad física si jugamos en grupo (díganselo a mi hombro derecho) pero la falta de exactitud
en el de Ping Pong respecto a su homónimo en Wii Sports Resort pueden plantear una cuestión muy peligrosa al usuario: falta algo. Y ese algo, era lo que no deberíamos echar en falta nunca más según Microsoft.
Tiene buenas ideas. La captura de imágenes mientras juegas y vídeos de las mejores acciones se ha configurado de forma inteligente, como cuando captura tu gesto y cara al realizar un pleno (te sorprenderás de las payasadas que eres capaz de hacer cuando te diviertes). La música popular en las victorias, desde la omnipresente Lady Gaga, Rihana o clásicos como los Beach Boys, causará algún refuerzo positivo en una fiesta pero se echa en
falta un poco de toque Rare, ese mismo rastro que encontramos en Dance Central de Harmonix, algo que nos haga diferenciar este juego de Kinect Adventures, Joy Ride o Kinectimals en formas o en elegancia. Entendemos una cierta línea de cara a su asociación comercial, pero también puede generar el efecto contrario y poco alentador: injusta apatía al conjunto. Peor aún, al propio nombre de Kinect. Porque hay niveles y niveles claro, y
Kinect Sports cumple, pero tanto por las posibilidades del hardware como por la mano de sus diseñadores, debería haber supuesto un abismo, no un saltito. Bueno, tiempo al tiempo, suponemos.
NOTA FINAL: 6,5
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